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El viceministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amir-Abodollahian, censuraba ayer a Qatar por permitir la apertura en el emirato de una embajada de la Coalición Nacional de Fuerzas de la Oposición y de la Revolución Siria -CNFORS- como representante legal de Siria. Iba más allá al afirmar que con este gesto se “alimentaba la matanza”, al tiempo que amenazaba con las consecuencias de apoyar al CNFORS. El cinismo del régimen iraní le lleva a hablar de la “matanza siria” cuando precisamente ellos tienen a instructores militares asesorando a las tropas de Bachar al Assad. También surten a Damasco de armamento variado, y financian a la milicia chií Hizbolá, fiel a al Assad.

El principal apoyo de Damasco es Rusia, aunque tampoco hay que subestimar a Irán, que siempre ha procurado mantener la inestabilidad en Oriente Medio. Su apoyo al terrorismo ha sido una constante durante décadas, potenciado ahora -si cabe, aún más- con Mahmud Ahmadineyad. Su programa nuclear, así como el apoyo al genocidio que se está llevando a cabo contra el pueblo sirio, mantienen en jaque a la comunidad internacional.

Una comunidad internacional que, sin embargo, sigue mostrándose remisa a la hora de armar a la oposición siria. Ayer era Francia quien expresaba sus dudas en este sentido, posicionándose así junto a Estados Unidos, con muchas cautelas en todo este asunto. Así las cosas, alguien tendría que parar los pies a Irán, ya sea a través de sanciones o agotando la vía diplomática. Si Teherán sigue actuando con la misma impunidad que hasta ahora, puede que su belicismo acabe por obtener unos frutos no deseables por nadie.

Fuente:elimparcial.es