Israel-bombardea-la-Franja-de-_54411447579_53699622600_601_341

HENRIQUE CYMERMAN

Hamas anuncia que ahora “todos los israelíes son objetivo legítimo”

Israel aumentó ayer la presión militar sobre Gaza, donde ha bombardeado más de 550 objetivos y ha causado unos 40 muertos. Los grupos yihadistas, por su parte, siguen disparando cohetes. Uno alcanzó ayer Hadera, cien kilómetros al norte de la franja, un nuevo récord. El sistema antimisiles destruyó tres sobre Tel Aviv, tres más sobre Ashkelon, otros tres sobre Ashdod y uno dirigido a la central nuclear de Dimona.

El primer ministro, Bejamin Netanyahu, ha ordenado que se intensifiquen aún más los ataques contra Hamas y se continúe con los preparativos para una invasión terrestre de Gaza. También dijo que los activistas palestinos “pagarán un alto precio” por atacar Israel con cohetes. Sólo ayer dispararon más de setenta.

Israel bombardeó más de cien lanzaderas de cohetes escondidas bajo tierra y más de dos decenas de arsenales y centros militares de Hamas y Yihad Islámica. Además, los aviones y helicópteros israelíes explotaron más de una decena de túneles con Egipto que se utilizaban para el contrabando de armas y misiles.

Fuentes palestinas aseguran que la mitad de los 40 muertos son civiles, incluidos ocho niños. También hay cabecillas militares de Hamas y Yihad Islámica.

Las fuerzas israelíes telefonean a los habitantes de Gaza para que abandonen los edificios que van a bombardear. Un vecino de Jan Yunis explicaba ayer que le dieron cinco minutos para salir con su familia. El portavoz militar israelí explicó que debajo de la casa atacada había un laboratorio de fabricación de explosivos. Hamas denunció estos “crímenes de guerra” y advirtió que, a partir de ahora, “todos los israelíes son un objetivo legítimo de nuestros ataques”.

Tanto Hamas como Israel están involucrados en una lucha que ninguno deseaba realmente, pero ahora han cruzado la línea de no retorno. Entre los 10.000 cohetes del arsenal de Hamas hay unos 350 de largo alcance. Los islamistas palestinos, buenos conocedores de la guerra psicológica, han enviado mensajes falsos a miles de teléfonos móviles de Israel. Como si fueran noticias del reputado diario de izquierdas Haaretz, los mensajes informan de 25 muertos por un misil en Tel Aviv o de una petroquímica de Haifa en llamas.

Hamas está en horas tan bajas que no puede ni pagar a sus 40.000 policías y funcionarios en Gaza. La guerra es a la desesperada. Sin embargo, los cohetes apenas han causado unos pocos heridos leves en Israel, mientras que los muertos en Gaza son al menos 40. Esta asimetría impide al movimiento islamista aceptar una tregua que le permita salvar la cara. Al mismo tiempo, le lleva a lanzar operaciones suicidas como la del martes, por mar, contra el kibutz Zikim, justo al norte de la franja, que costó la vida a los cinco guerrilleros del comando.

Si los ataques de Hamas y Yihad Islámica provocan muertos en Israel, lo más probable es que Netanyahu ordene invadir Gaza.

Mientras tanto, las estrategias militar y diplomática avanzan por sendas paralelas. La militar pretende disuadir al adversario de que siga atacando y garantizar el mayor periodo de calma posible a partir del día siguiente. La diplomática busca una salida similar a la de noviembre del 2012, fecha de la última escalada.

La Vanguardia ha podido saber que Jordania se ha unido a Egipto en la mediación con Hamas. Jaled Mishal, líder del movimiento, ha bendecido desde Doha, donde vive, “las manos que secuestraron” a los tres adolescentes israelíes que luego fueron asesinados, aunque negó que Hamas estuviera implicado, como señalan todas las pruebas que ha recogido Israel.

El secuestro y asesinato de los tres estudiantes ha afectado al proceso de reconciliación entre Hamas y Al Fatah. Las dos organizaciones forman un gobierno de unidad nacional y la intención de Hamas es que este gobierno asuma los salarios de sus 40.000 funcionarios en Gaza.

Qatar ha propuesto pagar 20 millones de dólares a Hamas, pero los bancos palestinos no lo ven claro. Temen convertirse en objetivo de Israel si canalizan la ayuda. Aun así, la guerra ha propiciado los gestos de acercamiento entre Hamas y Al Fatah, las dos principales organizaciones políticas palestinas. El presidente, Mahmud Abas, desde que se inició la ofensiva israelí, ha mostrado su solidaridad con Gaza y apoya públicamente a los islamistas.

Tres guerrilleros encapuchados de Hamas han expuesto en un vídeo cuatro condiciones para un alto el fuego: fin de la agresión israelí en Cisjordania y Jerusalén; fin de los ataques sobre Gaza y cumplimiento de los principios de la tregua del 2012; liberación de todos los presos de Hamas detenidos desde el secuestro de los tres adolescentes israelíes, y, por último, que Israel deje de intervenir en la reconciliación interna palestina. Israel sólo pone una condición: que los yihadistas dejen de disparar sus cohetes.

Fuente:lavanguardia.com