AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El «protegido» de EEUU se ha convertido en un obstáculo para la lucha de Irak contra del Estado Islámico

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki

 

Estados Unidos ha mostrado públicamente su apoyo al cambio de gobierno en Irak, decisión anunciada por el actual presidente iraquí, Fuad Masum. La administración estadounidense quiere la sustitución de Al Maliki -al que considera que ha sido un fracaso en la política iraquí- por el ingeniero Haider al Abadi, con la promesa de un gobierno de unidad nacional que incluya a las minorías del país.

El «protegido» de EEUU que se consolidó al frente del gobierno de Irak allá por 2006 ya no goza de la popularidad que propició su ascenso a la presidencia. El avance de los yihadistas del Estado Islámico (EI), que controlan una amplia parte del noroeste del país, ha demostrado el fracaso del gobierno iraquí, dominado por el sectarismo de Al Maliki, que destituyó a comandantes suníes experimentados por chiíes de su confianza.

La negativa de Maliki a permitir la presencia reducida de EEUU ha afectado, no sólo a la moral del ejército iraquí, si no también a las relaciones del gobierno con los grupos tribales del país, algunos aliados con el Estado Islámico. Tanto los peshmergas kurdos como los líderes suníes reclaman urgentemente expertos militares estadounidenses para dirigir y aconsejar a las fuerzas iraquíes.

Unas relaciones volátiles

La relación entre el gobierno de EEUU y Maliki siempre ha sido inestable, desde Bush hasta Obama. La primera frustración llegó con Bush, cuando Maliki se negó a controlar a las milicias chiíes como aconsejó el gobierno estadounidense, además de que se mostró reticente a firmar una «declaración de principios» sobre las relaciones EEUU-Irak con el expresidente Bush.

La administración Obama tampoco sintonizó con Maliki, y se demostró al no poder llegar a un acuerdo con el gobierno iraquí para permitir que una fuerza residual estadounidense se quedase hasta finales de 2011, cuando EEUU se retiró definitivamente de Irak. Con las tropas estadounidenses fuera del terreno, Maliki tuvo vía libre paraconsolidar su poder y reforzar sus «tendencias sectarias».

Aislamiento de Maliki

El todavía primer ministro de Irak está aislado. Los principales actores internacionales del conflicto -EEUU, Irán y Arabia Saudí- están en su contra. La amenaza yihadista del EI ha logrado unir a Teherán y Washington, enemigos durante más de tres décadas y con las negociaciones pendientes sobre el programa nuclear iraní. En el escenario iraquí, las voces en contra de Maliki se han multiplicado. La máxima autoridad religiosa chií, Alí Sistani, también se ha mostrado a favor de la renuncia del primer ministro.

Fuente: Abc.es