Enlace Judío México – Sólo tiene el tamaño de un lavavajillas y pesa como un oso panda gigante, pero sus inventores esperan que esta nave espacial llegue donde ninguna otra israelí ha llegado antes: a la Luna.

Trabajando con un presupuesto limitado, los científicos e ingenieros israelíes que construyen el transbordador -conocido temporalmente como “Sparrow” (Gorrión) – creen que alunizará para finales de 2015, algo que sólo Estados Unidos, Rusia y China han logrado por el momento.

Posarse en la superficie lunar será la tarea más difícil en la misión del Sparrow, por la cantidad de montes y cráteres lunares, dijo Yariv Bash, un ingeniero electrónico y fundador de SpaceIL, el grupo que construye la nave.

“(Alunizar) va a ser o 15 minutos de horror o 15 minutos de fama, dependiendo del resultado”, dijo a Reuters.

SpaceIL, apoyado sobre todo por filántropos, es un proyecto fundado para competir en el Premio LunarX, de Google. El premio de 20 millones de dólares irá a parar al primer equipo que consiga posar una nave en la Luna, hacerla saltar 500 metros y transmitir imágenes y vídeos a la Tierra.

Treinta y tres equipos comenzaron la competición y ahora quedan 18, entre ellos de Estados Unidos, Italia, Japón, Alemania, Brasil, Canadá, India y Chile.

SpaceIL cree que tiene una ventaja porque la nave no tripulada es comparativamente pequeña -del tamaño de un lavavajillas y con patas- y pesa sólo 140 kg.

La mayoría del peso de la nave es por el sistema de propulsión y el combustible. Para cuando llegue a la Luna, pesará sólo 40 kg.

“Cuanto más pequeño, menos costará llegar al espacio”, dijo Bash.

La gris nave hexagonal albergará nueve ordenadores y ocho cámaras, dijo Bash.

De momento sólo es un prototipo y planean comenzar la máquina real este año, un proceso que llevaría de 12 a 18 meses.

“EFECTO APOLLO”

SpaceIL ha captado 21 millones de dólares en donaciones de un presupuesto total de 36 millones que cree que necesita para construir y alunizar la nave. Planea realizar un acto de financiación alternativa o ‘crowd-funding’ para obtener el resto del dinero.

El grupo estima los presupuestos de otros grupos entre 50 y 100 millones de dólares.

Al contrario que algunos de sus competidores en la carrera espacial, SpaceIL – que tiene un equipo de 250 personas, principalmente voluntarios – es una ONG y no necesita dar beneficios a sus inversores.

“Es muy difícil de vender a inversores privados”, dijo Daniel Saat, jefe de desarrollo de SpaceIL. “Tenemos que convencer a los inversores de que hacemos algo impactante para Israel que inspire y cambie el país”, dijo.

Incluso aunque no gane, SpaceIL espera crear un “efecto Apollo” que guíe a una nueva generación de ingenieros espaciales en el camino que hizo Neil Armstrong sobre la Luna en 1969, y lleve la exploración espacial al sector de las start-ups de Israel.

“Por 36 millones de dólares, vamos a demostrar al mundo que no hay techo de cristal en la exploración del espacio exterior”, dijo Saat.

Israel, que tiene experiencia en lanzar satélites espía en la órbita terrestre, no tiene capacidad para lanzarse al espacio, aunque la Agencia Espacial Israelí estudia el desarrollo de un programa espacial civil.

SpaceIL dijo que estaba cerca de firmar un acuerdo de lanzamiento y que estudiaba emplazamientos como Estados Unidos,, Europa, Rusia y Kazajistán.

La nave israelí se quedará en la Luna indefinidamente y SpaceIL estudia realizar un experimento científico para estudiar el núcleo magnético del satélite.

Si SpaceIL gana el premio, planean invertir el dinero en nuevos proyectos, que podrían incluir una sonda a Marte.

Fuente: Reuters.es