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Enlace Judío México | He aquí un artículo de Raphael Aouate publicado el 20 de mayo de 2009, sobre un libro “Viaje a Palestina”, escrito por Hadrian Reland sobre la población que conformaba el país.

En momentos en que está de moda cuestionar constantemente la legitimidad judía de Israel, el descubrimiento de esta obra histórica sobre este tema, escrito en el siglo XVII, ofrece nuevas perspectivas de la más alta importancia.

“Viaje a Palestina” es el título de la obra escrita en 1695 por Hadrian Reland, cartógrafo, geógrafo, filólogo y profesor de filosofía holandesa.

El subtítulo de la obra, escrito en latín se titula: “Monumentis Veteribus Illustrata”. Editada en 1714 en las Ediciones Brodelet, esta hermosa historia comienza de una manera casi anecdótica, dentro de una biblioteca de Budapest, que encierra antigüedades literarias, incluyendo una sección sobre el judaísmo: reliquias antiguas, manuscritos, probablemente sustraídos de antiguas sinagogas. Esta pieza puede consultarse hoy en día en la Universidad de Haifa y en Google.

El autor de la obra, uno de los primeros orientalistas, conocía el hebreo, el árabe y el griego (antiguo).

En 1695, Relandi (o Reland) es enviado en un viaje de estudios a Israel, la Palestina de entonces, con un propósito muy específico: identificar más de 2500 localidades (ciudades y pueblos) que aparecen en el texto del Tanaj (Biblia) o en la Mishná, con su nombre original.

En cada caso Reland menciona el nombre hebreo tal como aparece en el texto y el verso exacto al que se refiere. Reland también escribe su equivalente en latín y griego antiguo. Además de este trabajo lingüístico, el autor desarrolla principalmente un censo de la época para cada localidad visitada: en primer lugar, una consideración general afirma que la tierra de Israel de entonces, está prácticamente desierta, muy poco poblada.

La mayoría de sus habitantes se concentra en las ciudades de Jerusalén, Acre (Akko), Tzfat (Safed), Yafo, Tveria (Tiberiades) y Aza (Gaza).
Sobre todo, la observación hecha por el geógrafo es que encuentra una presencia dominante de los judíos en esa tierra, algunos cristianos y muy pocos musulmanes, la mayoría de los cuales eran beduinos.

Algunas notas tomadas de este fascinante estudio:

Ninguna localidad de entonces lleva nombre árabe o de fuente árabe.

La gran mayoría de sus ciudades y pueblos tiene un nombre hebreo, algunas en griego o latín.

Prácticamente ninguna ciudad que ahora tiene un nombre en árabe lo poseía en ese momento, ni Haifa, ni Yafo ni Nablus (Shehem), ni Gaza o Jenin.

No hay rastro en las investigaciones de Reland de fuentes históricas o filológicas establecidas con nombres árabes, más tardías, Ramallah, Al Halil (Hebrón) o Al-Quds (Jerusalén)

En 1696, Ramallah se llamaba “Beteïlé” (el nombre hebreo “Bet El”)
Hebrón se llama… Hebrón y Mearat Hamahpéla (Cueva de los Patriarcas): Al Halil, el nombre dado a Avraham Avinu en árabe.

La mayoría de las ciudades se compone de judíos, con la excepción de Nablus (Shehem), que contaba con 120 personas de una misma familia musulmana, los “Natashe”, así como 70 samaritanos.

En Nazaret, en Galilea, una ciudad enteramente cristiana: 700 cristianos.

En Jerusalén, más de 5000 habitantes, de los cuales la gran mayoría es judía, y algunos cristianos.

Reland evoca sólo unas pocas familias aisladas de beduinos musulmanes, que constan de trabajadores temporales estacionales, dedicados a la agricultura o a la construcción.

En Gaza, cerca de 550 personas, el 50% judíos y el 50% cristianos. Los judíos estaban principalmente especializados en la agricultura: uvas, aceitunas y trigo (Gush Katif). Los cristianos más comprometidos en el comercio y el transporte de diversos productos de la región Tiberiades y Safed eran comunidades judías.
Sabemos sobre todo que la pesca en el lago Tiberiades constituía el principal trabajo de la época. Una ciudad como Oum El Fahem por ejemplo era completamente cristianas: 10 familias.

Una de las conclusiones de esta investigación es la contradicción final e inaceptable dada por los argumentos árabes, a saber, la afirmación de la legitimidad palestina, o incluso de un “pueblo palestino”.

Esto se demuestra en el hecho de que un nombre en latín, el de “Palestina” fue adquirido por los árabes.

Fuente:terredisrael.com