Enlace-Judio-Isaac- Querub- España- no- es- un- país- antisemita

Enlace Judío México | 09 de noviembre 2013.- El presidente de la Federación de Comunidades Judías Españolas, Isaac Querub, es un español de raíces sefarditas que nació en Tánger hace 57 años. Pese a recibir su primera educación en un Liceo francés, su familia ha conservado siempre el idioma de sus ancestros y a los diez años se trasladó a España donde reside desde entonces. En España estudió en los jesuitas para después licenciarse en ICADE en Derecho y Empresariales.

Hoy es un próspero empresario que tiene negocios en el sector de las materias primas y también en el inmobiliario, está casado con una española, también judía y es padre de tres niñas. Como presidente de las comunidades judías españolas, Querub representa a cerca de 50.000 judíos afincados en España, aunque cree que el número real está en torno a 100.000. “Hay muchos que no se dan de alta en las comunidades – asegura – sobre todo los que vienen de Latinoamérica”.

Hace unos días, Isaac Querub participó en una reunión del Comité de Enlace católico judío, la más alta instancia de diálogo entre judíos y católicos, junto a Monseñor Rouco Varela a favor del encuentro entre católicos y judíos en España. “Invitamos al presidente de la Conferencia Episcopal a hacer unas declaraciones en nuestra sinagoga y respetuosamente sugerimos que esta declaración podía ir acompañada de la devolución de la sinagoga de Santa María de Toledo al pueblo judío en general y a los judíos españoles en general”. De momento, el presidente de la Conferencia Episcopal no se ha pronunciado sobre la petición.

Se cumplen 75 años de la noche de los cristales rotos, parece muy lejano pero aún deben vivir testigos de aquella tragedia, ¿cómo debemos recordarla?

Debemos recordarla con enorme tristeza y respeto por las víctimas. Aquella fue una tragedia que no sólo afectó al pueblo judío, sino al mundo entero y creo que este aniversario tan simbólico nos debe servir como acicate para recordar que la condición humana también conlleva la maldad.

Angela Merkel dijo hace unas fechas que Alemania aún no ha logrado erradicar el antisemitismo, ¿cree usted que aún quedan rescoldos de antisemitismo en Europa y en el mundo?
Yo diría que más que rescoldos. Cuando vemos que un diputado húngaro pide listas de judíos, cuando vemos que en Grecia un partido como Amanecer Dorado es capaz de asesinar, creo que no podemos hablar de rescoldos. Podemos afirmar que la bestia no ha muerto completamente y que en tiempos de crisis renace de sus cenizas.

Más que antisemitismo, se habla de una nueva judeofobia, que viene más del antisionismo, que es más política que racial, ¿está de acuerdo?

Creo que muchas veces se utiliza el antisionismo o la actitud antiisraelí como un pretexto y no es más que antisemitismo camuflado. Eso no quiere decir que los judíos o el Gobierno de Israel no puedan ser criticados. Creo que no hay pueblo más discutidor y más abierto a la crítica que el pueblo judío. A través de la historia hemos sido firmes partidarios del debate y de la discrepancia por eso siempre hemos estado al lado de la innovación y del progreso. Pero hay actitudes auténticamente antisemitas y auténticamente antiisraelíes y hay que denunciarlo. Cuando se oye a un jefe de Gobierno decir que se borre del mapa al Estado de Israel no podemos hablar con eufemismos. Y este tipo de gente también tiene sus partidarios.

Dentro de esa tendencia parece que se les acusa de todo, desde lo de las torres gemelas hasta las crisis económicas…

A lo largo de los últimos 2.000 años los judíos sabemos bien lo que es ser utilizados como cabeza de turcos. Creo que esto es porque siempre hemos reivindicado nuestro derecho a la diferencia y nuestro derecho a practicar nuestra religión. En muchos casos, sobre todo en tiempos de crisis, han querido desplazar las culpas hacia el pueblo judío, que siempre está en minoría. Sólo somos el 0,2% de la población mundial.

En España durante años se hablaba de una conspiración judeo-masónica…

No hay que olvidar que este era un régimen fascista que formó parte de las potencias del Eje junto con los fascistas italianos y los nazis alemanes. Es cierto que más adelante el régimen se suavizaría y toleraría a los judíos y también lo es que algunos judíos sienten agradecimiento hacia el general Franco y consideran que les ayudó al permitir que muchos salieran de Europa a través de España. Estamos sobre todo agradecidos a algunos diplomáticos españoles que se portaron muy bien en los peores momentos de la 2ª Guerra Mundial, como fue el caso de Sanz Briz en Budapest, al que debemos la vida de 5.000 judíos que iban a ser deportados a Auschwitz.

¿Cree que queda algo de aquella España? ¿Cómo calificaría la situación de la Comunidad judía en nuestro país?

Lo primero que quiero decir es que España no es un país antisemita. Sí existen prejuicios y estereotipos que tienen mucho que ver con la ignorancia y con algunas leyendas negras, muchas de las cuales fueron alimentadas por la Iglesia, pero afortunadamente en su mayoría, todo esto ha sido ya superado. Los prejuicios hoy en día están ligados fundamentalmente al conflicto de Oriente Medio. Hemos de hacer un esfuerzo muy importante en la educación para intentar entender que aceptar a los otros por su diferencia nos hace una sociedad más rica y diversa.

¿Le molesta que se celebren fiestas como el Santo Niño de la Guardia y que pervivan expresiones peyorativas como ‘judiada’?

