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ROBERTO SONABEND PARA ENLACE JUDÍO

Durante la guerra entre Vietnam y los Estados Unidos, Henry Kissinger dijo que: “la guerrilla gana si no pierde, mientras que un ejército convencional pierde, si no gana”.

Hamas sabe que le es prácticamente imposible ganar la batalla militar contra Israel y también está consciente del número enorme de pérdidas humanas entre la población palestina. Sin embargo insisten en prolongar la guerra.

El mundo occidental tiende a sobre-simplificar el conflicto y juzga solamente en base al mensaje de los medios masivos, enfocados en mostrar la tragedia del número de civiles palestinos que han muerto por esta guerra.

Es importante diferenciar la agenda del pueblo palestino y la de Hamas. Los palestinos en la Franja de Gaza desean tener una vida digna y un futuro para sus hijos. El Movimiento de Resistencia Islámica, Hamas, tiene como objetivo destruir al Estado de Israel. En esta guerra persiguen tres metas: 1. Terminar el bloqueo egipcio a la Franja de Gaza. 2. Afiliar a la población palestina para establecer un estado fundamentalista islámico, dispuesto a llevar a cabo la “guerra santa contra los infieles”. 3. Des-legitimar al Estado de Israel ante la comunidad internacional. Hamas está teniendo éxito en las tres.

1. El año pasado, cuando cayó el gobierno de la Hermandad Musulmana, los egipcios clausuraron el 95% de los túneles que lo conectaban a la Franja de Gaza. Fue un acto devastador para Hamas, pues el 40% de sus ingresos provenían de los impuestos aduanales. Ante esto, los líderes de Hamas se vieron en la necesidad de presionar para que se termine el bloqueo.

Lo que busca Hamas es saturar las pantallas de televisión en los países Árabes con imágenes de muertos entre la población civil palestina, logrando despertar tal descontento, que Egipto se vea presionado a terminar con el bloqueo. Ante la pregunta retórica sobre su disposición a un cese de fuego, el Sub-jefe del Buró Político de Hamas, Mousa Abu Marzook respondió: “¿Que son 200 mártires comparados con el levantamiento del bloqueo?”

2. Los resultados de los bombardeos de la fuerza aérea israelí han generado un número significativo de bajas, que comparado con las muertes ocasionadas por los misiles de Hamas, muestran el desequilibrio entre la capacidad bélica de las dos partes. Aunque en muchas ocasiones los bombardeos israelíes se realizan previa notificación, con la finalidad de destruir la infraestructura bélica y no la humana, la pérdida de vidas y la destrucción de casas en la Franja de Gaza desquicia a la población palestina. Los palestinos de esa región viven el bombardeo como un acto terriblemente agresivo, injusto e inmoral por parte de Israel.

La población en Gaza está confirmando la tesis de que los agresores, los que abusan del poder militar y quieren destruirlos, son los israelíes. Así llegan a la conclusión de que la única alternativa para combatir esta injusticia es la violencia. Ante la desesperación y conscientes de que ni la ANP, ni ninguna nación musulmana o país “civilizado” del mundo occidental los está protegiendo, concluyen que solamente los líderes de Hamas están de su lado y la respuesta natural es afiliarse al movimiento extremista, cumpliendo con la segunda meta.

3. El número de pérdidas de vidas humanas está provocando un gran disgusto entre la comunidad internacional. Además, las expresiones de algunos líderes extremistas de derecha del gobierno de Israel, contribuyen a que el mundo identifique a Israel como el agresor. Es cierto que algunas naciones han declarado que les sería difícil recibir misiles sobre su población, sin protegerla o combatir al enemigo; sin embargo, la empatía de la mayoría de las naciones está del lado de la población “palestina”.

En días recientes, en protesta por el bombardeo de Israel a Gaza, países europeos están proponiendo sanciones a Israel y otros en América Latina, como Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador y Perú han retirado a sus embajadores. Cada uno de estos actos, se transforma en un paso más hacia la des-legitimización de Israel.

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Los líderes de Hamas ya están celebrando su triunfo, y sucede lo mismo con los de Israel, pues sus dirigentes también declaran que han logrado mermar la capacidad bélica de Hamas. Los gobernadores de ambos pueblos presumen que han sido exitosos.

Lo que no nos están diciendo los líderes, es que esta guerra no está solucionando el conflicto. El uso de la fuerza es una forma efectiva para detener la violencia. Sin embargo, esta no elimina la motivación a agredir, y la agresión genera más violencia. Este círculo vicioso lo han mantenido Hamas e Israel repetidas veces en los últimos años. Y no sorprende que nuevamente esta guerra terminó agravando la situación.

Para solucionar el conflicto no son necesarias más guerras, se requiere que los palestinos y los israelíes se atrevan a modificar los paradigmas actuales. Es necesario empoderar a los líderes moderados de ambos pueblos. No se trata de un proceso sencillo o inmediato, pero es la única opción para darle un futuro digno a la población palestina, permitiendo que esta se dedique a construir su nación en lugar de apoyar la agenda de Hamas.

No hacerlo, incrementa la probabilidad de que se repita esta tragedia.