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13 de junio 2013.-Los padres de un niño judío con muerte cerebral donaron sus órganos a un niño palestino y le dieron, como regalo, vida.

Noam Naor (3 años) cayó de la ventana de la casa de sus padres en un cuarto piso. Fue internado, en situación desesperante, en el Centro Médico Sheba. Los médicos diagnosticaron muerte cerebral. Los padres se asesoraron con rabinos y decidieron donar sus riñones para salvar vidas.

Dada su corta edad, el riñón no era adecuado para pacientes adultos, pero sí lo era para un niño palestino de 10 años, residente de la ciudad de Belén, que padece insuficiencia renal y es atendido en el Hospital de Shaarei Tzedek, en Jerusalén, desde hace siete años. El pequeño requería de un riñón en forma urgente.

El personal del centro de trasplantes le preguntó a los padres de Noam si estaban dispuestos a que el riñón fuera trasplantado a un niño que no es residente de Israel. Los padres, Shirit y Avi, respondieron que querían ayudar a cualquier niño que estuviera requerido de órganos sin importar dónde viviese o cuál era su origen.

El trasplante se realizó en el Centro Schneider de Medicina Infantil. Se difundió que la situación del niño trasplantado es buena. Su padre dijo emocionado: “La vida de mi hijo estaba en peligro. Atravesamos largos años de padecimientos. Estamos plenamente agradecidos a los padres de Noam por su decisión. Tras muchos años de espera, mi hijo recibió una nueva vida”.

Shirit Naor, madre de Noam, dijo: “La noticia de haber salvado una vida me da mucha calma. Ojalá que esto traiga la paz. Pensé en los esfuerzos del presidente de la nación, Shimon Peres, por traer la paz entre no­so­tros y nuestros vecinos, y entendí que estaba tomando la decisión acertada desde el dolor y el más terrible quiebre”.

El presidente Peres dijo en una conversación telefónica a la madre: “Mi corazón está contigo. Has hecho una acción tan humana, generosa y, al mismo tiempo, tan difícil. Darle vida a otra persona es excepcional. Según la tradición judía toda persona fue crea­da a la imagen de Dios, y quien salva una vida, sirve a la esencia del Judaísmo. Te has comportado con una valentía insuperable, nos llenaste el corazón de orgullo por la maternidad que te habita, por tu Judaísmo. Estoy muy orgulloso de ti”.

Fuente:nmidigital.com