Bashar al-Assad

ALFONSO BECKER PARA ENLACE JUDÍO

A pesar de dos años de guerra en Siria y de las abundantes declaraciones por parte de todos los actores implicados, solo podría sacarse una conclusión en claro: es muy difícil parar este conflicto y todos los grupos de expertos en este mundo vaticinan que tanto si consigue imponerse Bashar Al-Assad como si resulta victoriosa la oposición, después de esta guerra va a venir otra de incalculables proporciones.

Como casi todas las guerras de la era moderna, el conflicto sirio es algo mucho más grande que lo que comprende estrictamente su territorio. Ya en su día, las monarquías del Golfo “amenazaron” a sus socios de Occidente con tomar sus propias decisiones porque Irán era lo suficientemente poderosa para alterar el equilibrio de poder en la región con su magnífico ejército convencional y que la seria posibilidad de conseguir el arma atómica supondría el liderazgo y dominio absoluto de los persas en todo Oriente Medio.

Esos cálculos que se han barajado no salieron en principio, como la gente común cree, ni de los institutos estratégicos occidentales ni de los expertos politólogos rusos sino de Arabia Saudita, Qatar, Turquía, Libano, Jordania y Egipto que comenzaban a vivir en sus “propias carnes” una desestabilización de sus Estados no solo desde fronteras más o menos lejanas sino en el mismo corazón de sus territorios donde la doctrina de los chiíes se expandía como la pólvora y cambiaba peligrosamente la correlación de fuerzas en la región. Son las monarquías del Golfo las que dan el primer paso y las que le “gritan” a Washington que si el mundo mira hacia otro lado mientras los persas consiguen la bomba, los saudíes tienen tecnología y dinero de sobra para conseguir la suya porque si no lo hacen serían los primeros en caer ante el imparable éxito, político, religioso y militar del gobierno de los ayatolas.

Tanto Occidente como Rusia, habían creído hasta el momento que Israel era el contrapeso oportuno para mantener ese equilibrio y de alguna manera la defensa de los intereses de todos hasta que los yihadistas de todas las tendencias empezaron a actuar en la propia Federación Rusa y el “influjo” chií comenzó a expandirse por todo Oriente Medio y en muchas otra partes del mundo, rodeando primero a Israel y alarmando a los servicios de inteligencia de Occidente porque el largo brazo de Teherán llegaba a Sudamérica y prácticamente controlaba el Irak post Sadán. Es en el Libano del 2006 donde empiezan a aclararse dos cosas: Hezbollah tiene un ejército más poderoso que el del Libano que lo acoge y el país de los cedros presiente su destrucción por causa de esta fuerza terrorista creada por Teherán y protegida por el gobierno alauí de Bashar Al-assad que coloca al Libano como objetivo nº1 del las Fuerzas de Defensa de Israel. No creo de interés ahora, describir la desastrosa intervención de las tropas israelíes por aquellos días ni el “vapuleo” que le dieron los terroristas de Hezbollah pero si es interesante saber que, desde aquel momento, Occidente e incluso los rusos, comenzaron a entender el verdadero alcance de ese “brazo” de Teherán que de alguna manera obligaba al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a advertir a Hezbollah que entregara las armas ante la retirada sugerida por la comunidad internacional y hecha efectiva de las tropas de Israel del Libano.

Dando un gran salto en el tiempo, el año 2012, se podría decir que es el de la aparición estelar del terrorismo chií sobre todo en la región porque Hamas tiene que justificar que los millones dólares mensuales recibidos por Irán están sirviendo para algo en la Franja de Gaza, concretamente para hostigar a Israel y además tenía que hacerlo de una forma tan espectacular, al menos, como la que sus colegas terroristas de Hezbollah habían demostrado atacando al Estado hebreo y lograr arrastrarlo a una emboscada que los presentó en sociedad como grandes estrategas mucho más allá de un grupete terrorista y con la categoría de una fuerza de combate como la de cualquier ejército moderno. Hamas lanzó miles y miles de cohetes sobre Israel con la esperanza de que los militares israelíes se metieran en otro avispero pero le salió el tiro por la culata porque escudarse en la población civil palestina fue una táctica descubierta por todo el mundo y la inteligencia de Israel se limitó a pulverizar los centros de mando de Hamas y todas sus lanzaderas de cohetes.

El 2013 es el año en que las monarquías del Golfo, con la ayuda de Egipto, convencen a Hamas de que el único camino de paz y convivencia de palestinos e israelíes es negociar la paz con Israel y a cambio recibirían el dinero que ya le negaban los iraníes, primero porque cada vez era más difícil hacerlo llegar por los controles extremos de Israel y Egipto y segundo porque Teherán los consideraba una pandilla de actores aficionados que habían sido descubiertos por todo el mundo con su macabra “producción paliwoodense” de utilizar cadáveres de niños y las imágenes que dieron la vuelta al mundo, matando, ejecutando y arrastrando cadáveres por las calles de Gaza en un orgía de sangre. Es en esas conversaciones de alto el fuego cuando los terroristas de Hamas contemplaron los cientos de millones de dólares que las monarquías del Golfo, los Estados Unidos y Europa pusieron sobre la mesa… tardaron un minuto en dejar de ser chiíes y se convirtieron en sunníes…

Así que pueden imaginar el mapa actual. Estados Unidos ha reforzado a Israel para que se defienda en solitario si el asunto se complica porque Obama estará, mientras tanto, bregando con las negociaciones internacionales y la cosa es mucho más seria de lo que imaginaban porque si Siria es un atolladero, Irán sería la estación “termini” pero he aquí, amigos, que tanto en un sitio como en otro, Rusia tiene la última palabra… entendiendo por última “palabra” la educada expresión diplomática que los Estados Unidos y la misma Europa ofrecen a Vladimir Putin como actor importante en la comunidad internacional. En las conversaciones, entre unos y otros, del G-8 se ha hablado como siempre de la economía, un poco sobre la guerra cibernética y un mucho de los interese económicos de cada uno y en conjunto, entendiendo que la recesión económica mundial es ya un problema por sí misma pero sobre todo se ha tratado del desastre económico en el que se hundiría Occidente si el petroleo dejara de circular por el estrecho de Ormuz.

Como pueden comprender las reuniones principales trataron sobre Siria y un Irán Nuclear que nadie desea. Algunos dejaron escapar una mueca cuando a otros se les ocurrió decir que el nuevo presidente iraní, llamado moderado, podría dejar entreabierta la puerta “transparente” de su política nuclear. Nadie sabe lo que prepara el Pentágono y muy pocos entienden el esfuerzo de Obama y la demora en la toma de decisiones pero lo que nadie puede ya ocultar en ninguna parte del mundo es que esto no tiene vuelta atrás, no existe ninguna salida por la tangente y por tanto, Bashar Al-assad y los Ayatolas de Irán tienen los días contados.

Las malas caras quedaron registradas en todos los encuentros, los saludos y los acuerdos se cerraron con apretones de manos de mala gana y con una sensación de que el tiempo se acaba y de que hay que hacer algo. Lo más revelador, si cabe, es que a Vladimir Putin no se le ocurre otra cosa que declarar a periodistas rusos, en una de las conferencias de prensa, que Rusia, como cualquier otro país tiene derecho a contemplar un ataque preventivo como forma de guerra defensiva lo que ha dejado con la boca abierta a todo el mundo… menos a Binyamin Netanyahu que ya le dijo en su visita a Moscú que él haría exactamente lo mismo…