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Enlace Judío México | Conociendo a las mujeres detrás de las flamas: Luego de perder sus dos piernas en un accidente de tren en su pueblo natal de Francia, Pascal se convirtió en héroe del deporte a pesar de todo.

La atleta paralímpica de 46 años dice estar sorprendida de ser una de las 14 mujeres elegidas para encender las antorchas en la ceremonia de Yom Haatzmaut este año – tras de haber tantas candidatas y ser tan joven para recibir este honor. Ella explica que probablemente fue elegida por lo que representa como madre, atleta, periodista, esposa, cineasta, escritora y oradora motivacional.

¨Es increíble que una persona con discapacidad haya sido seleccionada como representante de todo el país.¨

Luego de ser gimnasta durante su infancia, Pascal perdió sus dos piernas tras de haber sido atropellada por un tren en Francia a la edad de 17 años.

Sólo seis meses después de habérsele amputado las piernas, la nueva Pascal en silla de ruedas hizo aliyá y se integró al ejército de defensa israelí como voluntaria.

¨Desde los 15 años, me enamoré de la idea de un pequeño país con una gran visión… un país que trata de ser más inteligente, más equitativo y más verde que otros.¨

De niña, recuerda tratar de localizar a Israel en el atlas. El país es tan pequeño, que en un principio pidió ayuda de sus padres para identificarlo. Pascal comenta estar motivada por el sentimiento de poder hacer cambios en un pequeño estado en desarrollo, mientras que en Francia sentía que no podía influir al ver todo ¨antiguo y atorado.¨

En 1985 empacó sus maletas para dirigirse directamente hacia las FDI. Al no saber el idioma y estar débil físicamente, empezó a desempeñar un cargo de oficina. Más tarde, se convirtió en instructora para los grupos de Sar-El, una organización que capacita a voluntarios del exterior para servir en el ejército. Ella misma había sido voluntaria en dicha organización un año y medio antes.

¨El servir como mediadora entre el ejército y los grupos era una gran experiencia. Entonces comencé a dar pláticas a soldados y olim (inmigrantes) sobre mi vida y lo que he aprendido.¨

El servicio en el ejército fue un importante aprendizaje para Pascal: ¨Había mucho calor humano, mucho aprendizaje. Aprendí hebreo, a manejar mi nuevo cuerpo y la silla de ruedas. Aprendí a entender a este país, a comer humus, escuchar música oriental. El ejército fue un lugar muy enriquecedor que me proporcionó estatus y estructura.¨

Berkowitz fue la primera persona en silla de ruedas que sirvió en el ejército israelí como voluntaria, y en ese entonces era una meta difícil de lograr.

¨El lugar estaba lleno de escaleras, no era accesible… pero la gente me ayudaba poniendo rampas en todos lados. Improvisaban, pero aún era muy difícil.¨

Pascal se ríe espontáneamente y agrega que en ese sentido, el ejército fue una ¨pesadilla¨, muy distinto a las condiciones de hoy en día.

Por cierto, ella forma parte de una organización llamada Acceso Israel que, según comenta, ¨está cambiando la cara del país¨ en lo relacionado a acceso y calidad de vida para discapacitados.

Eventualmente, Berkowitz hizo una profesión dando conferencias en empresas, sociedades e instituciones.

Actualmente, su sueño es fundar una escuela a fin de enseñar a jóvenes y adultos a vivir una mejor vida diaria – cómo conectar su cuerpo, alma y mente para que trabajen armoniosamente.

En su servicio militar, Pascal descubrió su pasión por la natación. Admira a su entrenadora, quien la acompañó en su trayectoria por el deporte acuático, alentándola a integrarse en el equipo nacional. Berkowitz regresó a si misma a través de la natación, luego del accidente que cambió su vida.

¨Sentí que ya no tenía discapacidad – cuando estás en el agua, no hay diferencia.¨

La natación fue una pauta para regresar a practicar el deporte. Más adelante, Pascal siguió con el remo, escalada en muro, alpinismo, surfing y danza en silla de ruedas. Su pasión por los deportes extremos la llevó a conocer a su esposo, Oz Skop en el muro de escalar. Skop es el entrenador del equipo nacional de escalada, así que cuando Pascal decidió realizar su sueño y aprender a escalar, fue guiada por él. Berkowitz es cuarto lugar en para-escalada a nivel mundial y aún tiene deseos de mejorar.

A la edad de 40 años, comenzó su carrera olímpica de remo.

¨La gente me decía que estaba loca, que esto no era para personas de 40 años, pero yo comprobé que cuando uno realmente quiere hacer algo, lo logra. Yo lo hice por amor, no para comprobar algo. Me encantan los desafíos, hacer nuevas cosas mejor que el día anterior.

¨Es parte de mi combustible, mi alma.¨

Posteriormente se dedicó al ciclismo en bicicleta de mano, ganando el quinto lugar en los Juegos Paralímpicos de Londres de 2012. Ella espera competir en los próximos juegos paralímpicos de Rio de Janeiro de 2016.

Pascal dice que todos somos fuertes, aunque no todos lo saben. Uno no sabe su verdadera capacidad hasta que la pone a prueba. Sin embargo, admite que los resultados no son siempre buenos. Entre sus logros, sus dos hijas, Eden y Mika son los mejores, describiéndolas como sus dos medallas de oro.

¨Yo les enseño que el dinero y los diplomas no son lo esencial; lo más importante es lo que llevas en tu corazón. Ellas tienen que descubrir su propio camino, sin preocuparse por el futuro.¨

Berkowitz comparte palabras de sabiduría capaces de alumbrar a toda una sociedad. ¨Todos pasamos por malas épocas, y hay sorpresas en la vida que no son gratas – pero tenemos muchas ¨tipot shel mazal¨ (gotas de suerte) alrededor y la mayoría del tiempo no las vemos por estar tan atareados o pensando negativamente.¨

Ella dice que los israelíes deben ser más amables unos con los otros y aceptar las diferencias entre religiosos y no-religiosos, gente de derecha o de izquierda, judíos, drusos o árabes.

¨Todos somos israelíes y tenemos que aprender a vivir juntos con nuestras diferencias.¨

¨Cuando piensas positivamente y tratas de buscar lo bueno, con amor y afecto lo encontrarás en todas las circunstancias, ¨ afirma. ¨Mi hija mayor dice que yo veo todo de color de rosa. Mi patrocinador me obsequió lentes de sol rosas, así que ahora de verdad veo todo de rosa.¨


Fuente: Tamara Zieve, The Jerusalem Post.