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MIKEL AYESTARAN

Enlace Judío México | Molhem Barakat perdió la vida cuando fotografiaba los combates en un hospital de Alepo. Su nombre saltó a la prensa internacional porque trabajaba como ‘freelance’ para la agencia Reuters y tras su muerte se difundió que podría ser menor de edad, lo que reabrió el debate sobre la forma en la que se cubre el «conflicto más peligroso para la Prensa por segundo año consecutivo», según el Instituto Internacional para la Seguridad de la Prensa (INSI), con sede en Bruselas. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) de Nueva York informa de, al menos, 30 secuestrados (entre ellos los españoles Javier Espinosa, Ricardo García Vilanova y Marc Marginedas) o desaparecidos y de 52 muertos desde el comienzo de la guerra civil en 2011. Reporteros sin Fronteras (RSF) aumenta a 60 los detenidos o secuestrados y a 110 el número de fallecidos.

Siria se encuentra dividida en tres zonas, siguiendo el modelo de Irak, y el trabajo para los informadores y los activistas de los derechos humanos es muy distinto en cada una de ellas, aunque tiene en común el uso de las nuevas tecnologías como soporte principal. Los kurdos han instaurado una especie de región autónoma en el norte y el régimen mantiene sus posiciones en Damasco y en la costa mediterránea, donde se encuentras la base rusa de Tartús. En estas dos partes los profesionales internacionales siguen trabajando con regularidad bajo las normas impuestas por kurdos y el Ministerio de Información. La tercera Siria es la que está en manos de los grupos armados de la oposición, una parte amplia del territorio rural donde la fuerte presencia de Al-Qaida y otros grupos extremistas considera a los periodistas espías y es donde se ha producido la inmensa mayoría de secuestros -entre ellos los reporteros españoles-, desapariciones y asesinatos.

La ausencia de periodistas sobre el terreno, la guerra de propaganda entre los medios estatales y grandes cadenas árabes como Al-Yasira y Al-Arabiya, del lado de la oposición política y armada, y el desconocimiento occidental «reforzó la tendencia de los sirios de acudir a Internet para conocer la verdad de lo que sucede en el terreno», confiesa un funcionario del régimen que desde marzo de 2011 se encarga del seguimiento de la cobertura de la crisis y pide mantener el anonimato. Las autoridades «se esfuerzan mucho en hacer llegar su voz al exterior, pero queda mucho por hacer teniendo en cuenta la escasez de recursos financieros y el bloqueo que sufren los medios oficiales», lamenta este funcionario, para quien «al comienzo, la guerra de la información la tenía ganada la oposición, pero la entrada en juego de islamistas y yihadistas ha inclinado las cosas a favor del Gobierno, que desde el primer día denunció la presencia de elementos de Al-Qaida».

«Evitar la censura»

Desde el lado de la oposición, el activista Wassim Zabad trabaja para que se conozca la situación en la que viven las víctimas de Bashar el-Asad y valora la irrupción de «medios alternativos como Facebook y Twitter porque han jugado un papel fundamental a la hora de evitar la censura y emitir las informaciones en tiempo real». Zabad subraya la importancia del «periodismo ciudadano ante la falta de periodistas profesionales y la dificultad de cubrir las informaciones en todo el terreno sirio. Al principio fueron iniciativas personales de jóvenes que grababan las manifestaciones y las colgaban en YouTube, pero luego avanzaron hasta la creación de los Comités Locales de Coordinación», encargados de informar en tiempo real de la situación barrio a barrio. Zabad traduce y difunde informaciones que recibe desde Siria y afirma que «el 90% de las noticias que llegan vienen acompañadas de vídeos y fotografías, si no tenemos este soporte gráfico matizamos que la noticia no está confirmada».

El periodista marroquí Mohamed Siali centra gran parte de su trabajo para la agencia Efe en el seguimiento de la guerra en Siria. Como ocurre con el resto de agencias internacionales, trabaja desde su oficina en El Cairo, desde donde ha logrado contactar con compatriotas que combaten contra El-Asad y rastrea la red porque «las comunicaciones entre los yihadistas en los foros proporcionan información valiosa sobre su manera de pensar y sus planes futuros». Siali constanta que los grupos armados de la oposición «cada vez usan más Facebook y Twitter» y se han volcado en el empleo de internet «porque se trata de un medio de difusión y recepción barato, con nivel de seguridad, descentralizado y con la opción de guardar el anonimato».

Los grupos más radicales han adoptado la misma estructura informativa que Al-Qaida para la difusión de sus operaciones y, «como Al-Qaida tiene una ‘agencia’ que se llama Institución Al-Sahab, el Frente al-Nusra -el brazo de la organización terrorista en Siria- tiene Al Raya al-Baidae y cuenta con sus «corresponsales» en los foros yihadistas más relevantes para difundir su producción multimedia y sus comunicados».

Para el reportero alemán Alfred Hackensberger, la situación es «frustrante». En estos tres años de conflicto ha trabajado en la tres sirias -con el régimen, los kurdos y la oposición armada- y piensa que «necesitas experiencia sobre el terreno para usar con criterio la información que llega por la red. Ese conocimiento, unido a llamadas de teléfono, sirve para verificar las noticias.

El problema es que ahora no queda casi nadie en el lado opositor -ni periodistas, ni activistas- por culpa de los islamistas y es cada vez más complicado hacerse una idea de cómo están las cosas». Hackensberger está atento a las noticias que cuelgan diariamente en Internet páginas y foros especializados pero por su experiencia advierte de que «muy poca gente en ambos lados del conflicto tiene interés en mostrar la verdad o lo más próximo a ella».

Fuente:hoy.es