ENRIQUE RIVERA PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO – Escuchar una pieza de Chopin, de Beethoven u otro de los grandes músicos consagrados es un deleite. El saber que se requiere de un gran esfuerzo y dedicación a fin de poder ejecutarlos con maestría es digno de admiración. Pero, cuando una pequeña concertista de once años de edad lo interpreta y además lo hace con maestría, deja sin palabras y roba el corazón de quien se deleita con las notas arrancadas al piano.

Así sucedió, primero en la Residencia Oficial de la Embajada de Israel, donde La Asociación de Amigos del Centro Médico Assaf Haroffé organizó un recital para unas pocas decenas de personas y donde la simpatía, elegancia y ternura de Daniela Liebman brilló en todo su esplendor. Tras ejecutar unas cuantas piezas al piano, el selecto grupo de convocados la ovacionó de pie.

Posteriormente, Enlace Judío obtuvo una entrevista con esta gran pianista, quien recientemente se presentó en el Carnegie Hall, en Bellas Artes y otros escenarios de gran importancia. El lunes pasado volvió a Bellas Artes, pero ahora en el marco del Concierto en honor al 66 Aniversario de la Independencia del Estado de Israel, donde nos regaló con tres encores.

Daniela, con su pelo bien peinado, sus grandes ojos risueños, su seguridad y espontaneidad, nos permitió conocer un poquito más sobre su vida, que no por breve deja de ser interesante e intensa. Supimos que viaja mucho por la cuestión de sus conciertos. Así mismo, nos comentó que para llegar al sitio donde ha llegado tiene que sacrificar algunas cosas: “A veces no puedo ver a mis amigas, no puedo ver mucha televisión y no puedo jugar videojuegos; en ocasiones quisiera quedarme otros diez minutos en la cama, pero no se puede, debo de practicar”, comentó.

A pregunta expresa señaló: “Si pudiera hacer un día lo que yo quisiera, sería conocer a los grandes pianistas y tocar con ellos”, dice, mientras nos regala una gran sonrisa.