Enlace Judío México- Edgar Elías Azar, Presidente del Tribunal Superior de Justicia del DF, fue uno de los invitados especiales en la ceremonia del Cambio de Presidente del Comité Intercomunitario de Honor y Justicia.”Lamento que mi destino me impidiese pertenecer a la comunidad judía mexicana” dijo. Y explicó el porqué de esta expresión:

“Lamento muchísimo no haber tenido tiempo de preparar palabras escritas y bien cuidadas para poderle dirigir a esta bellísima comunidad. En primer lugar quiero dirigir mis respetos y saludos en general a toda la Comunidad Intercomunitaria de Honor y Justicia, a la Sra. Embajadora cuya amistad y deferencia me honra muchísimo y a todos ustedes con los que tengo oportunidad de poder hablar.

Cuando lo invitan a uno a hablar, sobre todo en la parte política, lo primero que piensa uno es “y ahora qué diablos voy a decir?” Cuando me invitaron hace unos segundos a dirigirles a ustedes unas palabras, honor que desde luego reconozco y agradezco muchísimo, lo primero que pensé es: “Edgar Elías, abre el corazón y déjalo hablar”.

Hoy hace unos minutos, al ver esta comunidad brillante, vengo con el mayor respeto con ustedes a dirigirles un mensaje en el que vuelven a mÍ los recuerdos de mis orígenes judíos. Recuerdo las palabras de mi abuelo cómo se refería a mi bisabuelo, todo lo que sufrió para salir de Siria, recuerdo también con mucho dolor sus manos ásperas como me acariciaban y siempre pensé que las manos de todos nuestros abuelos en general siempre fueron ásperas por el trabajo, el esfuerzo, la unión y también se hicieron ásperas por acariciarnos a nosotros sus hijos. No tengo duda de eso porque en el corazón levantino siempre fluye algo de exceso y es precisamente el corazón del amor y además de la unión .

Somos -si me permiten ustedes formar aunque sea por unos minutos parte de su comunidad- una comunidad muy sólida, rígida, de la que todo el mundo, mexicanos, franceses, chinos, rusos y el que quiera, tiene muchísimo que aprender- y permítanme decir nosotros y formar parte de esta bella comunidad, la que por destino de mi familia no pertenezco el día de hoy y que mucho lamento que mi destino se haya torcido y desviado de tal forma que no forme parte de esta comunidad. Pero saben bien los que me conocen que de todo corazón y con todo mi afecto y cariño estoy aquí y aunque quieran o no lo quieran, yo sí me siento parte de ustedes y seguiré formando parte de sus problemas y desde luego les pido el grandísimo honor de poder seguir formando parte de sus soluciones.

Por favor, les pido que cerremos los ojos un minuto y volvamos a pensar en las manos ásperas de nuestros abuelos y verán cómo volveremos a vivir las escenas, anécdotas, tragedias, las vivencias felices e infelices que ellos vivieron para poder volver a ser todos uno, porque aquí no hay más que uno solo y esos somos todos nosotros“.