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LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO

El Klezmer y la Identidad Judía

Enlace Judío México | El pasado domingo por la tarde asistí a un concierto de música Klezmer en el templo Betel en la Colonia Polanco. La ejecución de las melodías fue realizada por el trío del maestro Abraham Rechthand (AR) connotado violinista quien tiene una larga trayectoria en este género musical; lo acompañó un clarinete y un piano (electrónico). La etimología de Klezmer deriva de Kili, instrumento, y zemer, música y melodía.

El Klezmer es un género musical étnico originado en la tradición “creada y establecida desde sus orígenes por judíos Askenazíes de Europa del Este”, región que AR denomina Ashkenaz, integrada por Polonia, Lituania, Rusia, Rumania, Bulgaria, Hungría, la entonces Checoslovaquia Moldavia y Ucrania, principalmente. La música Klezmer tiene sus orígenes en la Edad Media, sus interpretes originales eran una especie de juglares que se ganaban la vida recorriendo las pequeñas comunidades judías (shtetls) cantando en las plazas y en diversas celebraciones: bodas, inauguración de sinagogas, y en otras ocasiones judías; asimismo los Klezmorim (plural del músico Klezmer), eran llamados por la nobleza medieval cristiana para que amenizaran sus fiestas; empero, su participación estaba sujeta a permisos especiales de las autoridades, e incluso, al pago de impuestos.

Hubo épocas en que cobró fuerza el antisemitismo y no se permitió a los Klezmorim presentarse, ni siquiera en sus propias comunidades. Sin embargo, al final del Medievo cuando aparecieron los primeros gremios de músicos judíos, gradualmente se suavizaron las prohibiciones para su actuación. Fue al final del XIX y el inicio del XX cuando se incrementó la actividad pública de entretenimiento en el mundo, sobre todo a través de teatros de vodevil, en donde un gran número de Klesmorim encontraron trabajo como músicos o actores.

En el contexto de la Gran Depresión de finales de los veintes, se afectó el desarrollo de la música Klezmer; también se interrumpió la migración de judíos de Europa a EUA que la alimentaban y en este último país, se dio un proceso de asimilación de los judíos, que junto con la aparición de nuevas expresiones musicales no tradicionales, mermaron el interés por el Klezmer.

En la Segunda Guerra Mundial, el Holocausto diezmó a la comunidad judía de Europa, miles de músicos judíos fueron asesinados por los nazis; igualmente, desapareció una generación de la audiencia que gustaba del Klezmer. Los sobreviviente “quedaron inservibles” en cuanto al Klezmer por la represión que se desató contra los judíos por los regímenes comunistas.

La creación del Estado de Israel en 1948 tampoco alentó al Klezmer. La nueva cultura del Estado promovía romper lazos con el pasado; el Klezmer recordaba las persecuciones y el Holocausto. Así, el Klezmo entró en un estado de hibernación hasta que al final de los setentas resurgió enriquecido por la música de Jazz, Folk y Pop; se desarrolló un movimiento de Klezmer entre los judíos en búsqueda de su identidad en la historia, empero, que trascendió a los deleitantes no judíos.

En los ochentas se revitalizó la música Klezmer; surgieron talleres en Suiza y Alemania, principalmente, que fueron el preámbulo de un nuevo género de Klezmer judío y gentil.

En los noventas y el siglo XXI el Klezmer se filtró gradualmente al mercado musical mundial; sin embargo, en México particularmente sólo existe el trio AR, su clarinetista y pianista no son judíos. AR dice que en México no hay músicos judíos; creo que porque esta actividad no es muy rentable y de alguna forma está estigmatizada.

La audiencia del concierto de AR en Betel fue básicamente de judíos nostálgicos de la tercera y “cuarta edad”. La interpretación del Klezmer del trío de AR fue emotiva. Las participaciones con una melodía de una joven mujer, con la canción “Papá”, que cantó Bárbara Streisand en una película donde hace el papel de una estudiante yeshiva (Centro de estudios de la Biblia y el Talmud, dirigida por y para varones) igual que la del Jazán (canto de la liturgia de la sinagoga, de Betel).

La difusión de la música Klezmer en México se ve limitada por la apatía de los miembros de la comunidad judía, que encubre un creciente proceso de asimilación. En el público no judío empieza a tener cierta aceptación el Klezson; una mezcla de música Klezmer, son y salsa, que desvirtúa el espíritu original de este género y lo hace una versión comercial que no lo enriquece.

Desde hace muchos años AR ha emprendido un monumental esfuerzo para difundir la música Klezmer. A mi manera de ver, el apoyo comunitario para este propósito ha sido muy limitado.