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Goel Ratson es hallado culpable de numerosos delitos sexuales. Logra ser exculpado de ‘esclavizar’ a las chicas que tuvo sometidas y aterrorizadas

Aunque pasará mucho tiempo en la cárcel, podría haber sido mucho peor para este hombre de melenas blancas. Peor incluso que la condena de 15 delitos sexuales (de los 16 presentados en la imputación) que esta mañana le ha impuesto el tribunal del distrito de Tel Aviv. La razón del “alivio” de Goel Ratson es la exculpación del cargo 17º y que hubiera sentado precedente en la historia de Israel: “Mantener a alguien bajo condiciones de esclavitud”.

“¡Yo fui esclavizada por este hombre que destrozó mi vida! No fui la única. Debería ser condenado también por esto Es un criminal. ¡Si Israel no me hubiera liberado, yo seguiría bajo condena perpetua!”, exclamó en la sala del tribunal Maayan, quien estuvo durante 16 años bajo el ‘reinado’ de Ratson. Se trata de una de las 21 mujeres con la que el israelí de origen yemení vivió en las últimas dos décadas en el sur de Tel Aviv. Los medios informan de que tuvieron 49 hijos, aunque muchos creen -empezando por el propio padre- que el número de descendientes llega el centenar.

La Fiscalía destaca la importancia de la condena de violación (incluyendo menores), acoso sexual y otros graves delitos cometidos en la familia así como el desmantelamiento de su secta. Por otro lado, no descarta recurrir ante el Tribunal Supremo para que sea condenado por “esclavizar a las mujeres”.

El destape de su caso conmocionó a la sociedad israelí en el año 2009. Al año siguiente, Ratson (64) fue detenido como sospechoso de crear y liderar una red basada en la sumisión sexual y mental formada por varias decenas de mujeres.

El polémico cargo de ‘esclavitud’

Por primera vez en la historia de la Justicia israelí, un tribunal (formado por un juez y dos juezas) estudió el cargo de “esclavitud”. Según la Fiscalía, las mujeres eran obligadas a entregarse en cuerpo y alma a su “dueño”. En la cama y con todo tipo de gestos como por ejemplo obligar a sus hijos a tatuarse con su nombre y retrato. Idolatría pura. Las mujeres y niños no tenían permiso para hablar con los vecinos e incluso tuvieron que romper las relaciones con sus familias. Un lavado de cerebro lejos del radar de las autoridades.

“No nos dejaba ir a ningún sitio sin su permiso. Su táctica era combinar por un lado amenazas y críticas y por otro caricias y comprensión”, recuerda una mujer que a los 17 años quedó “seducida” por los supuestos poderes espirituales de Ratson. Éste aprovechó los graves problemas que atravesaba la joven para “atraerla” a su harén. Tuvieron cinco hijos. Como muchas de las mujeres, no se atrevió a irse de la casa, ya sea por miedo (amenazas de muerte) o por ciega creencia en sus poderes. “No estábamos encadenadas, pero fuimos víctimas de una esclavitud psicológica y física”, afirma la mujer, consciente de que nunca podrá olvidar esa larga y oscura etapa.

Durante el juicio, Ratson negó haber esclavizado a las mujeres argumentando que estaban con él de “forma voluntaria y feliz”. Asimismo, desmintió haber mantenido relaciones con menores. En el documental del Canal 10, que reveló el caso hace cinco años, Ratson fue claro: “Tengo todas las facultades y medidas que una mujer quiere. Todo el cariño que una mujer busca. Lo tengo todo”.

Goel recordaba a sus víctimas (mujeres e hijos) que su nombre en hebreo significa “redentor”. Su salvador. Los israelíes, sin embargo, prefieren llamarle Goal, es decir, repugnancia.

Fuente: elmundo.es