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YETLANECI ALCARAZ

Que el Aktives Museum de Berlín promueva una iniciativa para que una calle de esta ciudad lleve el nombre de Gilberto Bosques es una forma de honrar la memoria del diplomático mexicano que en una Europa convulsionada por la Segunda Guerra Mundial rescató de la muerte a cerca de 40 mil hombres, mujeres y niños.

“La exposición sobre Gilberto Bosques es un primer paso para reconocer su labor y esperamos que tenga éxito el proyecto para que una calle de Berlín lleve su nombre”, comenta en entrevista Christine Fischer-Defoy, curadora de la exposición Última huida a México. Gilberto Bosques y el exilio alemán, 1939.

Con el apoyo de diversas instituciones y personas, entre ellas Laura, hija del diplomático, el Aktives Museum reconstruyó para el público alemán la labor diplomática de Bosques durante los duros años del nazismo.

El trabajo de Bosques en Europa, junto con el de un grupo de diplomáticos mexicanos, se circunscribió a las directrices de la política exterior del gobierno de Lázaro Cárdenas, quien abrió las puertas de México a los republicanos españoles y a los perseguidos políticos de los gobiernos fascistas de la época, sobre todo el alemán.

Es conocido el apoyo que Cárdenas brindó a más de 25 mil españoles que huyeron a Francia luego de la derrota republicana. Se sabe menos del que México dio a cientos de alemanes y austriacos, en su mayoría políticos y artistas, perseguidos y amenazados por el régimen de Hitler. En ambos casos la figura de Bosques fue determinante.­

En enero de 1939 el diplomático mexicano llegó a París en una Europa convertida en un polvorín. Poco después ocurrió la derrota de la República Española. En unas cuantas semanas medio millón de republicanos cruzaron la frontera con Francia como refugiados. Entonces comenzó el trabajo de los diplomáticos mexicanos, cuya cabeza en ese momento era el embajador Narciso Bassols.

Fuente:proceso.com.mx