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LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO

Enlace Judío México | Desde el ascenso de Hassan Rouhani (HR) a la presidencia de Irán en agosto pasado, éste ha buscado suavizar el discurso incendiario de su predecesor Ahmadineyad contra Occidente, e incluso, aceptó que inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica puedan visitar inesperadamente las instalaciones nucleares de Irán para comprobar que el programa de ese país no tiene fines militares; el acuerdo para estas visitas es calificado como puramente técnico e independiente de las conversaciones del programa nuclear de Irán con las potencias, aunque no incluye la visita al centro nuclear de Parchin, localizado al sureste de Teherán, la capital de esa nación, donde la Agencia sospecha que se han realizado pruebas de explosiones convencionales aplicables a armas nucleares.

Por otra parte, Irán ha participado en Ginebra, Suiza, en pláticas con los representantes de EUA, Rusia, Inglaterra, Francia, China y la Unión Europea, en donde se pretende negociar el programa nuclear iraní para que ese país lo abandone por sus propósitos militares y que su gobierno repetidamente ha negado que los tenga. La idea central de las pláticas es que por seis meses Irán “detenga el enriquecimiento de uranio y revierta el que ya posee, limite el número de centrifugadoras que enriquecen uranio al 3.5%, que acepte no hacer uso de sus nuevas y veloces centrifugadoras y no prosiga con labores de tratamiento de agua pesada en el reactor de Arak; a cambio, EUA y Occidente en general, suavizarían las sanciones económicas que le han aplicado y que están agobiando a su economía. Después del plazo fijado se verificaría si Irán ha cumplido con sus compromisos, y en caso de que sí lo haya hecho, se contemplaría una mayor reducción de las sanciones.

Cabe mencionar que Israel, el país más interesado en que se desmantele el programa nuclear iraní, en virtud de que reciente con más fuerza la amenaza nuclear de Irán, no participa en las negociaciones de Ginebra. De aquí que el primer ministro Benjamín Netanyahu ha indicado que Israel no estará obligado a aceptar los acuerdos que pudieran alcanzarse en Ginebra; en este ámbito HR ha calificado a Israel “de un régimen ilegítimo y bastardo”; Israel se opone a que Occidente elimine las sanciones a Irán porque ello restaría presión a este último y lo motivaría a continuar con su programa nuclear, incluso propugna que le apliquen sanciones más severas para disuadirlo de este último y ponerlo en la cuerda floja.

La enfática oposición de Benjamín Netanyahu a un acuerdo con Irán, que considera será un mal acuerdo y “peor que ninguno”, originó que el periódico New York Times la denominara “reacción histérica”. Lo cierto es que Irán en el fondo sólo quiere engatusar a Occidente con concesiones superficiales; todo el mundo percibe que Irán busca ganar tiempo para completar su programa. Netanyahu ha señalado que la cuestión nuclear es su principal prioridad en política exterior; una negociación inadecuada en Ginebra podría inducir a Israel a “irse por la libre” con una confrontación militar preventiva contra Irán. Israel no puede confiar en la capacidad de persuasión del presidente Obama a Irán para que desista de su programa nuclear; igualmente EUA tiene una posición cómoda en relación a Israel porque no vive una amenaza existencial con ese programa. Además, es previsible que Obama no logre con Irán un acuerdo sólido y defendible ante el Congreso de EUA. Los ayatolas y el propio HR han consignado en varias ocasiones que Irán no renunciará a su programa de enriquecimiento de uranio para “propósitos civiles”.

Israel no es la única nación que se opone a las negociaciones del programa nuclear de Irán; en este sentido, Francia mostró su inconformidad en Ginebra condicionando a que las pláticas prosigan solo si Irán renuncia a la operación de su reactor nuclear de Arak. Por su parte, Arabia Saudita, en donde predomina el Islam Sunita, ve con recelo las pláticas porque tiene temor de que Irán, donde son mayoría los chiitas, pueda fabricar una bomba nuclear y eventualmente la utilice contra Arabia Saudita; este último país está buscando negociar que Pakistán le venda bombas atómicas y no quede indefenso frente a la amenaza potencial de un Irán nuclear.

Irán es un país que alienta el terrorismo en el mundo, basta recordar que estuvo detrás de los atentados a la Embajada de Israel en Argentina en 1992 y a la Asociación Mutualista Israelita Argentina en 1994. Irán es el centro del “eje del mal” y constituye una amenaza no solo para el Medio Oriente, sino para la Paz mundial.