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Es el trigésimo tercero de los cuarenta y nueve días entre Pésaj y Shavuót, conocidos como el período del “cuenta de Omer” (Sefirá).  Antiguamente en Israel éstos eran los días de la recolección de la cebada y el Omer era una antigua medida de cebada. Cuenta de Omer (Sefirá) forma parte del servicio de oraciones durante este período. Son días de lamentación de recuerdos tristes, tan destacados por la antigua tradición que, durante ellos, nadie podía cortarse el pelo ni se podían celebrar matrimonios. Pero en Lag Baomer la alegría interrumpía este período y podían celebrarse bodas y estaba permitido cortarse el pelo. Cuentan que durante la rebelión de Bar Kojba, los alumnos de Rabí Akiba fueron atacados por la peste en los días de Omer, pero que en el día de Lag Baomer la peste se acabó. En este día en el Israel moderno hay peregrinaciones a Merón, aldea de Galilea, para visitar la tumba de Shimón bar Yojai.  A medianoche los peregrinos encienden fogatas y bailan y cantan hasta el amanecer. Esta costumbre de bailar alrededor de las fogatas se ha extendido a otras partes de Israel. Ni los eruditos ni los gaonim mencionan el Lag Baomer. Se celebra como una especie de festividad a medias y su naturaleza se ha ido determinando las tradiciones y la observancia.

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