“Judío, vete; Francia no es tuya.” es una de las consignas que se gritaron durante el “Día de la Ira” en Paris.

Enlace Judío México | Esta vez la historia no se repite como comedia sino como tragedia. La crisis económica y financiera que se viene arrastrando desde hace varios años no ha sido solucionada, se esperan varios años para darle una salida, una vía de escape. Como bien se sabe las crisis generan situaciones dramáticas en lo social y en lo político. Junto con transformaciones en las actitudes que adopten las sociedades.

Un caso duro e indigerible para cualquier analista es lo que está ocurriendo en Francia y en el resto de Europa con efectos residuales en el espacio geográfico del Báltico. Las elecciones recientes que han derrotado hasta la vergüenza a Francois Hollande y su gobierno es un dato peligroso.

La extrema derecha en la figura de los Le Pen (padre e hija) crece vertiginosamente en votantes. ¿Cómo lo lograron? Con los votos de los partidarios del Centro pero también de la histórica izquierda francesa representada por los comunistas y los socialistas. La paradoja es que esa izquierda está enamorándose de las propuestas de la extrema derecha cuyas consignas son denigrantes: xenofobia, racismo y de paso, antisemitismo.

Inmediatamente se lo puede relacionar con un episodio histórico importante. En las elecciones alemanas de 1933, un grupo de partidos consagró Canciller a Hitler. En ese mismo comicio los comunistas junto con otras agrupaciones de izquierda sacaron 13 millones de votos. Después ¿qué se hizo de esos votantes? ¿Huyeron, encontraron refugio en otro país?¿Acaso muchos de esos militantes se afiliaron al nazismo y luego fueron soldados? Todo es probable.

Este colapso en Francia pone de manifiesto que la socialdemocracia se diluye. hora Hollande eligió premier a Manuel Valls, un socialista ‘sui géneris’ que admira a Blair y lucha contra la inmigración de todo tipo y color. Los defensores del Estado de Bienestar ya no creen ni en ellos mismos. A diferencia de España, donde los socialistas fracasaron con la gestión de Rodriguez Zapatero, pero la estructura partidaria se ha mantenido. Hay partidos neonazis o agrupaciones con presencia en el Parlamento Húngaro y en el de Grecia participan en la vida diaria en los Países Bajos, en Noruega, Suecia, Lituania, Austria y hasta en Inglaterra. Varias encuestas demuestran que el país más antisemita de Europa es Francia donde un 73% de los entrevistados admitió que el conflicto árabe-israelí ha influído en el sentimiento antijudío. Como si los judíos del mundo fueran partícipes directos de ese triste enfrentamiento. Pero Francia demostró un furor antisemita mucho antes que los nazis con el caso Dreyfus, un militar judío alsaciano sospechado a fines del siglo XIX de haber pasado secretos al Estado Mayor alemán. Fue denigrado, encarcelado. Recién varios años después se supo que era inocente.

Cuento una anécdota. Un amigo, cuyo hijo es religioso y lleva la Kipá, fue a estudiar a una ciudad del interior francés. Los profesores le sugirieron, de entrada y sin diplomacia, que usara una gorra adolescente estilo norteamericano para tapar la Kipá, para sortear agresiones.

Hay mucho odio contenido en Europa. Una demostración son el independismo y las secesiones de las patrias madres. Está Cataluña dispuesta a vivir su vida sin España, aunque la Comunidad Europea la critique si da esa movida. Sigue la fragmentación en Yugoeslavia, Los escoceses piden autonomía de Gran Bretaña cuanto antes, si bien dejando a un lado agresividades y cuentas pendientes.En Italia, los de la Liga del Norte han cesado sus campañas de aislamiento, cuando se aliaron con el inefable Berlusconi muy citado en los Tribunales y bajaron sus banderas. Sin embargo, sus sueños no se perdieron.

El ejemplo de Ucrania versus Rusia,tras un baño de sangre y la anexión ilegal de Crimea por parte de Moscú han generado reacciones muy endurecidas no sólo en Europa sino también en el mundo. Occidente ha propuesto bloqueos contra Rusia pero hasta ahora todo es bla-bla. Ocurre que el Kremlin tiene agarrada a Europa de los pantalones. Si dejara de suministrar el gas al viejo continente seguramente sus habitantes no podrían enfrentar los inviernos que allí son insoportables. Buscar otros proveedores no es un trámite fácil. Hay que encontrarlos, hay que construir nuevos puertos para la recepción del gas licuado o atravesar miles de kilómetros con gasoductos que deberían pasar por sitios inhóspitos y peligrosos. Al mismo tiempo los empresarios rusos, las mafias rusas, tienen depositados sus activos en bancos europeos, levantaron mansiones en la Costa del Sol, se han adueñado de empresas. Gastan su dinero en Roma, o en París o en Londres. Todos perderían.

Fuente:cronista.com