la foto 3

Enlace Judío México- El día de hoy, en el diario Reforma, bajo el título “Documentan delitos contra centroamericanos”, se utiliza tres veces la palabra “Holocausto” para describir la tragedia de los migrantes:

“Durante la presentación del informe “Narrativas de la Transmigración centroamericana en su paso por México”, el padre Alejandro Solalinde sostuvo que el cruce por México se ha convertido para los migrantes en un “holocausto”, al quedar atrapados entre el crimen organizado y la política persecutoria del Estado.

“Digan si no es un holocausto más de 10 mil desaparecidos, y esta cifra es muy baja de lo que realmente es, (porque) no han sido todavía aclarados.

“Cuántas mujeres no han sido violadas y cuántas personas no sabemos nada de ellas. Si todo esto no es un holocausto, yo no se entonces que sea”.

Por otra parte, en el marco de la FIL 2013, en la presentación del libro “Los Cuatro Puntos Orientales” de Carlos Martínez Assad, el presentador, Jorge Durand, mencionó el “Holocausto palestino”.

Como lo comentó nuestra reportera, no cabe duda que el pueblo palestino está sufriendo unas terribles circunstancias pero, ¿no es excesivo el término Holocausto para referirse a los Palestinos, no será una banalización del concepto?

Durand contestó: “Lo que pasó en determinados campamentos, si no es un Holocausto, es bastante cercano, por supuesto que es un tema difícil, pero lo que sucedió con los armenios ¿qué fue?, el pueblo judío no tiene el monopolio del Holocausto… Pero evidentemente es un tema que quizá se me fue alguna palabra de más y si ofendí a alguien pido una disculpa”.

En Enlace Judío creemos que el Holocausto es definido como un suceso único e irrepetible, sin comparación en la historia y que por ello ha de ser recordado de manera única para evitar que suceda de nuevo.

Tal vez sea importante, antes de hablar, recorrer algun Museo del Holocausto donde están expuestas sin necesidad de más, las fotos de las víctimas de Auschwitz-Birkenau o las reproducciones a escalas de las cámaras de gas. Y sin necesidad de estudiar nada, se podría haber entendido mucho. Los verdugos alemanes no daban abasto para sacar los cuerpos seleccionados como no aptos, famélicos, arrancados de sus familias, ahogados, y los llevaban a los hornos no sólo para deshacerse de la evidencia, sino para tener más espacio para seguir ejecutando la solución final. No hay por dónde establecer algo siquiera parecido al problema palestino-israelí.