RAQUEL SCHLOSSER PARA ENLACE JUDÍO

expediente salomon schlosser enlace judio1
Lista del Ghetto.

En memoria, en honor y en dignidad de:
Raquel, mi abuela paterna Z”L
Moishe, mi abuelo paterno Z”L
Chanele y Feigue, mis tías Z”L
Jankel, mi tío Z”L

Mi mano lloró duelos abiertos, mientras sostenía documentos que son testigos de lo indecible. No pueden hablar pero dicen todo. Son los testimonios de las cenizas, de los muertos sin tumba. De quienes esperaron turno para subir al cielo.

Visité nuevamente, después de veinte años, el Museo del Holocausto en Washington. Dejé en la biblioteca un ejemplar del libro Mi Zeide es Historia Best Seller con 61600 ejemplares vendidos. Visité la tienda que va adquirir ejemplares para venta al público.

En la sección de búsqueda hay un ambiente especial. Los asistentes parecen adivinar la necesidad que algunos de los visitantes tenemos por descubrir el pasado de los familiares desaparecidos en el humo nazi. Fue con esa intuición que me hicieron dirigirme a esta sección, en la que yo ya había estado veinte años antes sin encontrar información.

Captura de pantalla 2013-10-03 a las 15.01.05
Entrada de Salomón Schlosser a Auschwitz

Finalmente, con las manos sudando frio de miedo añejo, los encontré a ustedes: mis antepasados.

expediente salomon schlosser 2

Ingreso de Salomón Schlosser al campo de Matthausen

La impresión de las hojas se sentía en mis manos con un textura húmeda de lágrimas; las clasificaciones ordenadas de los registros emitían sollozos. Pero al fin los ví. Supe dónde vivieron en el Ghetto.

En las frías listas, los encontré.

Campo Ebensee
Ingreso de Salomón Schlosser al Campo de Ebenssee

Cada uno de los recuerdos amargos de mi padre de su trayectoria de supervivencia (porque ni él ni nadie de los que vivieron fueron sólo “sobrevivientes”) estaban registrados.

campo de refugiados en Austria
Campo de Refugiados en Austria

Boleto a EUA

Boleto a EE.UU.

Querida familia:

Podrán escucharme con su alma, si es desde la mía de donde les escribo. Mis oídos eran los que sabían de ustedes. Sólo supe que existieron porque mi padre, Salomón, me lo platicó. Él sobrevivió. Yo, su segunda hija, porque su primogénito murió, llevo el nombre de su madre y con éste supongo que heredé una misión. Era tan difícil para mi papá hablar de su familia, que me costaba inclusive retener sus nombres. Nunca me ha contado ninguna anécdota. No puede.

Uno de sus hermanos, Chill Z”L, se salvó por haber sido reclutado por el ejército ruso; emigró a Israel después de casarse con la hija del panadero que lo alimentó. Vivió siempre en profunda pobreza económica, social, familiar y de idioma. Su cuerpo salió vivo de la guerra pero no su corazón que quedó desgarrado en Europa. Tuvo una hija a la que nombró también Raquel. Llevamos las dos el nombre de nuestra Bobe (hablaba perfecto alemán, pero la nombro Abuela en Yiddish). Mi padre y él pudieron encontrarse a través del correo, escribiéndole mi papá al portero del edificio en Israel. Tardaron muchísimos años en encontrarse. Fue hasta que mi papá pudo pagar un boleto de avión para visitarlo en Israel. Imagínense cuánto tiempo pasó que, cuando se vieron, no se reconocieron. Cada uno por su lado lloraba en el aeropuerto; uno porque su hermano no había llegado, el otro porque su hermano no lo había recogido. La empleada de la limpieza fue la que hizo el puente entre los dos.

Ahora ya estamos todos reunidos. En esos documentos que encontré gracias a la generosidad de quienes dedican su vida a reestructurar la memoria histórica, podemos darles un lugar, no sólo dentro de nosotros, sino también fuera.

Todos los documentos están ahora en un sitio web llamado Enlace Judío. Allí pondré en manos de todas y todos los lectores los papeles que afirman su existencia.

Espero que cada uno de ellos haga Kadish por ustedes. Este Shabat y todos los demás, lo haremos nosotros en familia.

Me casé con un buen hombre, Victor y tenemos una hija, Daniela, que fue a la marcha de la vida y que hará plegarias por ustedes.

Trabajaremos para que ningún niño o niña, mamá y papá, tengan que pasar por lo que ustedes pasaron.
Los recordaremos siempre con amor.

Sabemos que ustedes nos bendicen desde el cielo.

raquel schlosser 3
Daniela Bassini, nieta de Salomón Schlosser, en el portón de Auschwitz