Enlace Judío México – ¿Qué te enerva de tu pareja? ¿Sientes que tu marido es controlador y avaro? ¿Sientes que tu esposa es impulsiva e irresponsable? Si te tomas unos momentos para reflexionar sobre los rasgos que no toleras en los demás, quizás verás algo que te enseñará un poco más sobre ti mismo y que te ayudará a realizar un gran cambio en tus relaciones.

Proyección: una defensa ancestral

Mucho antes de que Sigmund Freud desarrollara su teoría de la proyección sicológica, el Talmud declaró el principio de que “todo quien encuentra que el otro no es apto, le está atribuyendo al otro su propio defecto” (Talmud, Kidushin 70a)Quien pone en entredicho a otras personas probablemente tiene el mismo defecto que advierte en los demás. Este es el mecanismo de defensa que llamamos proyección. Si lo ves en otros, entonces quiere decir que tú lo tienes.

La proyección nos sirve para protegernos psicológicamente del dolor y la incomodidad subconscientes ante la posibilidad de que poseamos un rasgo desagradable. En lugar de luchar contra el rasgo, lo negamos y lo proyectamos en otros.

¿Cómo sé si estoy proyectándome?

Una manera de saber si estás proyectándote es ver cuánta energía negativa sientes sobre determinada característica que notas en la otra persona. Pese a que a la mayoría de nosotros nos molestan las personas arrogantes o avaras, a algunos les molestan más que a otros. Si te hierve la sangre cuando piensas en las malas actitudes de otros, entonces tienes una oportunidad de oro para crecer.

¿Y si el problema realmente lo tienen ellos?

Puede ser difícil distinguir qué parte de tus sentimientos negativos se deben a tus propios problemas y qué parte es un comportamiento objetivamente repugnante. Es más, si alguien te acusa por un comportamiento inapropiado que niegas, ¿cuánto están proyectando sus problemas en ti y cuánto es realmente algo que estas negando de ti mismo? Es posible que ambos tengan parte de la culpa y que el problema no sea exclusivamente de uno u otro. Lo que debes hacer es asumir tu culpa; no descartes inmediatamente la crítica.

El regalo del espejo

Tomar consciencia de tus proyecciones te permitirá conocerte mejor. Saber que una gran parte de tu propensión a reaccionar proviene de ti mismo puede transformar tus reacciones negativas hacia los demás. Cuando te veas en el reflejo de la otra persona podrás descubrir partes de ti que desconoces y que puede que alguna vez hayas considerado inaceptables.

Esto suele ocurrir en el matrimonio. Piensa en cómo criticas a tu pareja. “Eres la persona más egoísta que he conocido en la vida”. “Eres tan desorganizado/a”. Tómate un momento para pensar en por qué la acusas de esa forma (incluso si no llegas a decirlo, si lo piensas también significa que eres crítico). ¿Por qué te molesta tanto eso? ¿A veces eres egoísta o desorganizado tú mismo? Puede que tu subconsciente esté trabajando horas extra para negar esas partes de ti porque de niño te dijiste que ser egoísta o desorganizado era inaceptable. No puedes tolerar la posibilidad de que tú lo tengas y, por lo tanto, los proyectas en tu pareja.

Permítete aceptar que esos rasgos negativos que ves en tu pareja es posible que realmente estén en ti. En lugar de enfocarte en el egoísmo o la desorganización de tu pareja, piensa en lo que puedes hacer para ser más generoso u organizado tú mismo. Pese a que quizás sea cierto que eres generoso u organizado en muchas áreas, puede que en otras seas débil. Cuando comiences a trabajar en ti mismo serás más compasivo con tu pareja y te molestará menos cuando demuestre el rasgo que odias. Usa esta proyección como una oportunidad para descubrir nuevos caminos para mejorar y crecer en tu relación.

Hay otra forma en que puedes aprender de tus proyecciones. Cuando tomamos inconscientemente la decisión de negar las partes de nosotros que consideramos inaceptables, probablemente fuimos muy lejos para eliminarlas. Separamos esas partes de nosotros y se las atribuimos a otros. Es más fácil que otros las tengan en vez de aceptar la posibilidad de que quizás somos realmente nosotros quienes las tenemos.

Puede que en general seas una persona organizada y generosa, ya que te dices a ti mismo que no puedes ser egoísta ni desorganizado; la idea de poseer esos rasgos te resulta horripilante. Probablemente te distanciaste de dichos rasgos por medio de convertirte en alguien muy generoso o súper organizado, pero al no permitirte nunca ser egoísta ni desorganizado puedes terminar tirando a tu bebé por la ventana. Puede que no te preocupes de ti mismo porque crees que atender tus propias necesidades sería egoísta. Puede que nunca puedas relajarte y disfrutar de las sorpresas de la vida por el temor a que algo afecte tu planeada rutina. Al admitir estos rasgos y dejar que sean parte tuyo, podrás también recuperar las partes positivas que separaste de ti por la asociación negativa que tenías.

Las relaciones —y particularmente el matrimonio—, proveen una increíble oportunidad de crecimiento si mantienes los ojos abiertos. Muchos son rápidos para descartar una relación debido a lo malo que ven en la otra persona, pero no logran darse cuenta del “regalo del espejo”, el cual nos da información sumamente útil para recuperar nuestra completitud original. La completitud, en última instancia, se logra cuando podemos mirarnos seriamente, aceptar lo que vemos y hacer los esfuerzos necesarios para crecer y mejorar.

Entonces, la próxima vez que tu pareja te enfurezca, toma un espejo y mírate bien. Aprende algo sobre tus defectos y úsalo como una oportunidad para avanzar hacia lograr la completitud personal.

Fuente: Aish Latino