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BARRY RUBIN

Israel pide disculpas a Turquía, reza en todos los titulares. Eso simplemente no es cierto en el sentido de lo que implica. Para entender lo que pasó es necesario examinar las largas negociaciones sobre esta cuestión.

El problema comenzó cuando varios barcos fueron enviados a acabar con las sanciones israelíes contra la Franja de Gaza en mayo de 2010. Estas sanciones fueron impuestas por Israel – Egipto, entonces bajo el gobierno del presidente Hosni Mubarak, tenía sus propias restricciones – en contra del régimen islamista radical en la Franja de Gaza, que rechaza abiertamente la paz, utiliza el terrorismo, e insta al genocidio contra los judíos y a la eliminación de Israel.

Esta flotilla no estaba interesada en ayudar al pueblo de Gaza. Se negó a desembarcar la carga en Israel y pasarla, luego de una inspección, al otro lado de la frontera. Más bien, el objetivo era ayudar a Hamás. Un papel clave en la flotilla fue desempeñado por el IHH, un grupo islamista, apoyado por el gobierno de Turquía, que ha estado involucrado en terrorismo.

Estos barcos fueron interceptados por la Marina israelí y tras las advertencias fueron capturados. En todas las naves, esto sucedió sin ningún herido, excepto en el Mavi Marmara, donde los jihadistas radicales armados habían jurado combatir. Ellos atacaron a los comandos marinos que arribaron – hirieron a varios, y tomaron como rehenes a un par -. En ese momento, los militares abrieron fuego y varios ciudadanos turcos resultaron muertos.

Es importante comprender que la cuestión de la flotilla no ha sido la causa de los problemas entre Israel y Turquía, que habían comenzado mucho antes. El fundamento real fue la elección de un gobierno islamista en Ankara. En las discusiones dentro del gobierno israelí era conocido, desde hacía años, el odio que el primer ministro, Tayyip Erdogan, le tiene a Israel; pero Jerusalén no quería ser visto como el responsable de una eventual ruptura de las relaciones.

Durante las conversaciones, Erdogan reclamó tres exigencias:
– Israel debe disculparse por completo.
– Tal disculpa implica la responsabilidad legal de pagar las compensaciones.
– Erdogan insistió en que Israel debe levantar el bloqueo contra la Franja de Gaza.

Israel rechazó estas demandas y ofreció en su lugar:
– Manifestar que lamenta el enfrentamiento y las pérdidas de vidas humanas. Esto es como decir: si he ofendido a alguien, lo siento.
– Ofreció hacer un pago voluntario, como un gesto humanitario y no como parte de una declaración de culpabilidad, a las familias de los fallecidos.
– Israel rechazó cualquier cambio de política hacia la Franja de Gaza.

Erdogan rechazó airadamente la oferta de Israel.

Ahora, se ha llegado a un compromiso, al parecer con la ayuda del presidente, Barack Obama. El acuerdo, que incluye el restablecimiento de relaciones bilaterales normales, ha sido caracterizado como una especie de rendición israelí.
Eso simplemente no es verdad. El acuerdo está mucho más cerca de la posición de Israel. No hay, en absoluto, ningún cambio en la política estratégica de Israel hacia la Franja de Gaza. Mientras que la palabra “disculpa” aparece en la declaración de Netanyahu, se dirige particularmente hacia el pueblo turco y no hacia el gobierno, y es del tipo de lo sentimos-si-tus -sentimientos-fueron-heridos.

Además, Israel negó haber dado muerte intencionalmente a los ciudadanos turcos, una situación completamente diferente de lo que Erdogan quería, y se ofreció a pagar solamente una asistencia humanitaria a las familias.

