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TOMER PERSICO

Enlace Judío México- La ley familiar en Israel es un poco como Frankenstein, construida con parches, parte por parte, con una ley por aquí y una decisión de la Corte Suprema por allá. Antes de que uno se de cuenta, la impresionante entidad legal a la que nos enfrentamos es un cuerpo entero. Los hechos hablan por sí solos – cada vez hay más ciudadanos judíos en Israel que optan casarse afuera del marco rabínico. Mientras que van a la oficina del jefe rabino, David Stav advirtió que un tercio de las parejas seculares hoy en día encuentran otros modos de casarse. Es posible que la elección subsiguiente de dos jefes rabinos conservadores fortalezca esta tendencia.

La semana pasada una luz brilló en la oscuridad. La Knesset – parlamento israelí – aprobó una ley que pedía la expansión de zonas de registro y un alivio de las restricciones, y cada ciudadano ahora podrá elegir su consejo religioso en el que se quiera casar. Teóricamente esto permitirá que uno se encuentre con funcionarios más tolerantes, como los que no insistirán en que la novia haga una nota en la que confirme su uso de la Mikve. Este es un desarrollo positivo, que hace que las cosas sean más fáciles, pero en verdad no soluciona ningún problema. Todavía estamos atados por ley a casarnos exclusivamente con rabinos ortodoxos. Nos podemos consolar con la esperanza de encontrar a uno simpático.

Sin embargo, este no fue el único cambio que hizo la ley. Además de aumentar el número de oficinas de registro, hubo un cambio en la cláusula que penaliza a quienes se casan afuera del Gran Rabinato. Mientras que la ley original decía que “cualquiera que no registre un casamiento o divorcio en el Rabinato será castigado según los mandamientos de la cláusula 99 del código criminal otomano”, el nuevo proyecto estipula que además de castigar a los novios, también se acusará al rabino. En vez de una referencia liviana a la vieja ley otomana, la nueva legislación estipula que tanto el marido como la mujer y el rabino que estuvieron en la ceremonia deberán pasar dos años en prisión.

No se frote los ojos por el asombro. Leyó bien. Cualquiera que ose casarse afuera del marco oficial del Rabinato terminará en la cárcel dos años. Debería destacarse que la ley en esta forma previa nunca fue aplicada y que las parejas que se casan de manera no oficial no fueron procesadas. Sin embargo, no hay una razón válida para convertir a cientos de miles de israelíes en criminales.

Uno debería recordar que entre aquellos que se casan afuera del Rabinato hay muchos que lo hacen por falta de opción. Actualmente hay más de 300.000 personas en Israel, principalmente inmigrantes veteranos de la ex Unión Soviética, que no son considerados judíos según la ley ortodoxa judía, evitando que se casen dentro del marco legal. La nueva ley añade a esta injusticia. El hecho de que no puedan casarse en su propio país ya es un escándalo. Ahora si mantienen una ceremonia por fuera del Rabinato, que en todos casos no será reconocida por el estado, están rompiendo la ley y pueden ser encarcelados dos años. Tal vez tengan que ser solteros para siempre.

He llevado a cabo varias ceremonias desde que entré a la organización ‘Havaya’, las cuales obviamente no registré en el Rabinato. Yo y mis amigos seguiremos con este trabajo sagrado, de ahora en más desafiando específicamente a esta ley, que usa el poder del estado para la coerción religiosa y que se para en contraste con los principios de la democracia.

El escritor es un investigador de religiones contemporáneas en la Universidad de Tel Aviv

Fuente: Agencia Judía de Noticias