mayor m

Enlace Judío México | La historia de M. comienza en un barrio judío en Teherán. Él era el más pequeño de sus cuatro hermanos, y su padre era uno de los líderes de la comunidad judía. Cuando tenía dos años, comenzó la revolución islámica en Irán. “A raíz de la revolución, el miedo de una eminente guerra con Irak y la posibilidad de ser reclutado, mi hermano decidió mudarse a Israel” dice. “Fuimos toda la familia a visitarlo. Nos despedimos y nos volvimos a Irán”.

Pero el punto de inflexión para M. definitivamente fue en la escuela. Estudió en una escuela judía supervisada por inspectores musulmanes, hasta que de repente, un día la famosa cita del Ayatolá Ali Jamenei, “Israel debe ser borrado del mapa”, apareció sobre la pared de la escuela. M. se molestó tanto que decidió raspar esa parte de la pared. Al día siguiente, el director lo golpeó en frente de toda la escuela como castigo por su acto “anti-islámico”. Para M. y su familia, esa fue la gota que rebalsó el vaso. Se dieron cuenta de que sus vidas están en un claro riesgo en Irán y decidieron mudarse a Israel, pero esto fue más difícil de lo que parecía.

Durante esa época, familias judías no podían salir de Irán todos juntos, incluso para vacacionar. Alguien tendría que quedarse, por lo que el padre de M. permaneció en Teherán. La situación se convirtió en una escena de la película “Argo”: los miembros de la familia de M. llegaron al aeropuerto por separado con el fin de no despertar sospechas. No podían volar directamente a Israel, por lo que tuvieron que hacer una escala en un país en el camino. “No nos sentimos seguros durante todo el vuelo. Nos tranquilizamos una vez que el avión aterrizó” dice M. Desde el aeropuerto, se fueron directamente a la Embajada de Israel, y después de dos semanas de estrés, finalmente se subieron a un avión con destino a Israel.

Mientras tanto, el padre de M. todavía estaba en Teherán, siendo un miembro importante de la comunidad judía. Gracias a él, muchos judíos lograron escapar de Irán. Por un año entero, el padre de M. también intentó escapar. Incluso, en uno de sus intentos, lo arrestaron por poseer pasaporte con nombre falso: “Lo golpearon y maltrataron. Solo logró escapar, una vez que los sobornó… Él tuvo mucha suerte”.

Después de esta desafortunada experiencia, el padre de M. escapó a un país vecino con un grupo de comerciantes beduinos. Luego de varias semanas de caminata por el desierto, algunos trayectos en camello, otros escondido en la parte trasera de camionetas y una serie de vuelos, finalmente llegó a Israel.

La lengua persa en las FDI

Después de un tiempo en Israel, M. fue reclutado para a las FDI y su primer trabajo fue traducir el material de inteligencia del persa (el idioma oficial de Irán) al hebreo. Al cabo de unos años se convirtió en oficial, y durante los últimos 15 años formó parte de distintos departamentos pertinentes a sus habilidades.

En 2004, M. comenzó a realizar cursos de idioma persa en el Cuerpo de Inteligencia de las FDI. Con el correr del tiempo, la importancia de la inteligencia persa fue en aumento, mientras que la cantidad de soldados que sabían hablarla e interpretarla fue disminuyendo. Usando su conocimiento de la lengua y de la cultura persa, M. desarrolló un curso de capacitación de seis meses que enseña a los soldados de 18 años de edad que comienzan sin saber decir ni una sola palabra en este idioma y terminan sabiendo todo lo necesario para interpretar el persa. “Fue revolucionario. Ya no había un límite de soldados que sabían persa. Podríamos entrenar a 10 soldados o a 100, o incluso más, de acuerdo a nuestras necesidades”.

M. continuó al comando de otros cursos de inteligencia, hasta que finalmente se convirtió en el comandante del curso que él mismo había creado. “Como alguien que nació en Irán e inmigró a Israel, me siento muy orgulloso de entrenar a otros agentes que trabajan para entender a Irán”, dice M. Él tiene un gran sueño para el futuro: “Ser algún día agregado militar israelí en Teherán”.

Fuente:radiojai.com.ar