¿Debería haber expresado Israel su pesar cuando en lugar de esto debería recibir una disculpa del gobierno turco por haber ayudado a enviar a terroristas para crear una confrontación? Por razones puramente morales, no. Sin embargo, como he señalado, Israel no ha abandonado su tradicional posición sobre elasunto. No quiere un antagonismo con el pueblo turco, ni un conflicto que continúe después de que Erdogan y su régimen estén fuera del gobierno. Tal vez esto se llevó a cabo para hacer feliz a Obama a cambio de beneficios por parte de Estados Unidos. Pero lo que ha ocurrido es mucho más complejo de lo que los espectadores parecen darse cuenta.

Tal vez estos aparentes juegos de palabras y sutilezas están más allá del interés o la comprensión de mucha gente, pero todos los involucrados directamente en esta cuestión saben exactamente lo que está sucediendo. Erdogan sabe muy bien que esto no fue una victoria turca – excepto en el ámbito de las relaciones públicas – aunque Israel no se opondría a dejar que se reivindique como tal.

Israel actuó para tratar de reducir la tensión con Turquía, pero sin ninguna ilusión de que el régimen de Erdogan será ahora amigable. De hecho, había implicaciones de que Erdogan estaba rompiendo su compromiso sobre el trato. Inmediatamente después, dijo que continuaría el caso legal en contra de los oficiales israelíes por su presunta responsabilidad en la muerte de los turcos y que aún no estaba enviando de vuelta a su embajador en Israel. Esto podría ser una postura de algunas unas horas o un verdadera causa para la ruptura de un trato. Veremos…

Sin embargo, Israel tiene buenas razones para hacer el trato en este momento. A largo plazo está el deseo de reducir el número de conflictos, especialmente ante una posible confrontación con Irán, por las armas nucleares, en el futuro. Pero la cuestión más inmediata es Siria. En efecto, con dos intercambios de fuego entre las fuerzas armadas israelíes y sirias en dos días, la confrontación militar con el régimen de Damasco es posible. Dado que Turquía también se opone al régimen, un re acercamiento israelí con Turquía, va a disuadir al régimen de Asad. También le permitirá mejor a Israel descubrir que lo que está sucediendo con la política turca y entre los grupos de la oposición siria, que están asentados principalmente en Turquía.

El papel de Obama en este acuerdo no es claro. (He aclarado a los lectores que no estoy simplemente vapuleando deliberadamente a Obama; sino que continuaré analizando sus acciones con la mayor precisión posible) ¿Puso alguna presión sobre Erdogan o sobre Netanyahu? ¿Les prometió a uno o ambos algunos beneficios para que cierren el trato? Esto, todavía no está claro.

El peligro es que este tipo de acuerdos es demasiado común en la región. Los medios de comunicación proclaman un progreso, los líderes políticos dicen lo que quieren; pero nada cambia en realidad. Una posibilidad es que Obama no entiende (o no le importa) cuan profundamente anti-Israel son los sentimientos que corren por Erdogan, al igual que no entiende cuán profundamente esto es también cierto para los Hermanos Musulmanes.

Sin embargo, este acuerdo es claramente interés de EE.UU., ya que supuestamente cura una grieta entre dos países que son sus aliados cercanos, a los ojos de Washington. Como he dicho anteriormente, vamos a ver si este acuerdo se mantiene o si hay algún progreso en la reparación de las relaciones Israel-Turquía en las próximas semanas.

*Barry Rubin es director del Centro Global Research in International Affairs (GLORIA) y editor de la revista Middle East Review of International Affairs (MERIA). Su últimos libro: Israel: An Introduction, ha sido publicado recientemente por Yale University Press. Otros libros recientes incluyen The Israel-Arab Reader (séptima edición), The Long War for Freedom: The Arab Struggle for Democracy in the Middle East (Wiley), y The Truth About Syria (Palgrave-Macmillan). El sitio web de GLORIA es: https://www.gloria-center.org y el de su blog -Rubin Reports- es: www.rubinreports.blogspot.com.
Este artículo ha sido publicado originalmente en PJMedia.

Fuente:aurora-israel.co.il