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Enlace Judío México | Tras la profunda crisis económica que atravesó Estados Unidos durante la década de los años 20, el crack de la Bolsa de 1929 y el periodo en el que duró la controvertida Ley Seca, muchos eran los ciudadanos norteamericanos que veían desesperados como otras naciones resurgían y se volvían prósperas y sin embargo su país seguía sumido en grandes problemas económicos, desempleo y desigualdad social.

La nación en la que muchos ojos ponían su atención era Alemania y, sobre todo, en Adolf Hitler, por aquel
entonces un carismático líder al que admiraba gran parte del planeta (entre ellos un joven John F. Kenneddy,
tal y como os expliqué en un post meses atrás). Cabe destacar cómo la prestigiosa revista Time nombró a
Hitler ‘hombre del año 1938’ dedicándole su portada, además de ser candidato a llevarse el Premio Nobel
de la Paz.

Esto hizo que, en 1939, los nazis contasen en Estados Unidos con más de doscientos mil seguidores y
simpatizantes, los cuales llenaban mítines y desfiles. Pero tal y como estalló la Segunda Guerra Mundial la
mayoría cambiaron de opinión. Esta es la cronología de cómo fueron los momentos de mayor gloria de los
nazis en Norteamérica a lo largo de la década de los años 30…

Tal y como accedió Hitler al poder, el 30 de enero de 1933, muchos fueron los emigrantes de origen alemán
que residían en los Estados Unidos que comenzaron a organizarse para poder trasladar el modelo de Estado
del Tercer Reich hasta su nuevo país de acogida. Friends of New Germany (Amigos de la Nueva Alemania)
fue uno de los grupos más potentes y que más voluntarios aglutinó para poder dar difusión al mensaje
nacionalsocialista en Norteamérica, teniendo sus principales bases de operaciones en la Costa Este, mientras
que en la parte del Pacífico se movían los miembros de ‘la Legión de Plata’, liderada por William Dudley
Pelley.

Cuando los nazis querían que Hitler dominase el mundo desde el mismísimo Hollywood]

Pero el radical extremismo que algunos de sus miembros utilizaron, para poder introducirse en el día a día
de los ciudadanos estadounidense, hizo que en poco más de dos años estuviesen en el punto de mira de las
autoridades y diferentes comisiones que investigaban si eran ilegales las reuniones y consignas que difundían
a través de los numerosos medios de comunicación (prensa escrita y radio) que llegaron a controlar. También
influyó en contra los pequeños atentados que comenzaron a realizarse y que perjudicaban a intereses y
negocios judíos. El propio Rudolf Hess (uno de los más destacados hombres de confianza de Hitler) dio orden
de disolver Friends of New Germany, con el fin de reconvertirla en otra organización que no levantase tantas
sospechas ni crispación… Al menos durante los primeros años de expansión por los Estados Unidos.

Fritz Kuhn líder de la organizacion nazi en EEUU “German American Bund” (Wikimedia commons)Y así fue,
en cuestión de pocos meses (1936) apareció una edulcorada organización bautizada como German American
Bund (Confederación Germano Americana) y que pretendía transmitir el mensaje y pensamiento nazi de una
manera mucho más moderada, a pesar de que uno de sus líderes (Fritz Julius Kuhn) era un personaje realmente
extremista.

A pesar de ello consiguió convencer a un gran número de insatisfechos norteamericanos que estaban en
contra de la gestión realizada por el presidente Franklin D. Roosevelt, quien no terminaba de contentar a
todos sus conciudadanos y se convirtió en uno de los objetivos de crítica en los mítines políticos que los nazis
organizaban.

El 20 de febrero de 1939, Kuhn celebró el mitin más multitudinario que había hecho desde la puesta en marcha
del German American Bund, realizándose en el Madison Square Garden y al que asistió alrededor de 20.000
fervientes seguidores de la doctrina nacionalsocialista.

El mapa de la ‘América Nazi’

Los continuos ataques a Roosevelt provocaron que Kuhn y otro destacados miembros de la confederación
fuesen investigados e incluso multados.

Multitudinario desfile nazi en Nueva York el 30 de octubre de 1939 (Wikimedia commons)Pero lo que no
ayudó para que terminasen de expandirse en los EEUU fue la invasión alemana de Polonia y el inicio de la

Segunda Guerra Mundial. A pesar de ello, todavía seguían contando con un importante número de apoyos, tal
y como se demostró en el desfile organizado en Nueva York el 30 de octubre de 1939 y al que acudieron miles
de personas que llenaron las calles.

El ataque japonés a Pearl Harbor y la alianza entre nipones y germanos en la IIGM, provocó que los
apoyos que tenía la organización en los Estados Unidos quedasen reducidos al mínimo y, a pesar de que fueron
muchos los personajes públicos que en un momento u otro habían mostrado sus simpatías por los nazis (entre
ellos el magnate automovilístico Henry Ford y el aviador Charles Lindbergh) poco a poco se fue diluyendo la
presencia nazi en los EEUU.

La estocada que terminó prácticamente con la organización fue la imputación que se hizo desde el fisco
norteamericano contra Fritz Julius Kuhn, quien fue acusado de malversar 14.000 dólares, juzgado e ingresado
en prisión, siéndole retirado el permiso de residencia y declarado enemigo del país en 1945, año en el que tras
salir de prisión fue expulsado de los Estados Unidos y deportado a Alemania. Es curioso comprobar cómo
en aquella época era mucho más fácil condenar a alguien por evadir impuestos que por cualquier otro delito
(aunque fuese criminal).

Con la deportación de Kuhn, los años de gloria de los nazis en Norteamérica se esfumaron, aunque en todas
estas décadas han ido surgiendo de vez en cuando diferentes grupos y organizaciones que han apoyado la
ideología nazi, no teniendo, evidente y afortunadamente, el mismo éxito y apoyo que en los años 30.

Fuente:noticias.yahoo.com