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Durante un discurso pronunciado durante los rezos del viernes, Haniyeh ha resaltado que El Cairo ha de adoptar una nueva estrategia para hacer frente a la situación de seguridad en la península del Sinaí, apenas unos días después de la liberación de varios agentes de las fuerzas de seguridad secuestrados entre las localidades de El Arish y Rafá.

“Gaza no es un santuario para los refugiados. No cubrimos ningún crimen”, ha recalcado Haniyeh, en respuesta a las sospechas sobre la entrada de hombres armados a la península egipcia a través de los túneles subterráneos que la conectan con el enclave palestino, según ha informado la agencia palestina de noticias Maan.

El miércoles, las autoridades egipcias reabrieron el paso fronterizo de Rafá tras confirmar la liberación de los siete secuestrados. Apenas un día antes, el vicesecretario del Ministerio de Exteriores gazací, Ghazi Hamad, expresó su deseo de cerrar los túneles una vez que se abra un cruce comercial en la frontera.

En este sentido, explicó que la formación islamista “no quiere que existan túneles porque suponen una carga para los ciudadanos y causan centenares de víctimas”, si bien manifestó que “son esenciales, ya que no hay alternativa”.

Los túneles clandestinos son vitales para los habitantes de la Franja de Gaza, ya que a través de ellos llegan los productos retenidos por el bloqueo israelí sobre el territorio palestino y por las restricciones egipcias en el paso fronterizo de Rafá.

Decenas de túneles han sido destruidos desde el pasado agosto, en respuesta a la muerte de al menos 16 militares en varios ataques perpetrados cerca de la Franja de Gaza.

INFORME DE AI

Por otra parte, Haniyeh ha expresado su rechazo al informe publicado por la organización Amnistía Internacional (AI), en el que sostiene que tanto el Gobierno de Israel como Hamás cometieron crímenes de guerra y otras violaciones del Derecho Humanitario durante la ‘Operación Pilar de Defensa’, lanzada por Tel Aviv contra la Franja de Gaza en noviembre de 2012.

En este sentido, el primer ministro gazací ha resaltado que el documento está “politizado” y que “equipara al ocupante con la víctima”. “La resistencia está basada en la moral y la ética”, ha remachado.

En su informe anual, AI indica que el Ejército israelí ejecutó bombardeos contra áreas residenciales, incluyendo algunos que, según dice, “fueron desproporcionados y provocaron muchas muertes entre la población civil”.

Así, destaca que Israel no presentó pruebas de que dichos lugares estuvieran siendo usados con fines militares por parte de las facciones armadas palestinas. Asimismo, recoge que la Marina israelí lanzó “ataques indiscriminados” contra zonas costeras pobladas.

El documento refleja asimismo el lanzamiento de proyectiles contra Israel por parte del brazo armado de Hamás, las Brigadas al Qassam, y otras facciones palestinas, provocando la muerte de civiles israelíes y dañando propiedades públicas y privadas.

Igualmente, manifiesta que los grupos armados palestinos fueron responsables de la muerte de al menos dos palestinos a causa del impacto de cohetes que no alcanzaron sus objetivos en Israel e impactaron en el interior del enclave.

Por último, acusa a Hamás y a la Autoridad Palestina de cometer abusos contra la población, incluyendo arrestos arbitrarios de opositores políticos y torturas de detenidos en las cárceles palestinas.

Fuente: Te Interesa