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25 Febrero, 2013 – El grupo judío Liga Antidifamación (ADL) criticó un “sketch” de los Oscar del domingo, cuando el cáustico oso de peluche Ted bromeó sobre la presencia judía en Hollywood, en un comunicado divulgado el lunes.

La organización, dedicada a identificar y acusar señales de antisemitismo, dijo que la actuación del anfitrión Seth MacFarlane (creador de “Padre de familia” y “Ted”), fue “triste y descorazonadora”.

“Los chistes sobre ‘judíos controlan Hollywood’ de Seth MacFarlane (…) en los Oscar fueron ofensivos y ni remotamente divertidos”, dijo el director de la ADL en Estados Unidos, Abraham H. Foxman.

Estos chistes “sólo refuerzan estereotipos que legitiman el antisemitismo. Es triste y descorazonador que la ceremonia de los Oscar usen los estereotipos antijudíos para hacer reír”, dijo.

Durante el show de tres horas, el oso de peluche dijo a su colega de reparto en la taquillera comedia “Ted”, Mark Wahlberg, que si quería “trabajar en este pueblo”, tenía que ser judío.

La idea de que los judíos controlan Hollywood es un mito muy común, denominado antisemita por la Liga Anti-Difamación. Pero en 1933, un rabino y líder sionista hizo declaraciones, diciendo que los judíos tienen la responsabilidad de corregirlo.

Rabí Abba Hillel Silver, Rabino Reformista, líder laico y luego presidente del American Zionist Emergency Council comenzó su crítica de Hollywood al afirmar que “el cine es una industria en gran parte judía”.

Como lo dijera Spiderman muchas décadas más tarde, Silver implicaba que un gran poder conlleva una gran responsabilidad, sobre todo en lo que respecta a retratar las costumbres sociales.

La industria del cine no tiene que vender mercancías, sino ideas, y un pueblo no puede permanecer permanentemente indiferente a la calidad de las ideas que claramente y con fuerza se difunden diariamente a millones de ciudadanos. Las películas son una escuela de conducta, de gustos populares y actitudes, sean conscientes -o no- de ello los judíos.

Silver no se opone a todas las películas. “Sin duda,” escribió, “hay algunas muy bellas, pero son la excepción”.

Está creciendo el resentimiento por su tono general y la atmósfera, así como por los anuncios sensacionalistas y pornográficos que frecuentemente los acompañan. El público no está convirtiéndose en puritano, pero está empezando a exigir un nivel de decencia y una medida de buen gusto y un grado de responsabilidad social que hasta ahora ha faltado en las películas …

Según Silver, a menos que los ejecutivos cinematográficos judíos estén dispuestos a contribuir a la limpieza de la industria, los judíos corrían el riesgo de ser usados ​​como chivos expiatorios para corromper las mentes americanas:

Este resentimiento se hará sentir cada vez más, y lo hará, como es natural, buscar sus víctimas. El pueblo judío volverá a servir como conveniente “chivo expiatorio”. Se dirá-ya está siendo dicho-que los oficiales y directores ejecutivos de la industria de la imagen en movimiento en este país son en su mayoría judíos y que, por tanto, es el pueblo judío que está corrompiendo a la costumbres y la moral del pueblo estadounidense.

Abba Hillel Silver murió de un ataque al corazón en 1963, días después de elogiar a John F. Kennedy.