mauricio-Meschoulam-academico-de-la-uia
MAURICIO MESCHOULAM

Casi de manera simultánea, durante julio, tres crisis internacionales entraban en sus fases más explosivas. Un avión de Malaysia Airlines había sido derribado en Ucrania, aparentemente con el uso de misiles rusos, denotando que el nivel de involucramiento de Moscú en el conflicto armado de ese país escalaba sin parar. Israel decidía incursionar a Gaza por vía terrestre llevando ese otro conflicto a niveles no vistos en muchos años, y exhibiendo el grado de fracaso que se había tenido en los intentos por mediar primero un acuerdo de paz entre Israel y la ANP, y más recientemente un acuerdo de cese al fuego de manera temprana entre Israel y Hamás para detener la espiral. Al mismo tiempo, el grupo ISIS (hoy solo Estado Islámico), incrementaba sus posiciones en Irak frente al veloz y dramático desplome, ante el asombro todo el planeta, del ejército iraquí, un ejército armado y entrenado por Washington. Y claro, de manera inevitable, las críticas dentro de EU, tanto de opositores como de ex colaboradores de Obama, no se han hecho esperar. La pregunta es ¿hasta qué punto estas crisis internacionales, y otras que no menciono, eran evitables o atenuables bajo un liderazgo y políticas distintas a las implementadas por la administración estadounidense actual? ¿Todo esto es culpa de Obama? Hoy en el blog, exploramos esas preguntas.

La herencia

Partamos de lo siguiente, Obama hereda una serie de cuestiones estructurales que no pueden ser revertidas de manera simple o en pocos años, menciono solo algunas:

• 1. La crisis hipotecaria (global) que se tradujo en quiebras corporativas y crisis económica(s), y la necesidad de la intervención del estado tanto para rescatar algunas de estas empresas estratégicas como para tomar costosas medidas para reactivar la economía.

• 2. Una ya monumental deuda y un insostenible déficit fiscal, factores que no solo no iban a detener sino que iban a aumentar su crecimiento de manera inevitable (en parte debido al punto 1).

• 3. Otros indicadores económicos y sociales en Estados Unidos, tales como los índices de pobreza y desigualdad, en constante aumento.

• 4. A nivel internacional, dos intervenciones armadas que habían arrojado resultados geopolíticos muy cuestionables, pagando costos financieros y en vidas estadounidenses muy difíciles de explicar a la opinión pública.

• 5. Y todo ello sin considerar las relaciones descompuestas con una gran cantidad de gobiernos y países, relaciones que había que restablecer por el bien de los intereses estadounidenses.

El mundo no es solo Estado Unidos

Además de los factores anteriores, el mundo se mueve bajo esquemas y parámetros cada vez más complejos de enfrentar a través de medidas tradicionales. Esto incluye el impacto de nuevos medios y modos de comunicación como las redes sociales, la horizontalización en las relaciones que se generan debido a estos factores y sus repercusiones en manifestaciones como Wikileaks o los Snowdenleaks que tanto han afectado los intereses de seguridad estadounidenses, o para otros fenómenos sociales como la Primavera Árabe con sus repercusiones de inestabilidad. Asimismo el mundo de hoy presencia el robustecimiento del impacto de actores no estatales de carácter violento que deben ser entendidos y confrontados bajo presupuestos muy diferentes a los que mueven los conflictos entre estados.

Se trata de procesos que están en formación desde hace mucho tiempo y que no dependen de la voluntad o capacidad de un solo hombre, aunque este hombre sea un genio para escribir emocionantes discursos.

La Doctrina Obama

Sumando esta serie de factores, no es muy difícil entender las razones que llevaron a Obama a optar por un repliegue relativo de la esfera internacional:

• 1. No había dinero. Cualquier decisión que suponga gasto militar o de cualquier tipo, tiene que pasar por la pregunta: ¿cómo exactamente se va a financiar ese gasto? Bajo este esquema, simplemente no era posible sostener intervenciones como la de Irak y Afganistán (o lanzar nuevas operaciones como un ataque masivo a Irán o Siria) sin incrementar la deuda estadounidense. El problema es que, cuando la deuda ya rebasa el 100% del PIB más grande de la historia de este planeta, seguirse endeudando es posponer la explosión, e hipotecar el futuro de generaciones venideras.

• 2. Adicionalmente, en la visión de Obama y su equipo, la opinión pública no estaba del todo equivocada en detestar intervenciones como la de Irak y Afganistán. Tras demasiados años de involucramiento militar, no quedaba claro cuáles habían sido los beneficios para Washington, habiendo pagado altísimos costos por ellos.

• 3. Eso llevaba a la decisión de: (a) Estudiar cuidadosamente y priorizar en donde era indispensable mantener o robustecer la presencia militar estadounidense, (b) Replegarse de donde fuera posible, desmantelando bases militares, reduciendo el tamaño de embajadas y en general, del rol que anteriormente jugaba EU en esos sitios, (c) Compartir los costos de donde sí se requería intervenir (como Libia), con otras potencias y con aliados locales, y (d) Permitir que, cuando fuese posible, sean esos aliados locales o regionales quienes resuelvan los conflictos no prioritarios (como el papel que se permite/empuja a jugar a Arabia Saudita, Turquía y Qatar en Siria).

