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Probablemente sea un poco sorprendente que El Principito , el amado libro para niños de Antoine de Saint-Exupéry, estuviera dedicado a un adulto. Aún más sorprendente es que ese adulto, Léon Werth, fue un anarquista judío y de izquierda bolchevique.

Enlace Judío México | Werth , un escritor como Saint-Exupéry, redactó más de 30 libros en su vida. Fue crítico, incisivo y opinó contra el colonialismo, el estalinismo y el creciente movimiento nazi.

Pero la escritura no era única forma de resistencia de Werth. Él y su esposa, Suzanne, fueron activos en la resistencia francesa, ofreciendo su departamento de París para las reuniones secretas, almacenamiento de equipos y como casa de seguridad para las mujeres judías fugitivas.

A pesar de ser más de veinte años mayor que Saint-Exupéry, los dos se convirtieron en amigos íntimos y confidentes en 1931. Años más tarde, cuando se enteró de la difícil situación de su amigo en la Segunda Guerra Mundial, Saint-Exupéry fue motivado a salir de Nueva York, donde estuvo ocupado escribiendo El Principito , y regresó a Francia para luchar contra los nazis. Fue una amistad que duraría hasta la desaparición de Saint-Exupéry en 1944.

“A Léon Werth cuando era niño”, firma la dedicatoria del libro: “Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de entenderlo todo, hasta los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Verdaderamente necesita consuelo. Si todas esas excusas no bastasen, bien puedo dedicar este libro al niño que una vez fue esta persona mayor. Todos los mayores han sido primero niños. (Pero pocos lo recuerdan).”

Fuente:prensajudia.com