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SALVADOR FRANCO REYES

La Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes enmarcó el regreso de Alejandro Jodorowsky a la dirección cinematográfica con La danza de la realidad, cinta en la que recopila, con su inigualable estilo, las historias que lo marcaron durante su infancia su natal Chile.

Luego de la proyección en el Teatro La Croissete, del Hotel JW Marriot de esta ciudad, el prestigiado cineasta subió al escenario del recinto para recibir una emotiva ovación del público, quien agradeció que su talento se encuentre nuevamente en la pantalla grande.

“Es un gusto recibir estos aplausos porque hicimos la película en completo secreto. No se la enseñé ni a mis productores, así es que ahora que veo su reacción tuve que contener el llanto”, señaló el también actor, quien aparece como narrador e hilo conductor en el filme.

A la hora de aceptar un par de preguntas de los espectadores, una joven alzó la mano y le pidió permiso para subir al escenario y darle un abrazo. El director de obras de culto como El Topo o Santa sangre, accedió y segundos después consolaba a la chica que no podía parar de llorar de tanta emoción.

“Quiero darte las gracias y un abrazo”, dijo la joven, cuyo gesto fue profundamente aplaudido por el público.

¿Alguien más quiere subir al escenario?, preguntó con humor el director en la Quincena de los Realizadores, antes de abrir la sesión de preguntas y respuestas.

Alejandro Jodorowsky explicó que realizó La danza de la realidad materialmente en familia, pues en ella participan algunos de sus seres más queridos.

Participan su hijo Brontis (que interpreta a su padre), su esposa Pascale M ondtandon (Diseño de Vestuario) y su hijo Adán (Adanowsky), encargado de la música y de un rol de anarquista.

“Filmar es una experiencia vital y tuve la suerte de compartirla con mi propia familia.”

El realizador aseguró que su película tiene “distintas nacionalidades” entre ellas la mexicana, pues el 25 por ciento de la inversión proviene de nuestro país.

“Es una película francesa, mexicana y chilena, no sólo por el origen del dinero, sino porque tengo pasaporte francés, la mayor parte de mis películas las hice en México y nací en Chile”, detalló.

“Creo que el cine del futuro así se hará, entre varios países, pero lo importante es que represente el alma humana.”

Finalmente, el director de culto afirmó que el cine es una “experiencia fantástica que permite ir más allá de uno mismo”.

“Al filmar cada día se va más allá de los propios límites, si se tiene la voluntad y la valentía, mientras que para ser actor hay que tener coraje.”

El trabajo previo de Alejandro Jodorwsky como director data de 1990, cuando rodó The Rainbow Thief , con Peter O’Toole, Omar Sharif y Christopher Lee.

Fuente:excelsior.com.mx