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Día del Padre
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Hoy, tercer domingo de junio, se festeja el Día del Padre en México esta celebración está acreditada a la Señora Sonora Smart Dudd, nativa de Washington, EUA, a quien le surgió la idea, allá por 1909, en virtud de que su madre murió joven, cuando daba luz a su sexto hijo; su padre tuvo la difícil tarea de sacar adelante a sus hijos y ella quería que se destacara el papel de los padres en la sociedad, iniciativa que fue acogida con entusiasmo en diferentes condados y ciudades de EUA, empero, fue hasta 1924 cuando el Presidente Calvin Coolige apoyó establecer el Día del Padre. En 1966 el Presidente Lyndon Johnson firmó una proclamación que declaró el tercer domingo de junio como “Día del Padre” en EUA.
Con el tiempo el “Día del Padre”, tanto en EUA, como en México, y en general en el mundo, se convirtió en una conmemoración con fines de ventas y negocios. No estoy de acuerdo con este punto de vista; no obstante a mí me agrada la fiesta del “Día del Padre” porque representa una oportunidad para convivir con mis hijos y sus familias; por lo demás, este año tuvo un significado muy especial, porque “como regalo del Día del Padre”, mi hija mayor me invitó unos días antes a la función de Hugh Laurie (HL) y su banda The Cooper Bottom Band, en el Auditorio de la Ciudad de México.
La propuesta musical que presentó la Banda fue de blues, con tintes de jazz y soul; también se escuchó algo de rock y tango. Fue un espectáculo fuera de serie, de casi tres horas, el público se desbordó literalmente.
Quedé verdaderamente emocionado de HL y su Banda, hace tiempo que no disfrutaba tanto. El Concierto superó todos los inconvenientes que enfrenté para llegar al Auditorio a las 8:30 p.m. en un día de lluvia entre semana, con un tránsito pavoroso desde mi casa, en el Sur de la ciudad y agravado en las inmediaciones del Auditorio porque se está construyendo un nuevo estacionamiento (advertí que la obra estaba clausurada por las autoridades) y por la ineficiente conducción del tránsito por parte de los agentes de policía. Fue toda una odisea llegar a los estacionamientos de la zona hotelera de Polanco, atravesar por los corredores de la estación del Metro Auditorio, subir las escaleras para llegar al tianguis de ambulantes que rodea un costado del Auditorio, enfrentar el acoso de los revendedores de boletos para la función y finalmente subir las escaleras para accesar al Auditorio. Llegué a mi asiento con mi hija con un ritmo cardiaco acelerado por el esfuerzo (tengo 73 años) y a los 5 minutos comenzó la función. La tensión de este esfuerzo físico me elevó la presión y tuve que reposar por tres días para regularizarme.
HL es un carismático “show man”: músico, actor, cantante, compositor, bailarín, actor de cine y televisión, escritor; toca el piano, la guitarra, la batería, la armónica y el saxofón. El piano lo toca desde los siete años. HL, no es el único protagonista de la Banda, integrada por cinco extraordinarios músicos (uno de ellos una mujer trompetista, gordita, que se mueve a un ritmo que muchos quisieran tener para una kermes de un domingo en la tarde) y dos fabulosas mujeres cantantes, una latina y otra de color “que no cantan mal las rancheras”.
HL prácticamente cumplió 55 años al final del “show”; la audiencia le cantó las tradicionales mañanitas, que lo emocionaron tanto que estuvo a punto de derramar lágrimas. HL encarnó a Gregory House en la exitosa serie de televisión Dr. House entre el 2004 y el 2010; fue un tema médico en el cual HL representó a un personaje misántropo, con esa serie ganó dos Globos de Oro al mejor actor dramático, asimismo, fue uno de los actores de televisión mejor pagados en el mundo. Finalizó su actuación en la serie en el 2012 por decisión propia y de sus productores. Cabe mencionar que HL ha participado en varias películas como protagonista.
La serie Dr. House fue filmada en Los Ángeles, California, que lo alejó de su natal Oxford, Inglaterra, la prolongada separación de su familia para filmar la serie le originó una depresión temporal que pudo superar. HL tiene una sólida base profesional, estudió Arqueología y Antropología en Cambridge, Inglaterra, está casado desde 1989 y tiene tres hijos y diez motocicletas.
El público en el Auditorio no dejaba a HL y a su Banda que terminaran la función, tuvieron que reaparecer varias veces para concederle un encore; con las luces apagadas en el Auditorio, la gente encendió las de sus celulares para despedirlos, fue un espectáculo único. La crónica periodística informó que al otro día, en la presentación de HL y su Banda en el Teatro Diana de Guadalajara, tuvo una acogida apoteótica donde los acompañó un grupo de mariachis que le cantaron las mañanitas.
En el contexto de la fiesta del “Día del Padre”, me reuní a comer con mi familia en un prestigiado restaurante de carnes. La celebración incluyó a mi hijo mayor y a uno de mis yernos que son padres. Como siempre, el ambiente de la comida fue alegre, empero, no faltaron las recriminaciones. Mi hija y mi hijo mayores, centrados en su mundo, me ponen poca atención. Trato de aprovechar la ocasión para solicitar su apoyo por la situación adversa financiera y emocional que vivo; su respuesta, como en los últimos años, es de indiferencia. De antemano la conozco, la desesperación me lleva a insistir inútilmente; ellos tienen mecanismos de defensa bien estructurados. Entiendo que es la naturaleza del hombre: ingratitud y egoísmo. Le comentaba a mi hija que al final de cuentas siento que somos una familia disfuncional, me responde que esa es la situación general de nuestra sociedad, y que la nuestra es mejor que la de muchas personas que ella conoce; a lo mejor tiene razón.
Este convivio familiar me provoca sentimientos ambivalentes; alegría, tristeza y frustración. La mayor alegría proviene de la presencia de mis nietos con los que ha disminuido el contacto. Tengo plena conciencia que por ningún motivo cortaré la relación con mi gente.
