AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Enlace Judío tuvo la oportunidad de entrevistar a Efraím Zuroff, el último cazador de nazis, gracias a la Asociación contra el Perjuicio y la Discriminación, la cual ofreció a la Comunidad Judía y a otros foros un evento excepcional.”Justicia, no Venganza”. Zuroff es autor de un libro, Last Chance, que deriva de un programa del mismo nombre, con el cual iniciamos la platica:

EJ ¿Qué es el Programa “Last Chance” (Última Oportunidad)?

EZ Es la forma principal de obtener información, ofreciendo 25,000 euros para quien nos traiga información que resulte en la captura de criminales de guerra nazis. En México, y a pesar de la recompensa, ninguna pista ha sido efectiva.

Esta recompensa es aún válida. A quien tenga información que lleve a la captura de un criminal de guerra nazi, acuda a la Comunidad Ashkenazí, o a Jaime Murow y ¿ quién sabe? Quizás llevemos a la justicia a alguien.

En el libro “The real Odessa” (El verdadero Odessa), publicado por el periodista argentino Uki Gon, se revela que un comité especial fue formado por Perón para para buscar a estos criminales y llevarlos a Argentina ; así que no fue por accidente que arribaron allí.

Brasil también ofreció asilo a sus criminales: Frank Stangl fue uno de quienes fueron capturados por Wiesenthal en este país.

Quienes tuvieron que escapar fueron los nazis prominentes, alemanes o austriacos, quienes lo hicieron a América del Sur.

Quienes fueron simples ayudantes se dirigieron a las democracias anglo sajonas, lo cual no deja de sorprendernos, ya que estas democracias habían participado en la lucha contra los nazis.

¿Por qué no eligieron México? ¿Por su alianza con los EE.UU:?

EZ: No. México, en esos días, era un país más pobre que Argentina, por ejemplo. Y no existía una minoría importante que de alemanes que les pudiera ayudar.

EJ: ¿Cómo inició la caza de nazis?

EZ: Yo era un graduado en la Universidad Hebrea de Jerusalem. En 1978, quería ir a los EE.UU. para terminar mi doctorado, que se trataba de los esfuerzos de rescate de parte de los ortodoxos norteamericanos para apoyar a los judíos europeos perseguidos.

En este momento inició actividades e Centro Wiesenthal; necesitaba un director académico, y tomé el cargo. Me trasladé a los EEUU durante 2 años, 2 años en los que llegué a conocer y a admirar a Simón Wiesenthal. Al mismo tiempo, los EEUU iniciaron la persecución de los criminales de guerra nazis en su territorio. Pidieron a Wiesenthal que convencieran a los sobrevivientes de dar testimonio acerca de los nazis. Les sugerí trabajar para ellos desde Israel, cosa que hice durante 6 años.

Entre mis tareas, tuve un caso relacionado con el funesto Mengele. Allí descubrí un método completamente nuevo: la forma de encontrar las rutas de escape a través de cruzar las informaciones de la Cruz Roja y de los refugiados con la información de documentos nazis.

EJ: ¿Cómo se caza a un nazi?

EZ: Soy una tercera parte detective, una tercera parte parte historiador y una tercera parte cabildero político. En otras palabras, debo encontrar los nazis, buscar la evidencia en su contra, y muy seguido tengo que convencer a los gobiernos de la importancia de llevarlos a la corte. Depende de cada caso cuál de los 3 aspectos predomina.

La mayoría de mis esfuerzos tiene que ver con política. Recuerda que el Centro Simón Wiesenthal es una ONG. No podemos enjuiciar a nadie. La mayoría de los gobiernos no quieren hacerlo, y la mejor forma de explicarlo es comparar el caso con el de un asesino serial: un asesino suelto en México matará de nuevo pero ¿cuál es la probabilidad de que un criminal de guerra nazi repita la hazaña? Ninguna. Los gobiernos simplemente esperan a que se mueran los criminales nazis- y se ahorran los gastos.

Por ello, les explicamos que la existencia de criminales de guerra sin juicio es una forma de polución moral, tan peligrosa como la física y peligrosa para la salud. Les mostramos que se envía un mensaje dañino si no se les lleva a la justicia. Con ayuda de los medios, generalmente lo logramos.