BENJAMÍN LAUREANO LUNA PARA ENLACE JUDÍO
Enlace Judío México | Mientras Benjamín Netanyahu, Primer Ministro de Israel, hizo saber al Presidente Barack Obama que Irán puede obtener su bomba atómica en cuestión de meses, lo que da carácter urgente al problema; Obama por su parte, dijo que las evaluaciones de inteligencia de Estados Unidos, muestran que a Irán “le falta un año o más” para construir un arma nuclear. “Nuestra estimación es probablemente más conservadora que la de los servicios de inteligencia israelíes”, dijo.
La CIA (Agencia de Inteligencia de EE. UU.), varias veces ha fallado en asuntos muy importantes.
Durante nueve meses la CIA fue incapaz de advertir que la Unión Soviética invadiría Afganistán. Sus mejores analistas se reunieron el 19 de diciembre de 1979 y afirmaron que: “El ritmo de los despliegues soviéticos no sugiere…una contingencia urgente”.
Los soviéticos no atacarían. Pero tres días después, el vicealmirante Bobby Ray Inman, director de la Agencia de Seguridad Nacional, recibió un mensaje desde Afganistán: “La invasión del País es inminente”. Pero el informe también estaba equivocado, porque Afganistán ya estaba invadido por cien mil soldados soviéticos.
El 31 de diciembre de 1977, el Sha de Irán, Reza Pahlevi, fue objeto de una cena oficial en Washington, calificándose al País, como “una isla de estabilidad en un mar de confusión”, como el propio emperador, repetitivamente lo manifestaba en su propaganda y, en el acto se le consideró con vida política por unos 10 años más. Pero el agente Howard Hart, visitó Teherán y recorrió las calles, descubriendo que había una situación de pre revolución. Desde 1960 se decía en Washington lo contrario. El informe de Hart fue escondido. El 16 de enero de 1979 el Sha huyó de Teherán. La revolución islamista del Ayatola Jomeini triunfó. La CIA no sabía quién era el clérigo que había alcanzado el poder.
En esos días de 1979 había en Estados Unidos una lucha por el poder, entre republicanos y demócratas, similar a la que se vive en 2013, en la que los republicanos tienen paralizado al Gobierno de Estados Unidos. Esta pugna interna se reflejó en Teherán.
El Sha deseaba entrar a los EE.UU., pero el Presidente Carter no lo aceptaba, porque los islamistas de Jomeini, podrían llevar a cabo represalias. Carter se preguntaba: “¿Qué vamos a hacer nosotros, si ellos (los iranís) capturan a veinte de nuestros marines y matan a uno de ellos cada mañana al amanecer?”. El republicano Henry Kissinger, ex Secretario de Estado, y otras personalidades, presionaron para que Estados Unidos recibiera al ex Shá. Carter cedió. En represalia, Jomeini, en Teherán, exaltó a los estudiantes y la Embajada de EE.UU. fue invadida, capturando a 53 empleados, que permanecieron prisioneros durante 444 días. Estos sucesos desprestigiaron al Presidente Carter y por ello no fue reelecto.
Estos sucesos nos indican que el Presidente Obama no debe fundar sus actos exclusivamente en los informes de su propio servicio de inteligencia, porque puede haber errores en sus apreciaciones, o ser tendenciosos, por participar en el marco de la lucha por el poder que viven los Estados Unidos.
En Irán, no todo el poder lo tiene el Presidente Hasán Rohani. El Ayatolá Jamenei, es el líder supremo. Pero la Guardia Republicana, comandada por el General Ali Jafari, abiertamente criticó a Rohaní, al regresar de Nueva York, por su prematura conversación telefónica con el Presidente Obama y le planteó: “Debió haberse negado (a conversar telefónicamente) hasta que haya algún paso concreto por parte de EE.UU. Ante estas diferencias internas, el Ayatolá Jamenei, manifestó que respalda a Rohani, pero advirtió que EE.UU. no es confiable por ser aliado de Israel.
Pero el poder no desaparece cuando la persona deja de ocupar el cargo. Ahmadineyad, ex Presidente de Irán, es de extracción militar y posiblemente no está de acuerdo con el aparente pacifismo de Rohani, el cual, por otro lado, declaró que el desarrollo de las tecnologías nucleares civiles y el enriquecimiento de uranio en Irán no son negociables. Lo que indica que continuará el desarrollo del programa nuclear. En consecuencia, EE.UU. y Europa, deben mantener firme la presión para desarticular este programa nuclear iraní, o de otro modo, los misiles iraníes portando ojivas nucleares podrían alcanzar a Europa.