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Para celebrar el Día de la Independencia de México, pedimos a nuestros escritores disertar sobre el tema:
“México, una mirada Judía”: ésta es la participación de Becky Rubinstein

BECKY RUBINSTEIN PARA ENLACE JUDÍO

Una Vida en México dentro de la  Colonia Hipódromo de la pluma del escritor Moisés Rubinstein Badash bien podría llamarse Hacia el Cambio o En medio de la mudanza.

Porque muchos son los cambios y múltiples las mudanzas hacia la “modernidad” que plantea dicha novela, escrita en Yidish- idioma de los judíos de Europa oriental-publicada en l951-52 por la Editorial “La Voz Israelita”.

La pluma segura, incisiva del autor penetra las profundidades, oscuridad y tinieblas, del alma. Nada se le escapa a Rubinstein nacido en Grodno, Polonia el año de l9O6 y asentado en México en l935 quien nos describe una interesante zaga familiar en eterna mudanza, la de los Shneier. La historia, microcosmos o paradigma, se inicia, no por casualidad con la mudanza de dicha familia a “La Colonia”.

Bastaba nombrarla para que cualquier interlocutor asintiera con la cabeza en señal  de comprensión: sí, se trataba de la nueva, novísima Colonia Hipódromo, sinónimo de status, de un nuevo concepto de vida, ajeno, por ejemplo, al propuesto por el centro de la ciudad, asentamiento y asilo de numerosos inmigrantes judíos que llegaron en diferentes oleadas a “hacer la América”. Ya en otros siglos, el centro de la ciudad había sido sede de judíos sefarditas que huían de la tiranía de la Inquisición en busca de mejores y más libres tierras. Y muchos pagaron con  sangre la osadía…

Y como antes, y no exactamente como antes, llegaron los Shneir, y tantos Shneir más, en busca de mejores condiciones de vida para ellos y su familia. La Europa de la pos-guerra nada prometía. Y mudanza tras mudanza arribaron sufriendo en carne propia los efectos drásticos de todo cambio, voluntario o no: su vista nada conocía ni reconocía, su lenguaje nada comunicaba y sus ideas y su óptica sobre la vida eran totalmente extrañas. Como de la noche al día…

A veces llegaban familias enteras, a veces tan sólo un joven o una joven que nada que tenían que perder y mucho que ganar con el cambio. Porque atrás quedaba la extrema pobreza, las escasas posibilidades de hacer la vida, la injusticia. O la cárcel.

Como en el caso de Moisés Rubinstein, miembro de una familia tradicionalista de seis hermanos, cada uno de ellos perteneciente a un partido diferente. Elizabeth Broid, en su estudio sobre la Diáspora Mexicana, nos dice: el joven, en l929, con Mussolini en Italia “participaría en un mitín organizado por la juventud contraria a la ‘opresión política” de ahí su captura  por un par de días tras un “proceso de gobierno”. Al salir de la prisión el joven futuro periodista y novelista contrae matrimonio, trabajó en una fábrica de cigarros con un pie en lo que sería su oficio de vida: la escritura.

A Levn in Mexique, título en Yidish de la novela que nos compete, incluso fue escrita por entregas, a la manera antigua, en el semanario “Di Shtime” “La Voz Israelita” que el inmigrante judeo-polaco fundó en el año de l936 ya con años de experiencia en el quehacer periodístico. Nos informa Broid: “En l927 lo encontramos escribiendo para el periódico semanal “Shtime” a la vez que servía de corresponsal de dos periódico en Varsovia; uno de ellos lo enviaría a la zona occidental de Polonia, para organizar ahí sucursales periodísticas”. Ya en México trabajaría en Der Veg de don Moisés Rosemberg.

Moisés Rubinstein como los actores, y coactores, de A Levn in Mexique -Una vida en México- sufre en la vida los mismos cambios descritos:de Polonia a Danzig, luego a Saint Nazare, Veracruz y la ciudad capital, a la calle de Bolivia, a casa de su hermano Max, y años después a la “Colonia”,  a la calle de Yautepec, a la de Cuernavaca. De ahí que ningún paso dado,y acotado en el itinerario,le fuera ajeno.

