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CARMEN RENGEL

Enlace Judío México | Amos Oz ha hecho esta tarde un intenso llamamiento al entendimiento entre España e Israel, con la base de los “genes” comunes como hilo de unión. El escritor israelí ha recibido de manos del embajador de España en Tel Aviv, Fernando Carderera, la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, que le fue concedida en 2008 y que hasta hoy no se le había prendido en la solapa. Con su broche y su banda azul ya impuestas, ha bromeado con que las llevará “el resto de su vida, hasta cuando duerma”, en señal de agradecimiento. En un acto sencillo y familiar en la residencia del embajador, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2007 ha enfatizado la “especial relación” que ha existido siempre entre el país que lo alumbró y el que hoy lo homenajeaba. “No es una historia simple, es una historia de altibajos, con profundos bajos, pero los genes que quedaron son poderosos en la base de España y también en la de los judíos”, ha afirmado.

Con cierta melancolía, ha reconocido que se han pasado los años, siglos incluso, sin el contacto intenso que debe caracterizar a los pueblos que “tanto” tienen en común, pero se ha felicitado de que precisamente la literatura esté siendo un nuevo nexo entre ambos, con traducciones que florecen cada año, en los dos sentidos, “dos civilizaciones hablando otra vez”. Siempre los libros, ha insistido, como arma de conocimiento del otro. “Uno puede hacer turismo, visitar ciudades, museos, disfrutar de la excelente comida de España y volver a casa con muchas fotos sobre lo que ha visto, pero no hay nada como irse a la cama con una buena novela española para entrar en sus cocinas, en sus dormitorios, en un territorio al que nunca llega un turista y donde se genera diálogo entre una cultura y otra y entre un pueblo y otro”, ha defendido.

Esta puerta abierta a los dos mundos es el resultado de los buenos traductores de ida y vuelta, a los que ha mostrado su gratitud por generar este “milagro”. Solo con estos profesionales se logra que una literatura “más local, más provincial, más parroquiana”, se convierta en universal. “No hablo de literatura internacional, de la que habla de los mismos hoteles y aeropuertos internacionales, sino de lo local, el vecindario, la ciudad, la pequeña calle, que hace de las historias una literatura universal con la galaxia que se extiende entre la farmacia y el ultramarinos”, insiste. A su juicio, “si una novela es buena sentimos que somos ciudadanos, no visitantes” del lugar del que procede o recrea.

Sus palabras han sido avaladas por Carderera, que ha definido a Oz como “la voz más poderosa” de la literatura israelí, uno de los autores que más “interés” despierta en nuestro país y de los que más “ama” la cultura española. Ha destacado la vigencia de su obra para recrear mundos “perdidos”, como la Jerusalén previa e inmediatamente posterior a la creación de Israel.

Oz ha respondido remarcando su “gran amor” por la literatura española, que ha ejemplificado con su admiración por Antonio Muñoz Molina, uno de los autores más traducidos en Israel y Premio Jerusalén en el pasado 2013. El autor de Una historia de amor y oscuridad —cuyo ejemplar presidía el acto, sobre la mesa del embajador— no ha querido referirse a la obra en la que actualmente trabaja, “porque hablar del embarazo no es bueno para el bebé”, pero ha confirmado que “muy pronto” Siruela editará en España un ensayo redactado junto a su hija en el que abordan el judaísmo secular, un título que verá la luz en Israel la semana que viene.

Conocido por su pacifismo militante, a preguntas de la prensa el autor jerosolimitano no ha querido hacer “profecías en tierra de profetas” sobre el proceso de paz entre israelíes y palestinos, retomado el pasado verano tras tres años de absoluta lejanía entre los equipos negociadores. Sin embargo, se ha mostrado “confiado” en que “prospere” el empeño del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, en arrancar un acuerdo a los dos enemigos. “Seguro que antes o después una solución de dos estados se materializará”, sostiene, porque no hay otra alternativa. En su llamamiento de paz, un recuerdo para la guerra en Siria, “terrible” para todo Oriente Medio y ante la que llama a las potencias poderosas a actuar para frenar el derramamiento de sangre.

En un momento en el que se acentúa la campaña de boicoteo contra Israel, en el plano económico pero también en el académico y el cultural, como castigo especialmente a su ocupación de suelo palestino, el creador de Una pantera en el sótano entiende que es mejor no ir por este camino, porque “los boicot en general solo sirven para fortalecer a los que están en contra” de la paz. Pese a su objeción, ha recordado que nunca consume productos que procedan de los asentamientos ilegales, desde que comenzaron a implantarse hace más de 40 años.

Fuente:elpais.com