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Enlace Judío México | El viaje del papa Francisco a Tierra Santa, entre el 24 y el 26 de mayo próximos, es histórico por varios motivos: en primer lugar, Francisco será el cuarto pontífice de la era moderna en visitar los lugares sagrados de la cristiandad, tras los peregrinajes de Pablo VI, en 1964; Juan Pablo II, en 2000 y Benedicto XVI, en 2009. En segundo lugar, porque se conmemora este año el cincuentenario del histórico encuentro entre Pablo VI y Atenágoras, patriarca de Constantinopla y, en tercer lugar y muy especialmente, porque Francisco podrá exportar al mundo el exitoso modelo de diálogo interreligioso que con tanto ahínco cultivó en nuestro país mientras fue titular del Episcopado argentino y de la arquidiócesis de Buenos Aires.

Jorge Bergoglio fue aquí -y ahora lo será en Roma y desde esa ciudad hacia el mundo-, un notable y valioso exponente del acercamiento entre las distintas religiones. Su actuación en nuestro país fundamenta con creces el rumbo que su actividad pastoral seguirá en ese sentido. Por caso, en junio de 2005, el ahora Papa se reunió en Buenos Aires con representantes de los credos judío, musulmán, católico, ortodoxo, bautista, evangélico y con cristianos de diversas orientaciones que ya venían teniendo encuentros periódicos para orar en forma conjunta.

Aquella convocatoria tuvo como eje el debate con espíritu crítico de las programaciones de radio y televisión, contra la progresiva degradación del lenguaje y contra los contenidos denigratorios de la condición humana. Sin dudas, aquella reunión fue un ejemplo de convivencia en medio de la profunda falta de coincidencias políticas y de enfrentamientos que ya se vislumbraban como preocupantes y que, lamentablemente, se siguieron profundizando en nuestra sociedad, con pésimos ejemplos de parte de nuestra clase dirigente.

También en 2005, las comunidades católica, judía y musulmana de la Argentina suscribieron una declaración conjunta en la que ratificaron su identificación con la causa de la paz y su rechazo hacia todo tipo de fundamentalismos. Con anterioridad a esa acta, en 2002, ya se había creado en el país el Instituto del Diálogo Interreligioso, por iniciativa del padre Guillermo Marcó, del rabino Daniel Goldman y del dirigente islámico Omar Abboud, institución que aportó una nueva visión: no discuten de teología, proponen acciones en común que sirvan al mutuo conocimiento y a la causa de la paz. Fueron ellos quienes propusieron un acta contra toda violencia y terrorismo en nombre de Dios que fue suscripta por el entonces arzobispo Bergoglio, la DAIA, la comunidad judía, el centro islámico, y los musulmanes. Los altos representantes de varios credos alentaron y promovieron activamente el quehacer cotidiano, las palabras y el aprendizaje surgido del diálogo interreligioso para construir una mirada plural, no unívoca y superadora, según consigna el documento del propio instituto.

Pero fue 2006 el año en el que esos acercamientos tuvieron un matiz especial al reunirse más de mil niños de distintas orientaciones religiosas en un acto masivo realizado en el microestadio de River Plate. Allí, prometieron lealtad a la bandera y expresaron su compromiso con los valores que unen a los pueblos, rescatando las coincidencias por encima de las diferencias.

Debemos recordar también el valioso aporte a ese diálogo entre credos realizado por el actual papa emérito Benedicto XVI, quien durante su pontificado recibió por primera vez en el Vaticano a 27 representantes del Congreso Judío Latinoamericano y al presidente del Congreso Judío Mundial, encuentros interconfesionales que Francisco retomó apenas fue ungido Papa durante la reunión que mantuvo en Roma con delegados de 33 confesiones cristianas y representantes judíos y musulmanes ante quienes se comprometió a continuar el camino del acercamiento interreligioso.

En los diez meses que lleva como Papa, Francisco ha dado innumerables muestras de seguir manteniendo intacta la pasión por el diálogo que tanto desarrolló en Buenos Aires y que, en 2010, lo llevó a escribir, junto con el rabino Abraham Skorka, el libro Sobre el Cielo y la Tierra, síntesis de unas 40 reuniones entre ambos, de más de dos horas cada una, en las que desbrozan sus opiniones sobre la ley de matrimonio igualitario, la Shoá, la década del 70 en la Argentina, la solidaridad, la familia y las manifestaciones del espíritu religioso.

Es por todas esas razones que el próximo viaje de Francisco a Tierra Santa, que no es una visita exclusiva a Israel, adquiere una enorme importancia. Según él mismo ha anunciado ante los fieles, el peregrinaje incluirá Belén(territorio palestino) Jerusalén y Amman, la capital de Jordania, y será ante el Santo Sepulcro donde se realizará un encuentro ecuménico con todos los representantes de las iglesias cristianas de Jerusalén, junto con el patriarca Bartolomé de Constantinopla.

En una misión previa al viaje de Francisco, el Instituto del Dialogo convocó a un grupo de cristianos, musulmanes y judíos a viajar juntos, partiendo de Buenos Aires y terminando en Roma, con Francisco, para entrevistarse con Shimon Peres en Israel, con la autoridad Palestina y con el rey de Jordania.

Como hemos dicho, la Argentina tiene sobrada y exitosa experiencia en materia de diálogo interreligioso. La posibilidad de exportarla de la mano del papa Francisco debe ser motivo de enorme orgullo para todos los argentinos y una renovada invitación a redoblar los fructíferos esfuerzos para seguir el ejemplo que nos llega desde el campo de la fe.

Profundamente, deseamos aquí que esa tolerancia, esa disposición al diálogo que muestran y concretan las diferentes religiones, sea imitada y cultivada por otros sectores de la vida del país que, como el político, continúan privilegiando la confrontación, la intolerancia y el afán individualista por sobre las necesidades del conjunto.

Fuente:lanacion.com.ar