El efecto de la Doctrina Obama

Quizás nadie como Chuck Hagel, exsecretario de defensa estadounidense, para describir lo sucedido. En su visión, las decisiones de Obama han producido una sensación de vacío en muchísimas partes del mundo. Este vacío incentiva a otros actores -tanto actores estatales como actores no estatales- a actuar de modos que en otras circunstancias no actuarían. En fechas recientes tenemos cantidad de ejemplos que van desde la expansión territorial pretendida por China en sus mares colindantes, hasta el rearme de Japón que por primera vez desde la 2GM incluye ya armas ofensivas, desde la desafiante conducta de Putin en el tema de Siria o más recientemente en Ucrania, hasta la conducta de actores no estatales como ISIS en Irak.

El shock de cuestiones como estas, en ocasiones termina tomando por sorpresa a la Casa Blanca, quien entonces emite respuestas erráticas, no contundentes y que producen resultados que a veces escapan de sus manos. Por ejemplo, el vaivén en sus apoyos a los muy distintos actores en Egipto termina ocasionando que Qatar primero y Arabia Saudita después, sean quienes determinan con su ayuda financiera y su peso político el desenlace de la “revolución” en ese país. El resultado es la casi marginación de las decisiones del país más poblado y de mayor peso en el mundo árabe, situación que hoy ha repercutido tanto en el conflicto como en la mediación entre Hamás e Israel, en donde Washington parece francamente rebasada. En Asia, otro ejemplo, la ausencia estadounidense es percibida como riesgo por muchos, y como oportunidad por otros, lo que termina generando choques entre varios países desde las Coreas hasta China y vecinos.

El tema entonces no es tanto la debilidad estructural de Estados Unidos (que dependiendo del analista que se lea, o es inexistente o bien está aumentando cada vez más), sino la percepción de vacío, erraticidad y falta de contundencia que se ha producido al respecto de Washington y su poder.

Poder material vs poder percibido: dos ejemplos

Muchos analistas, entonces, han puesto el énfasis no en las decisiones de fondo por parte de la Casa Blanca, sino en las velocidades, en los cómos, en el tamaño de la fuerza residual que debió quedar tras los repliegues, o en la respuesta que se ha tenido en temas como Ucrania, como el conflicto China-Japón o más recientemente, como tras la embestida de ISIS en Irak-Siria.

Al final, me parece, lo central no se reduce al poder material, sino al poder proyectado y por tanto, el poder percibido por otros. Dos ejemplos para aportar en esa idea:

• 1. ¿Con cuántos combatientes cree usted que contaba ISIS al inicio de su ofensiva que causó la huida y el desplome de un ejército de unas 300 mil tropas como el iraquí, armado y entrenado por EU? Se calcula que al arrancar su última ofensiva en Irak, ISIS no contaba con más de 10 mil hombres. Lo que ha hecho ISIS, además de sus alianzas y su planeación estratégica muy cuidadosamente diseñada, es proyectar, a través de estrategias psicológicas temerarias, miedo, terror, sensación de poder, fuerza e invencibilidad. Así, ISIS toma la ciudad de Mosul casi sin disparar una bala. Los soldados iraquíes, raudos y veloces, habían huido ya.

• 2. O bien, ¿cómo es posible que Rusia, un país económica y militarmente mucho menos poderoso de lo que llegó a ser la URSS en su momento, y quien ciertamente no es rival para Washington, sea percibido como una potencia casi equiparable a Estados Unidos? Putin lleva años trabajando de manera muy eficaz este tema. Desde la firmeza de sus decisiones, hasta el orden con el que los pasos de su ejército son implementados, por ejemplo en Crimea. Putin dice “voy”, y va. Obama, en cambio, un día marca la línea roja para atacar a Assad, al día siguiente flexibiliza la línea roja, y cuando ya no le queda de otra y es inminente que la línea roja ha sido cruzada en abierto desafío a su palabra, y finalmente se dispone a atacar, alguien llega y le entrega en bandeja de plata una ruta de escape. ¿Quién es ese alguien? Adivinó. Putin (vía su ministro exterior Lavrov), quien es ahora percibido no solo como salvador de Obama, sino como el actor eficaz que sabe usar la diplomacia y la cooperación cuando se requiere, y la fuerza cuando así lo amerita.

¿Podría o podrá Obama incidir en la percepción de vacío que, a decir de su exsecretario de defensa, se ha venido construyendo? ¿Hay o no hay un papel en el liderazgo, en el manejo de las crisis y las coyunturas, más allá de los inescapables temas estructurales que restringen la conducta de potencias como Estados Unidos?

No vamos a concluir esa polémica en estas líneas. De hecho, este es el tema que será discutido a lo largo de los próximos años y más allá. La idea del blog era solamente colocar las líneas del debate sobre el rol de los líderes y la capacidad de frenar o revertir lo que muchos consideran el declive relativo de la superpotencia del siglo XX. ¿Usted cómo lo ve?

Twitter: @maurimm

Fuente:eluniversal.com.mx