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JEAN MEYER

Enlace Judío México | Históricamente no les ha ido bien a los musulmanes en tierras de reconquista cristiana, como la Península Ibérica, de la cual fueron finalmente expulsados; tampoco les ha ido muy bien a los cristianos en tierras conquistadas por los musulmanes. Sin embargo, de la misma manera que se han mantenido importantes comunidades islámicas en los Balcanes cristianos, existen fuertes núcleos cristianos en tierra del Islam: forman 10% o más de la población de Egipto y Siria y están o estaban presentes hasta hace muy poco en todo el Medio Oriente.

Existe un serio contraste entre la suerte de los 30 millones de musulmanes que han migrado a Europa, Estados Unidos y Canadá, y la de los cristianos de aquel Oriente Medio convulsionado desde 2003. En Occidente, los musulmanes gozan de todas las libertades civiles y religiosas. Las minorías cristianas no gozan del mismo estatuto. Cuando fueron subyugadas por la Conquista, bajaron a la categoría de ahl ad-dhimmah, “gentes protegidas”, como los judíos, es decir “protegidas en la humillación”, algo ciertamente mejor que lo prescrito en el versículo 29 de la novena sura: “Combaten a muerte a judíos y cristianos hasta que entren en la religión de lo verdadero o que paguen la capitación”.

Hoy día hay que distinguir entre islamismo, forma política del integrismo religioso que va desde los Hermanos Musulmanes hasta Al-Qaeda y el Islam puramente religioso. El cristianismo, en sus diversas Iglesias, ha conocido la misma ambivalencia que va desde “Mátenlos a todos, Dios reconocerá los suyos”, hasta el verdadero amor al prójimo. Así, el fiel creyente prefiere citar del Corán: “Nada de imposición en religión” (II, 256) o “Si Dios lo hubiese querido, todos los que pueblan la tierra habrían creído. Y tú, ¿vas a obligar las gentes a creer?” (X, 99). Mientras que los libros de texto oficiales saudíes que se emplean en los estudios islámicos manifiestan un odio a los cristianos, judíos y musulmanes que no profesan la doctrina wahabí (integrista). Dichos estudios representan entre la cuarta y la tercera parte de la semana de clase en la escuela primaria y la enseñanza media. Ahí les va un botón de muestra:

“La verdadera fe significa… que uno odia a los politeístas y los infieles pero no los trata injustamente”. Comento que los cristianos son las dos cosas, politeístas por su misteriosa Trinidad, e infieles. “Está prohibido que un musulmán sea buen amigo de alguien que no cree en Dios y su Profeta (…) Un musulmán, aunque viva lejos, es tu hermano. Alguien que se opone a Dios, aunque sea tu hermano, es tu enemigo religioso”. “Así como los musulmanes, en el pasado, se agruparon con la sincera intención de expulsar a los cruzados de Palestina y triunfaron, así los árabes y los musulmanes saldrán victoriosos contra los judíos y sus aliados, siempre que libren una auténtica yihad en nombre de Dios, porque Dios lo puede”. “Como se dice en Ibn Abbas: los monos son los judíos, el pueblo del Sabbath; mientras que los cerdos son los cristianos, los infieles de la comunión de Jesús”.

Arabia distribuye sus libros de religión a numerosas escuelas islámicas en el mundo entero. Uno los puede conseguir en Madrid, Lyon y Londres, entre otras ciudades europeas. Los integristas escogen en el Corán textos como: “O creyentes, no tomen como amigos a judíos y cristianos. Ellos son amigos los unos de los otros. Quien los tome como amigos acabará como ellos y Dios no será Guía de perversos”. (V, 51) Como resultado, puedo citar los casos que conocí personalmente, de árabes cristianos, combatientes de la primera hora en la OLP (Organización de Liberación de la Palestina), que nunca pudieron ascender y se quedaron siempre como soldados rasos. Varios de ellos han terminado por emigrar a Europa y América. Por eso están amenazadas las viejas cristiandades orientales, maronita, copta, armenia, siriaca, asiria… Por el islamismo, no por el Islam.

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Profesor e investigador del CIDE

Fuente:eluniversalmas.com.mx