ENRIQUE RIVERA PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

México Israel: el “Corazón Partío”

El partido México-Israel congregó a miles de aficionados por varias razones, entre ellas: La despedida del Seleccionado Nacional, la despedida de uno de los máximos exponentes del balompié nacional, el homenaje al querido Cuauhtémoc Blanco y por último, pero no menos significativo: la actuación del seleccionado israelí.

Para la gran mayoría de los aficionados, el enemigo a vencer era Israel, pero para una minoría (como siempre) la decisión no estaba tan clara, pues se enfrentaban dos patrias, dos instancias distintas pero que conviven en el mismo corazón. Así, aunque el público judío que llegó al estadio gritaba “México”, luego exclama “Israel” o viceversa; pero para algunos como el Sr. León o para Michel, quienes coincidieron en señalar, que “Hoy ganamos”, pues por esas cuestiones raras de la vida, los DOS contendientes eran nuestros favoritos.

Momento especial fue cuando con todo respeto y gallardía portaban los lábaros patrios, un fuerte aplauso se dejó escuchar cuando los miembros de las fuerzas armadas desplegaban las banderas y comenzaron a sonar las notas del Hatikva, una emoción muy fuerte se sentía. Israel participó en el Mundial de México 70, sin pena ni gloria. Y al parecer, en el único encuentro que se había dado entre ambas escuadras, Israel había vencido por la mínima diferencia.

Al comenzar las acciones se veía un equilibrio de fuerzas, principalmente en el medio campo. Sin embargo, alrededor del minuto 20 el jugador número 12 empezó a sentir su influencia en el seleccionado sabra, ya que la altura de la Cd. De México, alrededor de 2,300 m sobre el nivel del mar fue decisiva, como lo reconoció el propio entrenador Eli Guttman, a pregunta expresa de Enlace Judío durante la conferencia de Prensa, posterior al partido.

En esos primeros minutos del primer tiempo hubo algunas llegadas, más de del tricolor que de Israel. El Tri contaba con el “colmillo” del “Cuau”, aplaudido quien cada vez que tocaba el balón. Pero, después del minuto 36, con una nutrida ovación y algarabía, Blanco abondonó la cancha, entre abrazos y palabras de aliento y ánimo de sus compañeros de cancha y también con el cariño del respetable público ahí reunido.


Esto dijo la selección mexicana de la israelí

El Coloso de Santa Ursula lucía a unos tres cuartos de su capacidad, la cual, como se recordará, es de más de 100 mil espectadores. Es decir que toda la Comunidad Judía de México cabría dos veces y fracción en el inmueble.

Antes de concluir la primera mitad la sed de gol del público quedó muy parcialmente satisfecha, ya que Miguel Layún anotó al minuto 43 en un tiro de fuera del área.

El intermedio fue dedicado al homenaje a Cuauhtémoc Blanco, sonrisas, fotos, lágrimas, abrazos, palabras, muchas fotos y en el fondo el “ablanda lágrimas”: Las Golondrinas, un grande del futbol nacional partía: ya no volverá a vestir la camiseta del seleccionado nacional.

Con el segundo tiempo, llegaron más emociones y en el minuto ‘43, Layún repitió la misma dosis. En una llegada peligrosa de Israel, Jesús Corona quedó lesionado del cuello, al chocar con un jugador de su propio equipo. Entonces, entró Memo Ochoa, portero, que goza de gran simpatía entre la afición mexicana. Posteriormente, en el ’62, Marco Fabián cerró la cuenta con un tercer tanto.

Cabe señalar un hecho curioso: los jugadores israelíes para ser seleccionados de su país deben de cumplir con sus servicio militar, lo cual les implica tres años fuera de entrenamientos y regulares. Por todo ello, a pesar del marcador adverso, ¡Col Ha Kavod! ¡Todos los honores!