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Enlace Judío México | La foto de un torso parcialmente desnudo de una paciente que sufrió una tumorectomía –la extirpación de un tumor en el seno sin llegar a remover el pecho completo- en la que se ve la cicatriz de esa cirugía, un tatuaje de la Estrella de David y se asoma levemente uno de los pezones ha causado controversia en una escala que va del rechazo y el escándalo a la comprensión y la solidaridad.

La foto apareció en la primera plana del periódico ‘The New York Times’ para ilustrar, según relata Yahoo! Shine, un artículo sobre el tema del cáncer de seno.

La polémica que se desató por la publicación de esa imagen fue intensa. A algunos les molestó que se mostrara el tatuaje de la estrella de David, símbolo del judaísmo e Israel; a otros que la cicatriz de la tumorectomía fuera mostrada de modo explícito. Pero la mayoría de las quejas, que de acuerdo con Yahoo! Shine se expresaron tanto como comentarios en el propio website del periódico como en cartas de los lectores y en redes sociales, tuvieron que ver con la mínima aparición de la parte superior de un pezón, una porción mínima pero que bastó para desatar el rechazo de algunos.

Sobre la cicatriz y la Estrella de David los críticos lo calificaron de demasiado gráfico y de evocar de modo inapropiado el drama del Holocausto, a lo que los periodistas de ‘The New York Times’ han respondido indicando que la foto expresa gráficamente justo lo que el artículo quería decir y por ello es apropiada: el alto índice de cáncer de seno en Israel y los problemas financieros que enfrentan muchas pacientes. La propia foto es de una de las entrevistadas, una joven judía de 28 años que sufrió cáncer de seno y se sometió a la tumorectomía. Aunque no se muestra su rostro, la foto es la expresión de su historia y de sus circunstancias.

El asunto de la aparición del pezón fue algo diferente. Según relata Yahoo! Shine, eso desató respuestas airadas. Los menos calificaban la foto de inapropiada y otros lanzaron calificativos que aludían a basura y espectáculos de tipo sexual. En contraste, otras personas defendieron la imagen y criticaron a quienes se manifestaron ofendidos por ella. Muchos consideraron excesiva la reacción, pues el pezón apenas si se sugiere, otros señalaron la tensión entre una exagerada tensión hacia la desnudez que se experimenta en ciertos estamentos sociales mientras se glorifica la violencia, y algunos, simplemente, indicaron que una imagen así es justamente de lo que se trata el drama del cáncer de seno, con todas sus connotaciones y aristas humanas, económicas, sociales y culturales.

La joven cuyo pecho se mostró en ‘The New York Times’ decidió aportar su parte en la polémica y envió una carta en la que explica su posición. “Cuando vi por primera vez la foto no la encontré provocativa o inapropiada. Pensé que era poderosa y contaba mi historia: soy una joven y orgullosa mujer judía que tuvo cáncer de seno y mi cicatriz lo prueba. No estoy avergonzada de mi cicatriz. La mayoría de mi pecho no fue expuesto y la pequeña parte que sí lo está no hace a la foto ‘barata’. Pienso que es muy artística”.

La joven añade que no esperaba que la imagen desatara tal controversia pero al final le dio la bienvenida a la polémica pues permite la discusión y el conocimiento sobre los problemas, sufrimientos e implicaciones del cáncer de seno en la vida de quienes lo sufren. Ella añade que aceptó que la foto se publicara pero pidió que no se revelara su identidad. “No quise volverme famosa por haber tenido cáncer”, dijo.

Y añadió que “en respuesta a los comentarios de algunos lectores sobre el tatuaje que tengo en mi cuerpo, vengo de una familia de sobrevivientes del holocausto. Cuando tenía 17 años acudí con mi preparatoria a un viaje a los campos de concentración en Polonia. Fue un viaje muy emotivo y difícil, y cuando regresé a Israel [donde ella vive] me sentí tan orgullosa de ser judía e israelí que quise que todo el mundo lo supiera. Nunca ocultaré mi religión ni de dónde vengo. Por eso me hice el tatuaje de la Estrella de David. Fue 10 años antes de que se me diagnosticara cáncer de seno”.

Al final, de la controversia queda la dignidad y el valor de los testimonios de los pacientes de cáncer de seno y la convicción de que se debe conocer sus historias y redoblar los apoyos para que puedan hacer frente a la enfermedad. Las alegaciones prejuiciadas o sesgadas no ayudan en nada.

Fuente:noticias.yahoo.com