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Pese a la ruptura de las relaciones diplomáticas, Venezuela e Israel siguen teniendo lazos políticos, que se evidencia entre el PSUV y los grupos de extrema izquierda de Tierra Santa.

DAVID LUDOVIC JORGE PARA ENLACE JUDÍO

El pasado mes de julio, con ocasión del fallecimiento del presidente Hugo Chávez, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) publicó y difundió una recopilación facsimilar de cartas de condolencia enviados por políticos y partidos de izquierda de 29 países del mundo, así como por organismos internacionales.

Contra todo pronóstico –ante la ruptura de las relaciones entre ambos países- Israel es uno de los estados de donde provienen los pésames. Los remitentes son Mohammed Nafa’h, secretario del Maki (Partido Comunista de Israel) y su encargado de asuntos internacionales para América Latina, Pedro Goldfarb.

Ante esta realidad, además de reflexionar sobre el carácter democrático de Israel -única democracia de Oriente Medio, donde es amplio el espectro de partidos políticos, comunistas incluidos- valdría la pena hacer votos para que esta simpatía ideológica entre el PSUV y el Maki sirviera como catalizador para un restablecimiento de las relaciones entre Venezuela e Israel

Pocas páginas después se entiende por qué se esfuman estas posibilidades. En el mismo libro, bajo el apartado de “Estado (sic) de Palestina” aparece una nota de duelo similar enviada por Nayef Hawatmeh, secretario general del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP) en la que se resaltan “las dignas posiciones políticas de apoyo a nuestro pueblo y, en primer lugar, el boicot político y económico al enemigo israelí”.

El alcalde de Nazaret, Ramiz Jaraisy, también envió sus condolencias.