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19 de abril 2013- Hoy se cumplen 70 años del inicio de una de las gestas más heroicas del pueblo judío: el Levantamiento del Gueto de Varsovia, durante el cual una cantidad menor al millar de judíos enfrentó al poderoso ejército nazi durante casi un mes, sin contar con grandes pertrechos bélicos, desafiando toda lógica y probabilidades de éxito, constituyéndose en el símbolo del heroísmo judío.

Dina Porat, historiadora principal del famoso memorial de la Shoá de Jerusalem, Yad Vashem, recordó que “el objetivo de los nazis era presentarle a Adolf Hitler como regalo de cumpleaños (al día siguiente) el exterminio del más grande de los guetos de la Europa ocupada por ellos”.

El levantamiento fue “la primera rebelión civil urbana a gran escala, que precedió a actividades clandestinas y rebeliones no judías similares en Europa”, pero también “unió y fortaleció a juventudes judías de otras localidades”, agregó.

“La rebelión del gueto de Varsovia se convirtió en un símbolo universal de lucha heroica de unos pocos, en condiciones imposibles, contra la opresión genocida; más tarde inspiraría una vasta investigación académica y numerosas obras de arte y literatura y se convertiría en una fuente de orgullo para los sobrevivientes y el pueblo judío en su totalidad”, finalizó la experta.

Luego que los nazis se apoderaron de Polonia, a partir de fines de 1939, la población judía comenzó a ser confinada en zonas cercadas, denominados “guetos”, territorialmente pequeños para la cantidad de personas que allí eran concentradas.

El mayor de los guetos establecidos por los nazis fue el de Varsovia, adonde fueron enviados casi 400.000 judíos en 1940.

Entre fines de julio y principios de septiembre de 1942, los nazis trasladaron a 265.000 judíos de allí al campo de exterminio de Treblinka y a algo más de 11.000 a campos de trabajo, mientras que autorizaron a 35.000 a permanecer en el gueto, a quienes se debe sumar a entre 20.000 y 25.000 judíos que estaban escondidos.

Durante el traslado fueron asesinadas por los nazis y sus tropas auxiliares unas 10.000 personas.

Los 60.000 judíos que quedaron sabían que su deportación sería inevitable, y los jóvenes integrantes de los movimientos sionistas comenzaron a organizarse con la finalidad de resistir el traslado, estableciéndose dos agrupaciones clandestinas de autodefensa armada: una fue la Organización Judía de Combate (Zydowska Organizacja Bojowa; ZOB), integrada por sionistas socialistas, y la otra, la Unión Militar Judía (Zydowski Zwiazek Wojskowy; ZZW) conformada por jóvenes revisionistas, integrantes del movimiento juvenil Betar.

Si bien en un principio hubo diferencias entre ellas, éstas fueron dejadas de lado ante el inminente traslado del resto de los habitantes del gueto.

En octubre de 1942, el jefe de las SS, Heinrich Himmler, ordenó “liquidar el gueto de Varsovia”, y sus tropas decidieron iniciar la última deportación el 18 de enero de 1943. Ese día, mientras unos 6.000 judíos eran llevados al lugar de concentración para subir a los trenes que los trasladarían a Treblinka, un grupo de activistas del ZOB y el ZZW se infiltraron entre ellos y atacaron a los guardias.

Si bien la mayoría murió en el ataque, los nazis se desorientaron y los judíos pudieron escapar y esconderse en el gueto.

Las autoridades decidieron suspender momentáneamente la deportación, período que los miembros del ZOB y el ZZW utilizaron para construir búnkeres y tratar de conseguir armas, contactándose con el movimiento clandestino militar polaco Armia Krajowa (Ejército Nacional), que luego de varios meses les proveyó una pequeña cantidad; en su mayoría, pistolas y explosivos.

Los nazis decidieron reiniciar la deportación al comienzo de Pesaj, coincidente ese año con el 19 de abril, y cuando intentaron ingresar al gueto fueron rechazados por las fuerzas de la autodefensa judía, que se estima que sumaban unos 750 miembros (500 del ZOB y 250 del ZZW) liderados por Mordejai Anilevich, iniciando el “Levantamiento del Gueto de Varsovia”.

Armados con pistolas, granadas -muchas, de fabricación casera- y unas pocas armas automáticas y rifles, los combatientes sorprendieron a los alemanes y sus tropas auxiliares el primer día de lucha, forzando la retirada de los nazis, quienes tuvieron 12 muertos y una importante cantidad de heridos, fuera del muro del gueto.
Este hecho obligó a los agresores a enviar a su ejército para vencer a quienes los enfrentaban, y dos días después iniciaron el contraataque, edificio por edificio, mientras la fuerzas de autodefensa efectuaba ataques esporádicos desde los búnkeres, causándoles bajas.

El 8 de mayo, las fuerzas nazis atacaron el comando del ZOB, en Mila 18, mataron a Anilevich y ocho días después lograron su objetivo de vencer a la resistencia judía.

Ese día, el general de las SS Jürgen Stroop, quien estaba al frente de la represión (foto), informó a sus superiores que había capturado a 56.065 judíos, destruido 631 búnkeres y ordenado la destrucción de la Gran Sinagoga de la calle Tlomacki para simbolizar su victoria.

Se calcula que durante el levantamiento fueron asesinados 7.000 judíos, que otros tantos fueron deportados a Treblinka, donde casi de inmediato fueron muertos en las cámaras de gas, y que a los 42.000 restantes los enviaron al campo de concentración de Lublin/Majdanek y a los campos de trabajos forzados de Poniatowa, Trawniki, Budzyn y Krasnik, donde con el paso de los meses la gran mayoría también fue eliminada.

El Levantamiento del Gueto de Varsovia fue el inicio e inspiración de rebeliones en otros guetos, como los de Bialystok y Minsk, y también en campos de exterminio, como ocurrió en Treblinka y Sobibor.