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ENRIQUE ARANDA

Malestar y creciente preocupación en los más altos niveles de la jerarquía católica capitalina por la evidente, reiterada incapacidad mostrada por Miguel Ángel Mancera Espinosa y quienes con él encabezan el gobierno, para resistir y/o rechazar presiones o chantajes de que es objeto por parte de lo peor del perredismo —de las tribus-tribus, pues— que todo parece controlar en el Distrito Federal.

Decepción ésta, habría que destacar, que vino a acrecentarse luego de que, de manera por demás inexplicable, cedió ante quienes desde la Asamblea Legislativa capitalina, prácticamente le obligaron a avalar la ilegal imposición de Enrique Dussel Ambrosini como nuevo rector de la Universidad ¿Autónoma? de la Ciudad de México, con el único propósito, según se afirma al interior de las propias tribus, de congraciarse con su antecesor Andrés Manuel López Obrador, cuyo nivel de crítica ante su administración “entreguista y falta de compromiso” (con la izquierda) crece al paso de los días.

Y esto, porque Dussel, además de ser uno de los discípulos y más aguerridos seguidores del dos veces derrotado candidato presidencial “de las izquierdas”, es, a la vista de la jerarquía católica, un promotor y encendido defensor de la Teología de la Liberación —condenada en su momento por los dos últimos Pontífices— y de la denominada Filosofía de la Liberación, ubicándose al nivel de personajes tan cuestionados como Gustavo Gutiérrez, O.P., el jesuita Juan Luis Segundo, el ex sacerdote católico Hugo Assmann o, en el extremo, el franciscano Leonardo Boff, que, amén de su desordenado culto a la Madre Tierra —Pachamama o Gaia, en lenguas indígenas— ahora promueve la sustitución del hombre, en cuanto que sujeto de redención por un calamar gigante… o algo así.

Ahí está, sólo por citar su última participación en eventos de esta naturaleza, el papel que, en cuanto que coordinador de uno de los cuatro preeventos preparatorios, jugó en la organización del Congreso Continental de Teología, un encuentro ajeno y totalmente contrario a la ortodoxia católica que, finalmente, sirvió de marco para enderezar toda suerte de ataques contra la jerarquía vaticana, promover posicionamientos considerados atentatorios contra la fe y, sin lugar a dudas, para promover (en el ámbito local) a supuestas figuras “de relevo”, como son Alejandro Solalinde, Javier Sicilia, el obispo Raúl Vera y, ahora se ve, el propio Dussel.

Y todo, diría alguno, por falta de decisión y…

Asteriscos

* Extraño, en verdad, que sea hasta la pasada semana cuando la Secretaría de Desarrollo Social reconozca su hegemonía sobre el Instituto Nacional de la Juventud cuando fue su titular, la ex perredista y neopriista Rosario Robles quien, desde la primera semana de febrero, autorizó la renuncia Miguel Ángel Carreón a la dirección del Injuve y designó a quien, hasta hoy, continúa ahí como “encargado de despacho”.

Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.

Fuente:excelsior.com.mx