A eso es a lo que hacía referencia precisamente. Sería importante que hiciéramos un esfuerzo conjunto por erradicar estas leyendas populares porque dicen mucho del alma de un pueblo. Debemos hacer cuantos esfuerzos sean necesarios por mejorar la convivencia y esta sólo se mejora cuando hay respeto por los demás y con educación.

¿Qué cree que es más preocupante en España, el antisemitismo histórico y quizás menos consciente o el antisionismo de nuevo cuño?

Ambas cosas son malas. No hay nada peor que la falta de educación y la ignorancia porque la ignorancia es muy osada. Cuando se ataca al judío porque no se le conoce o porque se le atribuyen leyendas negras es por ignorancia o porque alguien ha inculcado esos estereotipos y esos prejuicios. Cuando se ataca a Israel, no cuando se le critica, sino cuando se le ataca es porque no se le conoce o porque se le quiere hacer daño a propósito. Israel es un país reciente, de sólo 65 años, donde se respetan todos los valores de la civilización judeocristiana. De hecho, es la única democracia de Oriente Medio. No es un país perfecto pero, ¿cuál lo es? En Israel se respeta a hombres y mujeres independientemente de su condición sexual, se respeta a los extranjeros, se respeta la práctica de cualquier religión y es un país donde los niños están educados para la paz, no para el odio ni para la guerra como en algunos países vecinos.

¿Cree que a veces se confunden términos como sionista, israelita y judío?

Puede que no se diferencie pero tampoco es tan importante. Que me llamen judío y sionista lo asumo con orgullo y que me llamen israelí, aunque no sea verdad, tampoco me molesta. Soy español, soy judío y soy sionista. Ser sionista significa identificarse con un proyecto, que es reparar una anomalía histórica como es que el pueblo judío no tuviera su propio estado. Nada más y nada menos.

En cuanto a las muestras de antisemitismo, en España apenas se dan agresiones pero sí abundan las expresiones racistas y antisemitas en las redes sociales y foros de Internet e incluso en los graffitis callejeros, ¿cree que hay un odio real que se vierte en el anonimato o es la inconsciencia y la ignorancia de la que hablaba?
No le restaría importancia porque hoy la comunicación pasa fundamentalmente por Internet y las redes sociales. Nos preocupa la impunidad y también la edad del que se expresa de esta manera, del que se inicia en el odio. Un joven que odia es un joven enfermo. Ninguno nacemos odiando. De ahí que debamos hacer un esfuerzo enorme en los colegios y las universidades. Lo digo como ciudadano español y bien orgulloso que estoy de ello. Los judíos estamos perfectamente integrados en España, sufrimos los mismos avatares que el resto de los ciudadanos, tenemos las mismas preocupaciones, nos afecta la crisis igual que el resto, nos preocupa el paro y los recortes. Lo único que nos puede diferenciar es la praxis religiosa. Y por supuesto una memoria y una historia.

¿Cree que las leyes españolas son permisivas con el antisemitismo verbal?

Los españoles tenemos una Constitución que consagra el derecho a la diferencia y también la libertad de expresión. Hay mucha gente, fundamentalmente poco educada, que abusa de la libertad de expresión y cuando se abusa de ese derecho, la libertad se convierte en libertinaje. Creo que las leyes españolas no son especialmente permisivas y creo también que el Ministerio de Justicia está haciendo un esfuerzo encomiable. Hemos leído en la prensa que el Consejo de Ministros ha aprobado la modificación del código penal que nosotros saludamos con entusiasmo porque se van a reformular los artículos 510 y 607 párrafo dos donde se ampliará la protección contra los delitos de incitación al odio y donde además esperamos que se condene la negación del Holocausto.

¿Le molesta que se hable genéricamente del lobby judío, ya sea en España o en Estados Unidos? ¿Reconoce que existe?

No reconozco que exista ningún lobby judío. En España nunca ha existido y nunca existirá porque la ley no recoge ningún tipo de registro de lobbys. Y en Estados Unidos lo que existe es un lobby proisraelí, legalmente registrado al igual que otros, pero no un lobby judío. En todos los países pueden existir organizaciones judías porque la comunidad judía siempre se organiza de esta manera, a través de asociaciones y organizaciones, cada una con una misión: unas se ocupan de la educación, otras de los pobres, otras de los mayores… Pero no existe ningún lobby. Su supuesta existencia forma parte de la propaganda antisemita desarrollada durante el siglo XIX e incrementada en el siglo XX por culpa del nazismo y del extremismo islamista.

¿Qué han hecho mal los judíos para perder la batalla intelectual en Palestina, para que sobrevivan imágenes como la guerra entre David y Goliat, para que las versiones palestinas hayan sido las dominantes?

Bueno, yo no se si hemos perdido la batalla intelectual. Los israelíes han preferido buscar la eficacia y referirse a los hechos reales. El pueblo israelí está educado para la paz y le encantaría poder convivir pacíficamente con todos sus vecinos. De hecho, cuando ha tenido un interlocutor serio como Egipto o como Jordania no ha dudado en legitimar la paz. Pero la paz debe tener un contenido, debe tener contrapartidas. A lo mejor, es verdad, preferimos ganar otro tipo de batallas y perder la de la propaganda. No se nos ha dado nunca bien ni la propaganda, ni los slogans, ni la mentira.

Fuente:teinteresa.es