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Sarita Romano presentará, este domingo, en “El lugar de la Mancha” de Esopo, “Desde Malika Nasli”, un reflejo de la transformación de las mujeres.

La protagonista de la novela Desde Malika Nasli, Juliette, es el reflejo de la transformación de las mujeres desde el siglo pasado hasta la época actual.

Así lo explica la autora Sarita Romano Deweik (Caracas, 1964), cuando describe en ese libro, editado por Suma de Letras, las migraciones geográficas y personales de Juliette, quien nació en El Cairo, Egipto, en el seno de una familia judía tradicionalista.

El personaje, prosigue la escritora, es una mujer que atraviesa un intenso momento de reflexión sobre su propia vida.

Juliette hace un recuento personal nostálgico, pero ella en realidad encarnaría a la mujer de cualquier época, país o religión.

La protagonista, subraya Romano Deweik, habla de los cambios; además, narra la forma en la que debió emigrar a varios países y cómo se adaptó a ellos, pero, sobre todo, cómo afrontó su añoranza del tiempo vivido.

Juliette también describe su migración personal, porque habla de duelos, pérdidas, despedidas y de los rencuentros con sus seres queridos.

A pesar de su nostalgia, explica la autora sobre su personaje central, lo que sucede con Juliette es que en su transformación, ella se reinventa.

Es decir, encuentra una manera de reinventarse y tener una vida propia, a pesar de las circunstancias que la limitaban y, para ello, utiliza su pasado para crear.

Búsqueda de la emancipación

La infancia y la juventud de Juliette transcurre en la calle Malika Nasli, en Egipto. Después debe emigrar a Líbano para formar una familia y realiza diversos viajes –debido a la turbulencia política– hasta llegar a Brasil.

Desde Malika Nasli, define la autora sobre su primera novela, “es una obra que retrata a las mujeres, incluso a las de la época actual. Vivimos cambios vertiginosos y si no caminamos y fluimos, pues nos quedaríamos paralizadas.

El género femenino ha logrado conquistar espacios y este volumen recrea la vida de una mujer que busca la emancipación y, pese a que la casaron obligadamente, aprende a amar a su marido y logra, finalmente, encontrar una vida propia.

Sarita Romano dice que el desafío de Juliette no fue sólo adaptarse a la cultura de varios países, sino a la huella de la añoranza, la cual determina su visión del mundo.

En la trama existe un personaje que influye sobre Juliette, a quien conoce cuando llega a Brasil: Halina, sobreviviente del Holocausto, quien le muestra un mundo totalmente distinto.

El libro plantea “una transformación que representa el proceso compartido por generaciones de mujeres en busca de la emancipación y destaca el papel desempeñado por el género femenino en la primera mitad del siglo XX.

Lo importante no es lo que el destino nos hace, sino lo que hacemos con el destino.

Juliette, dice, no pierde su identidad y esencia. A pesar de todas sus migraciones geográficas y personales, ella se mantiene y reinventa, lo cual es también un reto para todos cada día.

La autora, quien escribe su segunda novela, es de origen venezolano y reside en México desde hace más de 20 años. Actualmente promueve la lectura entre niños y adultos y ha participado en talleres de creación literaria.


 

Fuente: La Jornada


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