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El religioso David Wolpe anuncia en una carta a la sinagoga de Los Ángeles que permitirá bodas entre personas del mismo sexo, cumpliendo así el fallo del tribunal.

El apacible templo Sinaí de la colina de Westwood, Los Ángeles (California), se ha convertido en un foco de batalla moral entre los fieles de la sinagoga que se levantó hace 107 años.

El motivo de la controversia, es que un rabino de la congregación judía, David Wolpe, anunció a través de una carta que se celebrarían bodas entre personas del mismo sexo, en cuanto se emitiera un fallo del tribunal. Y la mayoría de la congregación judía, muchos de ellos persas hebreos que huyeron de Irán tras la caída del Sha, no están de acuerdo con su rabino.

El ofrecimiento del rabino Wolpe a las parejas homosexuales ha desatado una rebelión interna entre las distintas generaciones de esta congregación, muchos de los cuales, con un acervo cultural distinto.

“Para oficiar una unión que no esté expresamente para el mismo propósito divino de la procreación y para llamar a esa relación ‘santificado’ es inaceptable para una mente sana” defendió el arquitecto Michael M. Naim en un escrito dirigido a otros iraníes de la congregación. “La homosexualidad está condenada explícitamente en la Escritura y ha sido categórica y apasionadamente rechazado por todos los pensadores legales y éticas clásicas judías como un vicio cardinal en la misma categoría que el incesto, el asesinato y la idolatría”.

Esta no es la primera vez que el rabino Wolpe, de 54 años, ha llamado la atención de la sociedad norteamericana por sus opiniones. En un sermón, Wolpe expresó sus dudas acerca de una de las grandes historias de la vida judía, el éxodo de los Judíos de Egipto al desierto, según el periódico The New York Times.

La indignación de las palabras del rabino no parecen que pueda obligar al rabino a presentar su dimisión, pero de momento, tanto el creyente Naim como otras 10 familias más han anunciado que van a dejar de asistir a esta sinagoga, y además van a dar de bajo a sus hijos de la escuela hebrea, a modo de protesta contra una política que ellos denunicaron como una violación de las enseñanzas judías y de las tradiciones que trajeron a la Costa Oeste tras haber huido de la revolución iraní de 1979.

El rabino Wolpe explicó al rotativo estadounidense que en base a las cartas que había recibido y los comentarios expresados a él, cerca de la mitad de la congregación de 2.000 familias, que es aproximadamente la mitad persa, no estaban de acuerdo con la nueva política.

“La comunidad persa está bastante en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo”, afirmó el rabino Wolpe. “Y hay algunos de origen distinto, que también se oponen a ella, y me han expresado claramente sus convicciones”.

“He estado queriendo hacer esto durante mucho tiempo”, dijo el rabino. “Lo hacía sobre mi horario interno en la sinagoga, que debía tratar de traer a la gente despacio porque yo sabía que esto sería muy difícil para muchas personas. Pienso que este asunto es el más polémico que he hecho o haré”.

Esta propuesta tiene también apoyo entre algunos miembros persas del Sinaí: “Hay algunas personas que no están aún listas a aceptar vistas no tradicionales”, dijo Dora Kadisha, una miembro de la congregación al New York Times. “Pero no podemos mirar hacia otro camino de saber que dentro de nuestra comunidad realmente tenemos gays y lesbianas. Tenemos que abrazarlos no sólo en las familias, sino también en nuestras congregaciones”.

Un asunto, el matrimonio gay, que pese a las resistencias internas que existen en esta sinagoga en la que Wolpe está desde hace 15 años, otras congregaciones de EE UU se divagan entre un judaísmo más conservador y otro más liberal, que ha reconocido a miembros del clero declarados homosexuales, y otros más ortodoxos que rechazan que haya religiosos homosexuales.

Fuente:intereconomia.com