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Enlace Judío México | 07 de 0ctubre 2013.- Aproximadamente medio millón de israelíes han salido este lunes a las calles de Jerusalén para dar su último adiós al rabino Ovadia Yosef, líder espiritual del partido ultraortodoxo israelí Shas, fallecido este lunes a los 93 años de edad. Yosef será enterrado junto a su esposa, Rabbanit Margalit Yosef en el Cementerio Sanhedriya de Jerusalén.

El coche fúnebre con el cuerpo de Yosef partió de la escuela talmúdica del barrio de Geula a las 18:00 horas (17: 00 hora peninsular española) en medio de una gran multitud, lo que ha hecho temer a las autoridades que se puedan producir incidentes.

Hasta el momento la Estrella de David Roja ha atendido a 40 personas por dolencias menores y tres más han tenido que ser hospitalizadas, según informa el diario ‘The Jerusalem Post’ en su edición digital. La Policía ha puesto en marcha un dispositivo especial con 4.000 agentes para garantizar la seguridad.

“El funeral puede terminar en tragedia”, ha declarado el inspector general de la Policía israelí, Yohanan Danino en declaraciones a la televisión israelí. Danino ha pedido que la gente no se suba a los tejados ni a las antenas.

El presidente del Shas, partido inspirado por Yosef, Aryeh Deri, ha afirmado durante el funeral que ahora están “huérfanos”. “Nos hemos quedado huérfanos. No tenemos padre. No tenemos líder. ¿A quién vamos a consultar? ¿Quién nos va a unir? Seguiremos con devoción. El mundo de la Torá está en peligro. Nos has abandonado en el momento más difícil. ¿Quién nos guiará?”, se ha preguntado Deri.

Cientos de autobuses de fieles ultraortodoxos han llegado a Jerusalén para participar en el funeral. El tráfico ha obligado a cerrar al tráfico particular la autopista que une Jerusalén y Tel Aviv debido a la cantidad de gente que pretendían llegar a Jerusalén para asistir al funeral.

Yosef falleció como consecuencia de la enfermedad que le aquejaba desde hace semanas y provocó su hospitalización en el Centro Médico Universitario Hadassah de Jerusalén, según informan los medios israelíes.

Previamente se había informado de que el estado de salud de Yosef se había deteriorado gravemente en las últimas horas y que éste había tenido que ser conectado a una máquina para mantenerle con vida. El encargado de anunciar su muerte ha sido el director del hospital, Yuval Weiss.

PERSONALIDAD DEL JUDAISMO

El rabino, nacido en Bagdad (Irak) en 1920, será enterrado este mismo lunes y se espera que cientos de miles de personas participen en su funeral. Sus familiares, avisados de su muerte inminente, se habían trasladado al hospital para darle su último adiós.

Yosef fue designado rabino jefe de los sefardíes, cargo que mantuvo hasta 1983, cuando se retiró. En esos diez años emitió algunos dictámenes importantes, como el que, tras la guerra de Yom Kippur –de la que justo se cumplen 40 años–, permitía volver a casarse a las esposas de soldados desaparecidos en acción desde hacía tiempo.

Tras abandonar este cargo, Yosef entró en el mundo de la política

y en 1984, con el apoyo del rabino Elazar Shach, encabezó la iniciativa para establecer un movimiento de los sefardíes, el Shas. El partido, que tenía como objetivo a la comunidad ‘haredi’ y a los sefardíes, ganó rápidamente respaldo y revolucionó la escena política del país.

Según recuerda ‘Haaretz’, tras una disputa con Shach en los años 1990, el Shas siguió su propio camino y entró a formar parte del Gobierno encabezado por Isaac Rabin. Desde entonces, todos los primeros ministros siempre han consultado a Yosef y su partido ha formado parte de todos los gobiernos salvo el creado por Ariel Sharon en 2003 y el actual de Benjamin Netanyahu.

El rabino era un erudito en el conocimiento de la Torá, autor de numerosos libros sobre el derecho religioso y cuyos sermones desde la sinagoga Yezadim en Jerusalén eran retransmitidos en directo vía satélite a varios países. Asimismo, era conocido por su tono mordaz y en ocasiones sus declaraciones generaron una ola de críticas.

Entre una de sus declaraciones más polémicas, según recuerda ‘Yediot Ahronot’, figura su afirmación de que los seis millones de judíos que murieron en el Holocausto fallecieron porque sus almas eran la reencarnación de almas pecadoras. Asimismo, no dudaba en tildar a los árabes de “serpientes venenosas”.

También eran particularmente polémicos sus comentarios sobre las mujeres. En una ocasión aseguró que “una mujer sin hijos no vale nada (…) a veces uno escucha en la sección femenina de la sinagoga a las mujeres balbuceando. ¿Sobre qué? Una le dice a la otra lo bonito que es su vestido (…) así es su cerebro”.

En los últimos años sacó varias veces el látigo en sus sermones semanales. “Deseo lo peor para nuestros enemigos y los que nos odian. Abu Mazen y todos estos malvados palestinos que desaparezcan de este mundo. Que Dios les golpee con una plaga a estos palestinos malvados”, afirmó hace pocos años. No tenía mejor opinión de los judíos laicos y su educación ni tampoco de los gentiles. Al líder de la izquierda laica, Yosi Sarid, llamó en una ocasión “diablo”. En otro sermón, insinuó que la muerte de los israelíes fallecidos en la guerra contra el grupo libanés Hizbulá (2006) se debe a que dieron la espalda a la Torá y la vida religiosa. Palabras que, como otras atribuidas al viejo Ovadia, provocaron mucha polémica en la opinión pública israelí.

Como autoridad religiosa, sus interpretaciones de la ‘Halajá’ fueron definidas como “revolucionarias” intentando adaptarse a las necesidades de los nuevos tiempos.

A la vez, fue fundamental en el Gobierno de Isaac Rabin para llevar adelante los Acuerdos de Oslo con los palestinos. “La tierra es importante pero la vida de una persona es mucho más sagrada. Preferimos la paz a la guerra”, afirmó entonces dando el voto que necesitaba el gobierno laborista para negociar con el líder palestino y hasta entonces gran enemigo, Yasir Arafat.

Fuente:larazon.es/elmundo.es