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Enlace Judío México | La edad de oro de la radio en México perdió a uno de sus pilares en este 2013, Pedro el ‘Mago’ Septién, personaje que sobrevivió a casi todos sus contemporáneos. El más joven de esa generación en los albores de la revolución de los medios de comunicación en nuestro país es el periodista Jacobo Zabludovsky Kraveski, quien a los 19 años figura “en sus tempraneras noticias de las siete de mañana, con un gran éxito por lo novedoso y ágil de su programa, alimentado por la información de los rotativos” en la XEX, dirigida por Alonso Sordo Noriega, director tutelar de la crónica deportiva de la radio y la televisión en nuestro país, en el distante 1947.

A raíz del fallecimiento, el pasado día 18, de Pedro el ‘Mago’ Septién a los 97 años, último eslabón dentro de la crónica deportiva que nació en la radio en la década de los treinta y luego se prodigó en la televisión a partir de los cincuenta, el licenciado Zabludovsky aceptó una entrevista para hablar de su compañero de trabajo, primero en la radio y luego en la televisión.

“Pedro Septién, el ‘Mago’ Septién, no solamente fue el gran cronista deportivo que todos recordamos, sino también es algo más; su labor profesional deja una huella fuera del círculo del deporte; es uno de los más grandes periodistas radiofónicos que ha tenido México, no nada más de deportes, sino que dio una cátedra a lo largo de su vida sobre lo que es el periodismo de radio. Pedro nos hizo vibrar, nos hizo sentir y nos hizo ver lo que estaba ocurriendo. Ese vínculo de la boca que emite palabras y el oído que escucha es lo más personal que el periodismo puede ofrecer y lo más antiguo de la humanidad. En ese sentido, la intuición del ‘Mago’ fue extraordinaria. Cuando lo recuerdo, lo recuerdo con una sonrisa interior. Era un hombre muy simpático, pero además lo recuerdo con un gran respeto profesional como colega”.

Pedro Septién, dentro de las preferencias del público, era arrollador entre los cronistas deportivos, todos ya desaparecidos: En primer lugar él mismo, con 11,391 votos; le seguía Fernando Marcos con 3,358; Agustín González Escopeta, 340; Cristino Lorenzo, 291; “Sony” Alarcón, 139 y Ángel Fernández, 58.

El licenciado Zabludovsky hizo mención de la escuela de los locutores y cronistas de mediados del siglo xx, hechos sobre la práctica. Así, fue narrado el primer juego de beisbol por un personaje de nombre Arturo García, a quien nadie recordaría a menos de precisar que más tarde se llamó Arturo de Córdova, voz inconfundible de la radio y actor referente del cine de oro mexicano.

“Cuando el ‘Mago’ Septién quería improvisar se preparaba por varios días. Parece una contradicción, pero el que quiera improvisar -aconseja-, prepárese; va a parecer que está diciendo lo que a él se le ocurre, pero si se preparó bien lo que está diciendo va a ser inteligente y grato; y si se preparó mal va a decir puras tonterías. El ‘Mago’ Septién fue un maestro en el uso de este tipo de periodismo”.

Relata así el licenciado Zabludovky, quien cumplirá el año próximo 86 años, edad que no aparenta, con una mente lúcida y asombrosa vitalidad. Coincidió con Pedro Septién en Juegos Olímpicos y tuvo gran relación en la XEQ, donde lo conoció.

“Eran tres programas de cinco minutos que pasaban todos los días, como a la una y media de la tarde, y había que ir en vivo. Entonces, el ‘Mago’ Septién pasaba sus cinco minutos, después yo pasaba mis cinco minutos y el gran escritor Luis Spota -fundador del Consejo Mundial de Boxeo- pasaba sus cinco minutos. Antes de entrar a la cabina platicábamos media hora de los temas normales, de los que platican amigos, y aprendí muchísimo del ‘Mago’ Septién”.

Y tampoco omitió Zabludovski Kraveski, cuyos inicios periodísticos se dieron en el diario El Nacional a los 13 años, las libretas que estimulaban la extraordinaria memoria del ‘Mago’.

“Con sus archivos que tenía en casa llegaba muy preparado a los juegos de beisbol -narró más de 6,500 y 50 series mundiales-; por eso, cuando recordaba a Sandy Koufax narraba que había hecho no sé qué, en no sé qué año, y decía cómo había sido la jugada relacionada con la nueva jugada; le daba un color a sus transmisiones. Luego ubicaba muy bien todos los lugares del campo de beisbol, porque es una especialidad la del radio, en la que la gente no ve. Parece obvio decir esto, pero hay muchos cronistas de radio que no lo toman en cuenta.

“Entonces, él decía exactamente bajo los anuncios de sombreros Tardán, o donde se pone no sé quién, dónde da la sombra a las cuatro de la tarde. Él tenía un enorme ingenio para llevarnos a cada lugar del estadio y ver a través de las palabras que él decía. Yo le aprendí mucho, ponía mucha atención a sus cosas, le tengo un profundo respeto profesional. Después de Alonso Sordo Noriega -con el que trabajé de 1945 a 49 y en 1947 inauguramos la XEX-, que fue un gran cronista de toros y de futbol, creo que el ‘Mago’ Septién tiene un sitio privilegiado en el esfuerzo que se ha hecho entre los periodistas mexicanos por fortalecer el periodismo radiofónico. Es inolvidable, y su huella es permanente”.

El licenciado Jacobo Zabludovsky es ejemplo de perseverancia, es creador de un periodismo directo y sin metáforas, con la magia de la sencillez y la claridad, atributos de una escuela a lo largo de generaciones que él formó. En su quehacer cotidiano tiene el programa radiofónico de mayor audiencia y se alista para su participación en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, en febrero de 2014.

Le pregunté a mi entrevistado si Pedro Septién fue un cronista deportivo romántico, a lo cual respondió, en el recuerdo y recuento de su juventud de un México en pleno desarrollo:

“Yo creo que sí. Fue un romántico en el sentido de que tenía amor a su profesión y a su oficio. Ese es el verdadero romanticismo, como cuando dicen de algún escritor que fue un bohemio, de algún músico que fue un bohemio. Sí, fue un bohemio, pero hizo nueve sinfonías (Ludwig van Beethoven). Yo creo que el recuerdo que deja el ‘Mago’ Septién es el de un amigo que usó la herramienta que la técnica moderna puso a su disposición, que es la radiodifusión, para estrechar los lazos de amistad con quien lo oía. Él tenía siempre esa intención, yo lo recuerdo y no escuché en muchas crónicas del ‘Mago’ Septién que jamás haya agredido a alguien que fuera motivo de su crónica, porque yo de él aprendí, aunque él no me lo dijo, es una frase mía, que ‘el micrófono no debe usarse como un puñal, sino como una mano que se ofrece'”.

Consejo que no hemos olvidado desde que lo escuché en su oficina, en 1992, el día que regresó la delegación mexicana de los Juegos Olímpicos de Barcelona, en mi primero y último enlace en vivo para el noticiero ’24 horas’, el de mayor tiempo dado por el licenciado Zabludovsky a un tema deportivo.

Fuente:oem.com.mx