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24 de abril 2013- El Gobierno español ha decidido congelar su proyecto de crear un consulado honorario en Gaza, ante las protestas de Israel, que consideraba esta medida como una forma de legitimar a Hamás, el movimiento islamista que controla la franja. Tras entrevistarse en Jerusalén con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el jefe de la diplomacia española, José Manuel García-Margallo, reconoció este martes que la decisión de crear un consulado en Gaza no había sido “demasiado acertada en el tiempo” y “probablemente ha resultado precipitada”, por lo que el Gobierno ha decidido “congelarla”; es decir, dejar vacante sine die este puesto, que no es retribuido y tendría que haber ocupado un residente en la franja.

La creación de una oficina en Gaza respondía a una antigua demanda del Consulado General de España en Jerusalén –que actúa como una embajada informal ante la autoridad palestina—, ya que las dificultades de comunicación con la franja y la falta de una persona de contacto sobre el terreno le impide atender a los españoles que acuden allí y le obliga a recurrir a un servicio de mensajería cada vez que necesita tramitar un visado. El ministro asegura que la decisión la tomaron los responsables consulares de su departamento sin medir sus implicaciones políticas y que él se enteró por las preguntas de la prensa, cuando ya se había publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el pasado 1 de abril.

La entrevista con Netanyahu ha estado jalonada por “acuerdos y desacuerdos”, en palabras de Margallo. Este último ha cedido ante su interlocutor en la creación del consulado de Gaza, pero ha defendido otras dos decisiones que también han irritado a Israel: el voto a favor del reconocimiento del Estado palestino como observador no miembro de Naciones Unidas, en noviembre pasado; y la exigencia, planteada por España y otros 12 países de la UE, de que los productos procedentes de las colonias israelíes en los territorios ocupados, que la comunidad internacional considera ilegales, lleven una etiqueta que los identifique como tales; lo que permitirá a los consumidores boicotearlos.

El ministro –que se ha reunido también con el titular de Economía y Asuntos Religiosos, Naftalí Bennett– se ha mostrado confiado en que las empresas españolas podrán participar en el proyecto estrella del Gobierno israelí en materia de infraestructuras para los próximos años: la línea de alta velocidad entre el Mediterráneo y el mar Rojo, que permitirá a Israel sortear un eventual cierre del canal de Suez.

Con información de El País