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BENJAMÍN LAUREANO LUNA PARA ENLACE JUDÍO

El viernes 4 de octubre, sorpresivamente llegó Barack Obama, con la camisa remangada, al restaurante “Taylor Gormet”, ubicado en la Avenida Pensilvania y compró un sándwich y, desde ahí aclaró la información expuesta por el periódico “Wall Street Jornal”, que dio cuenta al público sobre la opinión de un líder demócrata, diciendo: “No nos importa cuánto dure esto, porque estamos ganando”. El Presidente Obama enfatizó: “Nadie puede estar ganando cuando muchas familias no saben cuando van a recibir su próximo cheque”. De inmediato, en su cuenta de tuit, el líder republicano contestó: “Puntos en común. A John Boener realmente le gusta ‘Taylor Gourmet”. Pero antes, el propio Boener, a gritos declaró: “Esto no es un maldito juego”.

A sus allegados, Boener les comentó, que desea negociar los dos puntos a debate, en una sola gestión: La Ley para la Salud a efecto de obtener la reapertura del Gobierno y el techo de la deuda. Remató: “Si se va a negociar el techo de la deuda, hay que ceder en algo”.

La Ley para la Salud beneficia a millones de estadounidenses. Fue aprobada en 2010. Los republicanos han hecho diversos actos para anularla y no han podido, incluso en la campaña electoral de 2012, fue tema que permitió a Obama su reelección, porque lo apoyaron los beneficiarios de esa ley, que entró en vigor el 1 de octubre de 2013.

Empresarios han protestado porque tienen que pagar impuestos para respaldar la salud de
millones de gente con pocos recursos. La Ley se convirtió en la columna fundamental de la política interna de Obama. Si llegara a ceder a las exigencias republicanas que piden posponerla, a pesar de que ya cuenta con todos los recursos financieros para hacerla realidad, conducirían a Obama a su caída. Le piden que ponga la cabeza en la guillotina.

El Senador Republicano por Texas, Ted Cruz, para retrasar el debate sobre la “Ley de Atención Sanitaria Asequible” (ASA), conocida como “Obamacare”, abordó la tribuna durante 21 horas. Atrajo la atención de los 40 legisladores del “Tea Party”, y se le propone para ser el próximo candidato republicano a la Presidencia de EE.UU.

Pero el líder republicano, Boener, también desea ser candidato. Por lo mismo está en pugna con Ted Cruz.

Si Boener cede en lo referente a la Ley para la salud, perderá su oportunidad en favor de Cruz.
Además los empresarios que desean anular la ley para no pagar más impuestos, están pendientes de que se obligue a Obama a ceder.

La importancia del caso condujo al Presidente Obama a desistir de ir a Asia, en donde hay un evento importante. Esto alegró a los republicanos, porque así esperan poder negociar con el inquilino de la Casa Blanca.

La caída en el valor de los bonos del Tesoro. La elevación de los intereses provocará una pérdida financiera, que en Europa calculan en 15,000 millones de Euros. Se habla de la devaluación del dólar, como consecuencia de este asunto.

El Presidente Obama considera que saldrá avante de esta crisis, pero a un precio muy alto, pero el “Obamacare” será tan popular como el “Medicare”, creado por el Presidente Johnson en 1966.

El Presidente Clinton enfrentó una crisis similar forjada por los republicanos en 1995-96 y salió avante.

Esta situación no fue tomada en consideración por los estrategas del Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, que llegó a la Casa Blanca a hablar con Obama, en medio de este conflicto.

Cuando se dirigió a la Asamblea General de las Naciones Unidas, los principales líderes del mundo ya se habían retirado. Su discurso, similar al “Yo Acuso”, no tuvo el eco necesario. La debilidad financiera d EE.UU. a causa de su gigantesca deuda con China, es la debilidad que padece Irán a causa de las sanciones económicas que se le han aplicado. La debilidad uniría a EE.UU. con Irán.

Pero eso no es posible que suceda, porque el programa nuclear de Teherán debe ser puesto al descubierto, para demostrar que el enriquecimiento de uranio, tiene por objeto obtener la bomba atómica, para imponerse en el Medio Oriente. Esta labor es conjunta de Israel, Europa, los Estados Árabes del Golfo Pérsico, los Estados Unidos y desde luego de los medios de información, sabedores que Irán cuenta con el apoyo de Rusia y China y tiene el respaldo de las tropas libanesas de Jisb Aláh y de la Franja de Gaza, Hamás