Con al menos 100.000 personas en las calles del centro de Río de Janeiro, la futura sede olímpica ha vivido, este lunes, la marcha más multitudinaria de Brasil, donde se han celebrado numerosas protestas que aúnan el descontento por las inversiones inyectadas en la Copa Confederaciones y el Mundial 2014, y el abandono de unos servicios públicos precarios.

La manifestación arrancaba a las 17:30 hora local (22:30 en España) con un reguero de gente en la Avenida Presidente Vargas, una de las principales vías del centro de la ciudad. A ritmo de las llamadas “marchinhas” de la movilización que recuerdan a las comparsas del carnaval de Río, jóvenes, mayores y familias han alzado la voz para expresar un abanico de reivindicaciones, de lo más diverso, pero con el mismo punto de partida: “No es por 20 centavos es por derechos”, rezaba la pancarta de la cabecera.

“Dicen que somos clase media, pero si yo tengo hambre nadie me va a ayudar, estamos aquí por todos”, señala Erick Son, agente de viajes de 19 años.

El “Brasil de clase media” al que afirmó aspirar su presidenta, Dilma Rousseff, es el que la ha increpado en Río con carteles como “Dilma, tú ya estuviste aquí”, en alusión al pasado activista de la mandataria durante la dictadura militar brasileña. Sobre estos reclamos que ya han atravesado el atlántico, Dilma se ha limitado a subrayar, este lunes a través de un comunicado, que “las manifestaciones pacíficas son legítimas y son propias de la democracia y de los jóvenes“, en su primera valoración de las protestas.

El abogado de la Federación Internacionalista de los Sin Techo, Andrea de Paula, considera que este colectivo es el más perjudicado por los eventos deportivos de los próximos tres años. “La Copa y el Mundial provocan desalojos de miles de familias por unas obras volcadas a las instalaciones deportivas y a la promoción turística”, explica de Paula.

Para Uwe Schliemann, de 39 años, con su hijo Ian de tres a hombros, protegido con unas pequeñas gafas de plástico, el problema principal es la corrupción del país: “tenemos unos gobernantes que han sido condenados y encima quieren quitarle poder a las instituciones jurídicas del país”.

Después de la desproporcionada acción policial del domingo cerca del Maracaná, los manifestantes acudieron ayer equipados con mascarillas, pañuelos mojados en vinagre y gafas, para mitigar los efectos de losgases lacrimógenos y el spray pimienta que suele emplear la Policía Militar.

En Sao Paulo, donde se manifestaron alrededor de 65.000 personas, según datos del diario ‘Folha’, las polémicas detenciones por llevar vinagre realizadas el jueves pasado dieron origen a la conocida como ‘Marcha por la legalización del Vinagre’ o ‘Revuelta del Vinagre’ cuyas reivindicaciones, presentes en las redes sociales dando pie a todo tipo de chistes, se han escuchado en varias ciudades.

La protesta de Río de Janeiro que transcurrió sin incidentes la mayor parte del tiempo, terminó con altercados entre la policía y los manifestantes que quedaban en el último momento, y se saldó con diez detenidos. De acuerdo con el periódico O Globo, hubo 29 heridos, entre los cuales, según la Secretaría de Seguridad, 20 son agentes. Nueve personas tuvieron que ser trasladadas al hospital, algunas de ellas lesionadas por disparos de balas y pelotas de goma.

Fuente: El Mundo