Observador de primera, con el verbo mirar en sus múltiples sinonimias -desde el simple ver, mirar, catar hasta el profundo observar y analizar no exentos de crítica -el autor nos sitúa en primera fila: bien vale la pena penetrar al hogar de los Shneir donde los muebles no son menos nuevos que las ilusiones, que las esperanzas, que el verbo romper que, sin compasión alguna, desliga del hacinamiento de la vecindad, de las carencias de aire fresco, de espacio. Incluso de Europa, primera escala de este periplo constante y sin respiro.

¿Y qué tiene de especial la novela de Rubinstein? Además del ver, para mostrar, además del viajar, en busca de pasajeros compenetrados en la zaga, está el lenguaje. La novela está escrita en Yidish, donde se mezclan y entremezclan palabras, expresiones y formas de pensar tradionales -las traídas de Europa en el bagaje histórico-cultural- con las del nuevo entorno. En otras palabras: el autor salpica de palabras castellanas su texto escrito en “Mame Loshn” o idioma materno, adoptando, de algún modo, el habla y la idiosincrasia de la nueva tierra donde asientan cotidianamente sus pies. Poco a poco, y la sociología nos daría la razón, los Shneier  y los que comparten su sino y suerte sufren cambios y mudanzas a través de la lengua de adopción, a través del trato con los mexicanos de cepa, a través del distanciamiento con sus hogares, de los que quizá, tras la guerra, no quede rastro alguno. Incluso, el cambio de nombre que sufren los recién llegados inicie la transformación, la adapatación a un nuevo e inimaginable destino.

En la historia de Rubinstein nadie se llama como en “casa” tan pronto pisan la nueva tierra de la que poco conocen y mucho desconocen.Y mucho tienen por conocer…

Y “La Colonia” es el mejor lugar para  vivir y adaptarse a los tiempos modernos sinónimo de autos y más autos por las calles,de nuevas y mejor acondicionadas casas habitación,de nuevas fábricas e industrias. Y todo ello y más, aparece en A Levn in Mexique, reflejo de lo cotiadiano, de lo aparente y simple y ciertamente complejo. Y las puertas y las ventanas se abren y se ventilan la vida y obra, minucia minucia, de los recién integrados a la nueva colonia, ficha de un amplio fichero, la Colonia Hipódromo.Situada en lugar estratégico, céntrico y crucial ahí se tejen y entretejen vidas y más vidas y, aunque en un nuevo entorno,manejan, así lo decide el autor, las clásicas y naturales pasiones: la envidia, la codicia,el amor, la compasión y el rigor. También el cambio y la transformación, para bien, de los personajes. Se trata a pesar de todo, de una historia micro y macrocósmica de tintes optimistas. A pesar de los que se avecina…

Y si de ventilar el diario existir se trata, el foro ideal es el Parque México, centro del centro del  nuevo y moderno mundo, foro y ágora de los sucesos acontecidos y por acontecer, donde se habla y las palabras se magnifican y agigantan, especie de diario de pueblo. Porque paradójicamente, la Colonia Hipódromo, a pesar de las ínfulas de sus colonos-colonizadores semejan un pueblo chico e infierno grande. Todo, todo se sabe en el nuevo territorio lleno de verdor, donde pulula lo tradicional, carritos con criaturas conducidos por nanas o por madres que a ratos tejen hebras de lana o de palabras. Las vecinas, las conocidas o no, son materia prima para hablar, para meter tijera y sacar los trapitos al sol, como el último amorío, la más reciente quiebra, el ascenso del esposo. O bien para recomendar al doctor de moda, un genio en casos de infertilidad. Nada ni nadie se salva…

Y entre oleadas de mudanzas, la catástrofe, la pre-guerra. La radio, parte de la modernidad, del mundo víctima del cambio que habrá de cambiar su perfil por uno de muerte, es su vocero. Allende el mar… Como si la guerra -empezando por la primera conflagración mundial- necesitara de detonantes de pólvora para continuar su andar y sus andanzas.

Algunos lograrán escapar antes del debacle, otros habrán de permanecer en tierras lejanas sin probar los nuevos frutos del nuevo mundo.Su suerte, la persecución, la muerte, la aniquilación. La solución final.

Y mientras esto sucede en ininterrumpida mudanza, los inquilinos de la nueva colonia nacen y mueren en ininterrumpido ritmo. Los ciclos se cumplen bajo la batuta de los recién estrenados tiempos… El camión de la mudanza de la primera página de esta historia, que forma parte de una historia de mayor envergadura, conduce a cada cual a su destino, adonde nadie lo imagina: de seguro un mundo mejor que el habitado previamente.

#IndependenciaDeMéxico